Crónica concierto Aerosmith: 29/06/17

Aerosmith  29/06/2017 Auditorio Miguel Ríos Rivas Vacia Madrid

Estooooo, por dónde empezar, qué decir de estas leyendas vivas; sí, vivas porque con las experiencias tan azarosas, adicciones y demás aún siguen coleando en su supuesta gira mundial de despedida… (los Scorpions aún siguen despidiéndose desde hace años y vuelven a girar mundialmente).

Los chicos malos de Boston venían a aporrearnos el cráneo con su rock único, inefable, sucio y armónicamente indiscutible. El auditorio Miguel Ríos (donde se celebrará el Garage Sound Festival) presentaba un llenazo histórico, sin un solo espacio y con un frío que a la postre agradeceríamos dado lo abarrotado que se presentaba el recinto. Máxima expectación, tensión, nervios y enormes ganas de darlo todo seas fan del estilo de rock que seas. ¡Los putos Aerosmith iban a descargarnos encima y hacia dentro de todos los asistentes! Esos son los momentos en los que te acuerdas de los numerosos amigos que uno tiene y que desearías que estuvieran acompañándote para compartir dos horas de Rock en estado puro con canciones mil veces escuchas y mil veces cantadas o tarareadas.

En las enormes pantallas se proyectan imágenes del logo y sucesión de imágenes de sus discos y fotos de todas sus épocas. La última de ellas iba a ser de exclusividad nuestra. Con O Fortuna a modo de intro arrancarían el show para dar paso a Let the music do the talking de 1985, rock & roll en estado puro. Prolegómeno que daba idea de lo que se nos venía encima. Atronadora y especial para hacer bailar a los feligreses congregados y apiñados sin importar los 15 grados que en esos momentos hacía al aire libre. Nine lives sería el siguiente cañonazo, haciendo temblar los cimientos del recinto y que daría paso a Love in a elevator sin apenas respiro. Tema clásico donde los haya, con un público totalmente entregado desgañitándose con los “Ou Yeah” clásicos. Destacar que Steven Tyler no paraba de moverse por el escenario, posando, en muy buena forma pese a que el paso del tiempo ya hace sus estragos, tiene 69 añazos, ahí es nada, y si se piensa con detenimiento, con mucho detenimiento, no vemos a nuestros padres o abuelos de algunos de nosotros haciendo lo que hace. Y qué decir de Joe Perry, del que se le quedaron pegadas las gafas de sol durante todo el concierto, 67 tacazos!!!.

Livin´on the edge fue el siguiente corte. Bestial, añorada por muchos, reconfortante para todos. Particularmente, visualizaba el videoclip con un Edward Furlong (el chiquete de Terminator 2) como prota del mismo y a los Aerosmith en plenísima forma. Increible experiencia que continuaría sin respiro con Rag doll, la cual sonó potentísima a ritmo de las baquetas de Joey Kramer. ¡67 veranos recién cumplidos!.

Y sin mediar pausa, Falling in Love (Is Hard on the Knees), inundó a la muchedumbre, extasiada y observando, compartiendo y deleitándose de un show hasta el momento inolvidable e impecable. El viento ya no hacía los estragos que hizo con Alter Bridge, pero el fresquete hizo algo de mella en el bueno de Steven Tyler, que no paraba de enrrollarse en sus mantones livianos. Las pantallas funcionaban a la perfección no perdiendo detalle de cada uno de los actores, centrándose especialmente en el frontman tan carismático, en Joey y Joe. El guitarrista rítmico Brad Whitford (65) y el bajista Tom Hamilton (65) pasaban más desapercibidos, cumpliendo eficazmente con su cometido.

 

Los dos siguientes cortes, Stop messin´ round y Oh well, versiones de Fleetwood Mac, dieron buena cuenta de lo que dominan estos chavalines, Steven con armónica magníficamente ejecutada en la primera y a Joe cantando fragmentos de la segunda dando un rollo blusero increíble. Pero el rollo covers no acabaría, ya que interpretaron Remember (Walking in the sand) de Sangri-Las, recuperada después de 17 años para este directo. Una balada preciosa blusera para que pudiéramos respirar justo antes de Sweet emotion, otro mega himno marca de la casa.

Y qué decir de I don´t want to miss a thing, donde los móviles sustituyeron a los mecheros de antaño y a más de uno/a se nos escapó una lagrimeja ya que estábamos asistiendo a un espectáculo irrepetible, tan único como ver interpretar el Come together de los Beatles de manera impecable. Tras esta, llegó Eat the rich y Cryin´, que de nuevo nos hizo conmover y hermanarnos en una comunión entre el público y su banda, la banda de todos. Dude (looks like a lady), nos llegó sin previo aviso continuando con la fiesta.

Y llegó otro momento irrepetible, de esos que se quedan en la retina, de esos que memorísticamente hablando se quedan para la posteridad. Se produce un parón, sacan un piano blanco y Steven se hace a los mandos del mismo no sin antes exponer al respetable el frío que estaba pasando y lo duros (y arrugados) que tenía los pezones. Hilarante momento. Pues bien, el bueno de Steve comienza a tocar la increíble y añorada Angel, para al cabo de unos compases dar paso a Dream on, en el cual Joe se sube al piano guitarra en ristre, haciéndolo posteriormente el propio Steven y clavando un tema mítico. Los pelos como escarpias se nos quedaron, (a los que no tenemos, pues el vello de punta).

El concierto lo cerrarían con Mother Popcorn de James Brown y la inigualable, la genuina, la auténtica, la entrañable Walk this Way y su riff tan característico. Presentación o despedida de los actores, confeti a raudales y caras de felicidad por doquier en una noche que sin duda alguna, para la gran mayoría fue una de las mejores musicalmente hablando de las que hemos podido vivir.

Aerosmithers Forever!

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