20 años de White Pony (Deftones)

Mi buen amigo Paquiro (enfermero de profesión, un abrazo enorme) comentaba hace meses en su muro de Facebook acerca del 20 aniversario de la publicación del disco que nos ocupa hoy, que este tercer trabajo de los de Sacramento era el «O.K. Computer» del Metal. Realmente veo paralelismos con la obra cumbre de Radiohead , eran dos grupos que en relativamente poco espacio de tiempo tenían ya una carrera exitosa y consolidada y en vez de saborear el éxito sentados en su trono hicieron un ejercicio de introspección y se embarcaron en la imprevisible aventura de investigarse a sí mismos. Otro punto en común lo encuentro en la increíble producción, básicamente el «O.K Computer» fue un antes y después en muchos parámetros de cómo hoy valoramos lo que es el trabajo y la importancia de encontrar el productor correcto para un determinado proyecto.

El trabajo que hizo Terry Date para este Pony blanco es, hasta día de hoy, inigualable. Nunca una banda de Rock Metal sonó tan sobria y oscura. Deftones publicó White Pony en el verano del 2000 en plena efervescencia del Nu-Metal (aunque realmente el movimento ya estaba muriendo y dando sus últimos coletazos creativos, pero claro, eso lo da la perspectiva del tiempo) y contrastaba drásticamente con el resto de bandas del género (Limp Bizkit o System of a Down sacaban un músculo que pocos en aquella época podían presumir). Su concepto más oscuro, pausado, épico y reflexivo fue una auténtica rareza incluso para la propia banda.

Con dos exitosos álbumes en su haber, el rabioso «Adrenaline» (1994) ,que junto al primer disco de Korn crearon el género y el algo más melódico «Around the Fur» (1997), multipremiado y fundamental para entender el Metal moderno, uno de los discos más influyentes de los últimos 25 años, Deftones dieron un triple salto mortal y el resultado creo que no se lo esperaba ni la propia banda.

Al momento pusieron de acuerdo a crítica especializada, público metalero, rockero e Indie, un milagro instantáneo. El disco era un equilibrio perfecto entre inquietudes (Feiticeira, Knife Party), investigación (Teenager), oscuridad (RX Queen), rabia (Elite), melancolía (las increíble Digital Bath y su single más comercial Change) y el sello 100% Deftones (Street Carp). Y aún así sacaron espacio para regalarnos la magnífica Passenger junto a Maynard James Keenam, carismático cantante  de Tool, una de las colaboraciones más recordadas para los que amamos todo lo que aconteció en los 90.

Me parece una obviedad elogiar a cada componente del grupo en su culmen de técnica e inspiración, pero nunca dejaré de recordar a Chi Cheng, su bajista, no sólo por lo espectacular de su trabajo y sus directos, sino por el accidente que en 2008 acabó con el músico y en 2013 con su vida. El álbum fue un éxito comercial a pesar de no poseer, a excepción de la ya mencionada Change, un aparente Hit en toda regla para reventar en la MTV. De hecho, casi un año después, para relanzar el álbum se publicó una versión modificada de Back to School con elementos de rap de Pink Maggit para ir a la corriente del numetal.

Para mí este disco siempre tendrá un halo de tristeza porque (es una reflexión muy personal) supuso el fin de la aventura de Deftones.Sus tres primeros discos fueron una búsqueda constante de su propio sonido y el viaje fue tan maravilloso que nos regaló una trilogía de discos pocas veces igualada. ¡Ojo! los californianos han seguido pariendo discos interesantísimos de una calidad brutal, como el espectacular Diamond Eyes, y canciones brillantes… pero ya habían encontrado su sitio.

Suena redundante y estéril recomendar la escucha de un disco que ha escuchado mil veces cualquiera que se ha acercado al género en estos 20 años, pero sirva de homenaje para recordar, conmemorar y celebrar el vigésimo aniversario de un disco único de una banda única que ha conseguido lo que no pudieron ni políticos ni futbolistas: ponernos de acuerdo en algo.

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