Con muchísima ilusión me embarcaba en un viaje de 222 kilómetros (con pernoctación incluida) a Sevilla para asistir a este Demolition Metal Party creado con mucho mimo, amor y metal. Cuatro bandas a las que nunca había visto en directo y de las que deseaba paladear a sabiendas de que el lugar, aparte de acogedor, me iba a resultar extrañamente familiar puesto que hacía tiempo que no acudía a una modesta sala como es la Sala Hollander ubicada a las afueras de Sevilla, en un polígono industrial.
Pues bien, heme yo allí plantado a las 18:00 horas, sin conocer prácticamente a nadie excepto a dos encantadores personajes de esa noche, los cuales me arroparon con extrema atención y me dedicaron el tiempo necesario para no sentirme fuera de lugar o simplemente desubicado. Resultó que al final del concierto me faltó tiempo para hablar con muchas de las casi 70 personas que allí hicieron acto de presencia, exiguo número para la calidad del evento, pero afortunados todos ellos.
Armagedón (Sevilla)
Para aseverar esto último, el concierto lo abrió la joven y valiente banda sevillana Armagedón con su propuesta heavy power metalera con toques sinfónicos. He de decir que para lo poco que les había escuchado, en directo sonaron infinitamente mejor, que al fin y al cabo esto es la prueba definitiva, sin filtros y con las afiladas miradas y los oídos agudizados del que va a verte. Comandados por su vocalista Joserra, con una voz más modulada que lo que había escuchado de él, llevó el show muy bien, aunque algo sombrío, quizás por los nervios o la responsabilidad de abrir para las siguientes tres monstruosas bandas. En cualquier caso, acompañado por Naoki y Álvaro Hurtado a las guitarras, auténticas fieras, Victor al bajo, con un desempeño del mismo soberbio y un efectivísimo Mario Vera en el kit de batería, desplegaron 8 temas variopintos de los cuales uno de ellos, el sexto de la noche fue una muy bien defendida y coreada “A morir” de Saratoga.
Iniciaron el concierto con una intro sampleada muy épica que daría paso a “El principe” (tema nuevo aún no publicado) y “Armagedón”. Muy llamativo el grupo de acólitos, danzarines, algo escuálidos y melenudos que coparon la primera fila y que no pararon de hacer pogos y bailotear al son de la llamada de esta banda sevillana, cachorretes del Metal que no pararon en ningún momento durante el resto del Festival.
Volviendo a lo musical, “Muerto en vida” enlazaba con el bajo de Víctor a “Pies planos”, la banda seguía ofertándonos un muy buen sonido y un perfecto calentamiento de la noche, y es que el desempeño de la banda era innegable, recortando los saludos y agradecimientos para dar prioridad a su música. Destacar que en esta ocasión no pudieron llevar a su teclista, aunque esto no deslució para nada la actuación pese a lo mucho que se enriquece un concierto con un instrumento más. “Conejo blanco” (inédita aún no publicada), la celebrada versión de Saratoga, donde la gente se volcó aun más, “Dios ha muerto” y “Fuego fatuo” (ambas también inéditas y no lanzadas) completaron un set list cuasi perfecto, con cánticos ulteriores por el cumpleaños de su guitarra Carlos Ríos (Naoki). Armagedón dejaron una impronta muy buena en general, mucho más apoyado por el argumento de los asistentes que los vieron la vez anterior abriendo para los murcianos Doble Esfera en este mismo lugar hacía justo poco más de seis meses.
Kathew (Cádiz)
Lo bueno de escribir una crónica muy a posteriori es que en frío puedes digerir, canalizar y asumir lo acontecido, no ya solo al día siguiente, sino con el paso del tiempo. Cuando eres consciente que lo que viviste, lo que sentiste o lo que disfrutaste, no lo habías experimentado específicamente de ese modo desde hacía eones, es cuando tu conciencia comienza a ordenar en palabras, adjetivar y estructurar un acontecimiento vivido (y muy vívido). Esto no es ni más ni menos que comenzar una crónica por el final, pero qué mejor spoiler para demostrar al lector lo muchísimo que disfruté/amos con esta banda proveniente de Algeciras.
Pues bien, una vez montado el oportuno escenario, la oscuridad se cernió sobre la sala Hollander. La tétrica escena se inundó de súbito por la corta Intro de la peli 300, “Return of the King” que daría paso al trallazo titulado “Predador”. Antes de nada, resaltar el aspecto intimidante que adquieren Kathew con esas lentillas zombies, muy acorde en general con la temática de sus letras, sus denuncias en las mismas y ese Groove apocalíptico y terroríficamente potente. Por mucho que los escuches fuera de lo que es el directo, no te puedes ni imaginar cómo sobre un escenario, esta banda gaditana gana tantísimos enteros, cómo de espeluznante es el modo en el que arrastra a la masa al son que ellos quieren, convirtiéndose en una apuesta siempre segura.
