Viernes noche, horrible meteorología y unos catalanes que nos asaltaban para darnos duro, y no con butifarras, ni caganets, ni esteladas ni rollos de esos. Venían cargaditos de un equipo de trabajo cualificado para enseñarnos una vez más cómo pasar (siempre de manera figurada, no sean malpensados), del Paleolítico al Neolítico. De cómo fundir a 1000 grados el mineral para obtener el hierro, un metal duro y resistente. De cómo hacer Metal con mayúsculas. Los asistentes nos encargaríamos de calentar el horno y ellos de ser capaces de dar forma, hornear y pulir un show que nos dejarían un grandísimo buen sabor de boca y una gran satisfacción por haber podido disfrutarlo de principio a fin.
A priori, no muchos asistentes conocían de manera íntegra la discografía de Blaze Out, casi más porque en el último videoclip participaba un famoso youtuber como prota. Sin embargo, una escucha rápida de cualquiera de sus dos álbumes, nos muestra a las claras cómo se las gastan estos Homo Sapiens correcaminos. Esto último literal, ya que el siguiente concierto sería en unas horas en una ciudad tan equidistante como era Vigo, y al día siguiente en la sala Razzmatazz de Barcelona, casi nada. Por amor al Arte o por pasión por la vida en la carretera y los shows en vivo, ellos mismos afirmaban que querían aprovechar este momento único en sus vidas, lo que a la postre agradeceríamos siempre.
Nos presentaban sus dos álbumes de estudio, y más intensamente el segundo y último titulado “Backlash”, un disco muy compacto, repleto de melodías y velocidad, thrash metal de la vieja escuela con tintes y referencias al Metalcore y al Groove, desgranados en unos temas con riffs muy trabajados, y, como el propio Gerard comentó en su momento del mismo, “es un álbum salvaje, fresco y minucioso”. Pues bien, esa fue la sensación final generalizada, y así nos lo pudieron transmitir pese a las dificultades iniciales de sonido y la descompensación sonora entre algunos instrumentos, pero sólo en el inicio, OJO.
De menos a todo, fue la reacción de Blaze Out, acostumbrados a comenzar bajo condiciones no demasiado cómodas, resaltando además el pinchazo que debieron solventar de camino a Ciudad Real y el poco tiempo para hacer pruebas de sonido y demás preparativos.
Breves ajustes con una sala expectante y comienzan con “Age of the Waste”, apocalíptica alegoría con tintes iniciales muy Megadeth y unos solos de guitarra muy pero que muy cuidados. Qué mejor carta de presentación para mostrarnos de qué va “Backlash”.
En esos momentos, uno ya sabía lo que nos iba a deparar la noche, se despertaba el hambre por conocer más a esta gente venida desde otro confín del territorio, los sentidos se agudizarían y cada cual se posicionaría en el lugar más conveniente para deleitarse y dejarse llevar. Era también el momento de mirarse unos a otros y comentar, -“Son buenos estos tíos”- o, “¡menudos cabrones están hechos, cómo le zumban!”-.
Continuarían con “Bustin´ Out”, último tema de su primer álbum “Headshots”. Destilando riffs por doquier y una buena dosis de mala leche. “Chaos, Chaos…”, rezaba el estribillo. Una delicia con una entrada alucinante y bien construida, para dar paso a mi canción favorita, “Blind Snakes”, de su segundo álbum. Un trallazo hipercompleto, de esos temas que DEBES escuchar al menos 20 veces para quedarte a gusto y que aún continúo paladeando de vez en cuando. Estribillo efectivo, medio tiempo con una pegada brutal de Sergi, la voz de Gerard recordando por momentos al gran Rob Flynn de los Machine Head… Qué gozada hasta ese momento, apenas tres temas de concierto y los asistentes alucinábamos por la calidad de esta gente. “Shining Blood” entra a escena sin anestesia, con movimientos coreografiados y todo. Coreado por David y Carles, nos mostraban un rock más clasicote dentro de su rollo Groove, pero contundente, efectivo y rabioso. Y después, intro por parte del bajista Carles para arrancar “Burn the veil”, contundente, melódico, deliciosamente ardiente y sorpresivamente pegadizo. Un tema redondo de verdad que daría paso a “Old Acquaintances”, un tema medio tiempo que me recuerda a los Avenged Sevenfold y que serviría de avanzadilla para el siguiente ataque de la banda, ni más ni menos que un midley de Metallica Vs Iron Maiden. Papá y mamá para muchos, a quién se quiere más. Daba igual, porque los más de diez minutos de ataque sonoro con un entrelazado de temas míticos muy bien elaborado, sólo hicieron que los asistentes se embravecieran y energizaran del todo, cuando realmente ya lo estaban. Un enorme acierto a modo de tributo de los Blaze Out y que en sus set lists de la gira incorporan en absoluta simbiosis con sus temas propios. Chapeau!!!.
