H.E.A.T. Madrid, 20/5/2022

La noche prometía, porque había muchas granas de volver a ver a H.E.A.T. en España y más tras la interrupción de la gira por la pandemia, por lo que el “Sold Out” llevaba colgado desde varios días antes del show.

Dos fueron los teloneros, en mi opinión, algo excesivo, con uno hubiera quedado más dinámica la cosa.

Los primeros en salir fueron TEMPLE BALLS, grupo finlandés de Hard Rock, bastante acordes con H.E.A.T. Su música tira mucho hacia el Hard Rock de corte ochentero, con todos los ingredientes clásicos como estribillos pegadizos, un cantante con mucha imagen, actitud y una muy buena voz, siendo bastante versátil en su actuación, una pareja de guitarristas muy solventes, haciendo muy buenos solos los dos y una base rítmica muy potente también.

Me gustaron bastante, aunque yo los hubiera puesto justo antes de H.E.A.T., por concordancia con sus estilos. El público acabó bastante satisfecho con su actuación y nos quedamos con ganas de un poco más.

A un servidor le cayeron del cielo tanto una púa, como una camiseta de ellos, que lanzaron al final de su concierto, por lo que lo guardaré en mi caja de los recuerdos musicales.

A Continuación saltaron a escena REACH, Un grupo que suena así como si fueran Muse, pero más rockeros y con algunos toques “retro” en algunos temas, muy originales.

Su actuación supuso un poco de “bajón”, ya que los temas eran más tranquilos y no pegaban demasiado con el estilo de los otros dos grupos, a aparte de que visualmente, al ser un trío, desluce un poco en directo. Llevan partes de apoyo grabadas para poder plasmar lo del estudio a directo con solo tres músicos. Como comentaba, los temas recuerdan un poco a Muse, por la forma de cantar de Ludvig, con muchos falsetes, pero suenan bastante más cañeros. Hicieron un buen concierto, sobre todo la segunda mitad del mismo, con temas más animados.

Y por fin llegaba el plato fuerte de la noche, H.E.A.T. saltaban al escenario los suecos y la expectación recaía, lógicamente, en Kenny Leckremo, regresando a la banda más de una década después y sustituyendo a nuestro querido EriK Grönwall a la voz. A priori una tarea difícil, dado el poderío vocal y el torbellino que es Erik en el escenario.

Los que vimos a H.E.A.T. con Kenny en su primera visita a España, en aquella lejana gira junto a Edguy y André Matos, sabíamos que era un frontman fantástico, pero lo que nos encontramos el viernes superó todas nuestras expectativas. Kenny salió como un auténtico huracán, en un estado de forma apoteósico, con un físico muy potente con sus músculos y su larguísima melena, dando saltos, bailando y sobre todo con una sonrisa de oreja a oreja que no se le quitó en todo el concierto.

Vocalmente, estuvo exultante, además arrancando con tres temas seguidos del último disco y demostrando que es capaz de hacerlos con una solvencia impresionante. La verdad es que todos los temas de los últimos discos los interpretó perfectamente, haciendo no echar de menos a Erik, ni vocalmente ni en actitud.

El setlist estuvo basado principalmente en canciones de la era Grönwall, pero si dejar de lado cinco temas de sus dos primeros discos, en los que él era el cantante de la banda. Sonaron espectacularmente los temas de todas sus épocas, donde Kenny demostró que, pese a tener una voz más melódica y AOR, también es capaz de cantar Hard Rock de forma poderosa, aunque sin llegar a los tonos más altos de Grönwall, pero eso no quita que también suba lo suyo.

El resto de la banda estuvo a un grandísimo nivel también, genial Jona Tee, a los teclados y coros y es que el es el responsable de gran parte del sonido de H.E.A.T., tanto en la composición de las canciones como en la producción, Jimmy Jay, al bajo, mostrándose muy sólido, activo y con mucha simpatía, Crash a la batería, espectacular también y que nos deleitó con un divertido solo de batería, y Dave Dalone, a la guitarra, que era el otro miembro al que tenía mucha curiosidad por ver, ya que la última vez que vi a HEAT en el Rock Fest del 2019, estaba un poco lejos del escenario y no pude apreciarlo como me hubiera gustado..

De Dave Dalone diré que toca la guitarra excelentemente bien, además no hay que olvidar que era el guitarrista principal del grupo en los tres primeros discos, hasta su salida, momento en el cual se quedó solo como principal guitarrista el que hasta ese momento había sido rítmica, Eric Rivers, demostrándonos a todos lo excelente guitarrista que es y clavando los solos de Dalone, aparte de aportar su toque más Rockero a todos los temas y una actitud e imagen de 10. Y es en este punto donde yo creo que Dalone flojea un poco, en comparación, toca excelentemente bien, tiene más técnica que Rivers, pero su carácter es más “seco”, menos expresivo y más distante con el público, por lo que, en estos aspectos yo eché muchísimo de menos a Eric Rivers, que salió de la banda justo antes de volver a entrar Dalone.

Pese a ello, su actuación fue sobresaliente y con un gusto exquisito en su forma de tocar.

Volviendo a Kenny, decir que chapurreó un montón en español lo que le dio un toque de cercanía y simpatía muy grande e hizo que se metiera aún más, si es que se puede, al público en el bolsillo. Además agradeciendo un montón con sus palabras y gestos al público asistente por la tremenda acogida.

Como anécdota contar que hubo un momento de ovación que hizo que se le saltaran las lágrimas, de rodillas en el suelo, haciendo de ese momento algo muy emotivo.

También tocaron los dos singles de adelanto del que va a ser su próximo disco “Force Majeure”, Back to the Rhythm y Nationwide, que sonaron muy potentes y que despejan un poco las dudas de si, tras la vuelta de Kenny, iban a volver al AOR o se iban a mantener haciendo Hard Rock, o tal vez hagan un poco de cada, lo veremos próximamente. 

El broche final fue el tema Rise, del último disco y que creo que es la primera vez que la tocan desde la reanudación de la gira, según he visto en los setlist de los anteriores conciertos, en los que acababan normalmente con There for you, de su primer disco.

En definitiva, un conciertazo en toda regla, con un ritmo trepidante, temas que en directo se disfrutan una barbaridad, con la gente tarareando hasta las melodías de guitarra, un grupo desatado, con un frontman de lo mejor que hay ahora mismo a nivel internacional, que contagian buen rollo y que hacen que sus conciertos sea una auténtica fiesta.

Quizá en las siguientes giras ya los veamos en salas más grandes u otro tipo de recintos. Ojalá y así sea porque se lo merecen.

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