Igual de llamativa era la armonía y sintonía de la banda, el papel que cumple cada uno de ellos aún faltándoles el teclista DJ Neneko para esta noche, lo que habría aderezado mucho más la actuación. En cualquier caso, su vocalista Javi Fajardo copaba el centro de atención con unos guturales cavernosos y unas voces limpias y armonizadas increíbles, secundado eso sí por un hiperactivo Fran Tineo (Chesky) al cual se le veía motivadísimo. He de reconocer que en las tres ocasiones en las que lo ví cuando formaba parte de Guadaña ya me sorprendió los guturales que realizaba, e incluso me daba la sensación que tenía que contenerse, por evidente y estricto guión del estilo de la banda, sin embargo el tipo en Kathew se siente liberado, salvaje y con el protagonismo que se merece, formando un efectivo y estruendoso dúo coral con Javi. Máxima furia contenida y mala leche.
Volviendo al momento, tras ese primer fogonazo (menudo comienzo) perteneciente a su segundo álbum, El árbol del ahorcado (2016), interpretaron del mismo disco “Déjanos en paz”, a toda velocidad y con esas guitarras graves de sus dos hachas Rafa Muñoz y Deivid, pilares de un sonido tan característico y particular de la banda. Para entonces, la sala, los presentes estábamos totalmente entregados, obedeciendo ritmos y sin parar de cabecear e incluso de hacer pogos (todos muy familiares, eso sí).
Pero qué decir de lo siguiente, dando cabida al nuevo material, a algo diferencial, a calidad pura, a corazón y a mala baba, a reivindicación de una banda distinta. En realidad Kathew huele a algo novedoso, a esa tecla que muchos quieren tocar y no llegan, lo están consiguiendo y fruto de ello fue el inicio eléctrico e hipnótico de “Lux”, perteneciente a un EP que salió el año pasado y que conformaran dos EPs enormísimos y que deberían dar muchísimo que hablar. Ahí me llamó poderosamente la atención el batería David Arias, el cual se mostraba absolutamente poseído, interpretando un papel escénico muy particular pero con una cadencia y unos cambios de ritmo arrolladores, con poses muy teatralizadas sin perder un ápice de ritmo y pegada. Por consiguiente, el tema que continuaba, inédito hasta la fecha, “Misantropia”, haría las delicias de un público aún más entregado y rendido a la comandancia de Javi Fajardo & Co. , por no hablar de “Mil caras”, dedicado con “cariño” a los bastardos y cobardes violadores grupales, esa lacra asquerosa de estropeadas mentes.
Cerrarían los nuevos temas con “Miasma”, ultra Groove, profunda y extensa que nos llevaría hasta “Ión” de su primer álbum Generación XXI (2012), actualizada, regenerada y más heavy. Finalmente nos desmembrarían con dos andanadas más de El árbol del ahorcado, “Heredero”, cadenciosa y machacona, al final de la cual Chesky dedicó el concierto a un amigo de la banda, Adri Conelrock, y “Amstetten”, para la cual reclamaron sorpresivamente la colaboración de Alberto Olea, una de las dos voces del brutalísimo grupo sevillano de Hardcore Metal Marabunta (hiper mega recomendables). Andaba entre el público y sin un atisbo de temor, allá que se plantó en el escenario para proferir sus gruñidos, guturales o voces de ultratumba para poner un broche de oro y metal sublime a la que sin lugar a dudas fue para mí una de las sorpresas en cuanto a directos potentes y emocionantes que he presenciado en muchísimo tiempo.
El público podía atestiguar lo mismo porque la temperatura del local había subido de sobremanera, y las caras de satisfacción de los asistentes y de los mismos Kathew corroboraban lo que había sido una conexión perfecta. Foto finish y a recuperar energías ya que acabábamos de llegar al ecuador de la velada bastante exhaustos después de habernos acaecido una tormenta gaditana.
Impresionantes, ineludibles, imprescindibles… aún me faltan calificativos…
¡Buenas!
¡Muchas gracias por la grandísima crónica! ¡Estamos muy contentos de haber estado por allí repartiendo caña! Aunque, destaco un pequeño error en ella jaja, y es que, cuando mencionas mi cumpleaños, no lo es. Celebramos el cumpleaños de Ren, miembro del Staff y CM de Armagedón, la cual, subimos al escenario para celebrar junto a todo el público este gran evento. Por lo demás, una crónica impecable y maravillosa, un HONOR en mayúsculas que hables de Armagedón de tan buena manera. Mil gracias! Un saludo 😀
Ups… ¡Perdón por el error! Felicidades Ren 😅