En ese momento ya nos tenían como a palominos comiendo de sus manos, en el bote como dirían unos, encandilados como dirían otros. Pero la cosa no terminaría ahí, porque sin tregua alguna, daban un nuevo arreón con “Fist goes First”, donde Gerard se desgañitaba bien secundado por su equipo. Con qué rabia hacíamos headbanging algunos y sangrábamos por todos nuestros poros lo cotidiano del día y reconocíamos que un show de este calibre, en nuestra ciudad, era difícil repetir, (aunque José Nana se encargaría por supuesto de remediar, como nos suele hacer). Era el turno de “S.I.N.S.”, del que se tiene buena muestra por el videoclip oficial que hicieron cuando editaron su primer álbum. Y resulta que aquí lo tocaban, sin arreglos, a pelaco y con toda la mala leche que destilaban.
E iba la cosa de videos, porque era el turno de “Wrath afire”, el tema que nos enganchó a la mayoría de la peña asistente, tema de apertura de “Backlash” y que sonaba como si de un clásico se tratara, con Gerard haciendo su peculiar vibrato y David deleitándonos cual leñador haciendo uso de su hacha afilada. Tocaba cercenar la noche de un tajo con “Red Silence”, del que tienen hecho otro videoclip estupendísimo, bien elaborado y donde se refleja de nuevo de lo que son capaces. ¿En directo?, una hostia en toda la cara, thrash pesado de la vieja escuela, riffs endiablados, doble bombo y coros acertadísimos. Fin del concierto…¡¡¡¡nooooooooo!!!!, porque ante la sorpresa de los propios Blaze Out, el personal pidió otro tema. Ya estaban fuera de hora y decidieron deleitarnos de nuevo con “Wrath afire”, el cual nos sonó más duro aún. Y ahí sí murió el show, con un regusto alucinante, caras de estupefacción y el grupo con relativa prisa porque el tiempo corría en su contra. Debían descansar aunque contaban con su manager que hacía las veces de conductor. A la postre, otro elemento importantísimo en el universo Blaze Out.
Fotos, merchandising, pisto manchego (del que dieron buena cuenta) y a la cama, porque tocaba ir en pocas horas casi al fin del mundo, y del cual esperaríamos que regresasen alguna vez si no se hacen antes ultra conocidos e inaccesibles para una sala tan modesta como la nuestra, eso sí, muy entregada. Desde luego, se cometería una injusticia si lo primero no se produjera, porque madera tienen y metal les sobra.
Regresad, necesitamos orfebres como vosotros.
Regresad, calentaremos el horno.
Regresad, ayudadnos a salir de la Edad de Piedra y pasar una vez más a la Edad del Metal.
Moltes gràcies i torneu, Amics!!!!
Debe ser la edad o las horas intempestivas en las que decidí finalizar la crónica del concierto, pero olvidé, pasé por alto, borré de mis recuerdos lo siguiente y he de especificarlo y remarcarlo notoriamente. La última canción no fue Wrath afire, el bis fue Ace of Spades de los Motorhead, donde los lugareños comandados por el todopoderoso Luis Ruiz & Co. pusieron la voz a un tema legendario para cerrar de manera sobresaliente a unos generosos Blaze Out. Fin de fiesta soñado en una sala que deliraba de satisfacción y con la sensación de que un concierto así no se puede escanciar todos los días, ni siquiera en las grandes salas nacionales. Modestos pero infinitamente poderosos y familiares. Queda aclarada mi errata y pido una disculpa generalizada para aquellos afortunados que pudimos asistir aquella noche. Nos vemos en los siguientes combates. Up the Metal!!!!!
Texto: Fer T-Heman
Fotos: Merferri
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