VI Pure Thrash Festival: Jerez de la Frontera (03/11/23)

Cuando vas predispuesto a disfrutar, por lo general lo haces, cuando desde el inicio te tratan como a uno más, te arropan, no te dejan ni un instante solo, la gente se interesa por ti, ¿todo esto?, pues es impagable. Eso una vez en Jerez de la Frontera, la primera vez que visitaba esta urbe, y de nuevo porque me había embarcado en una ilusionante travesía de un par de centenares de kilómetros desde mi Benalmádena adoptiva, para acudir a una cita que se urdió en Sevilla, en el acojonante Demolition Metal Party. Alejandra y Nacho (Pi Bodi) fueron los honorables culpables de mi deleite y disfrute, y como no, del de todos los asistentes al concierto porque eran parte del staff de la organización del Pure Thrash.

Para esta ocasión la sexta edición (quizás la más ardua y con más mimo tratada según los organizadores), contaba con tres bandas a las que nunca había visto en directo, los sevillanos El Santo y Docka Pussel, y los jienenses Xkrude, tres aciertos, tres terribles y agresivos elementos contra nuestros tímpanos, tres formaciones entregadas, tres feroces agrupaciones musicales de Metal con diferentes matices y tres furibundos combos de sanadores del alma y de lo cotidiano.

El Santo

Los encargados de abrir fueron El Santo, con ellos tuve el error de pensar que su propuesta era principalmente hardcoreta, pero mi opinión estaba muy equivocada, demostraron que su potente sello va desde el Hardcore hasta profundos y pesados Grooves. La imponente figura de Ángel, voz y frontman sobre un pequeño atril del que prácticamente no se bajó y desde el cual arengaba al público, llamaba poderosísimamente la atención tanto por su extrema seriedad o su cavernosa voz, como por su desempeño impertérrito y aguerrido. “A la fuerza” y “Super” nos sacudieron salvajemente y el respetable se movía al son de esos fogonazos provocados por Adam a la guitarra, Salva al bajo y Ruso en el kit de batería, todos ellos animales volcándose en su trabajo por resquebrajar parte de los cimientos de La Guarida del Ángel.

Foto cortesía de J.J. Carrasco

Tras esta inicial embestida, hubo un ligero contratiempo con el sonido, se detuvo cerca de un minuto el concierto y tras solventarlo… “Prohibido” y los primeros guturales de cerdos acuchillados y cadencioso Metal aparecieron. “Obsoleto” y “Cállate” originarían a su vez sendos circle pits, un tanto deslucidos por la, para mí, excesiva luminosidad de la sala en esos momentos. Pero si la peña estaba ansiosa por escuchar y vivirla sin duda era “Bulla”. En esos instantes, el público estaba rendido a su particular Ángelel cual hacía una curiosa estampa superponiéndose ante el mosaico de baldosines que en la parte superior del escenario lucía a unas bailaoras de flamenco. Esta Guaridade hecho era un lugar habitual de representaciones folclóricas que en este caso albergaba un género un tanto distante pero igual de pasional.

Tras ese temazo, “Otros tiempos” y “Nueva realidad” significarían el cierre de una actuación formidable y apoteósica, donde los circle pits y los pogos eran ya un continuo, donde la energía fluía con fiereza y las ganas de divertirse en una comuna metalera, era ya un hecho, muy bien sellado por esta banda que allá donde vaya demostraran que pese a su relativa corta vida, alargará muchísimo la de aquellos que la disfruten.

Docka Pussel

Otra tormenta sonora se cernía sobre Jerez y particularmente estaba muy excitado por sentirla ya que era el grupo que con más profusión había escuchado en la previa y que más me había hecho vibrar. Se trataban de los sevillanos Docka Pussel, comandados por una frontwoman con una personalidad única, una auténtica fiera sobre las tablas, un auténtico amor fuera de ellas. Zark comandaba a otros tres vándalosOjka a la guitarra, Floho al bajo y Luis a la batería, conformando un fluido combo que hacían su autodenominado psychometal, brutal combinación de oníricas pesadillas metálicas, pasajes melódicos y contratiempos brutales. Venían a presentar su tercer álbum, Underdogs, un tremendo trabajo de calidad, temas variopintos, letras muy curradas y una soberbia producción. En esta noche gaditana, el 70 % de su setlist iba a estar conformado por ese nuevo álbum.

Foto cortersía de J.J. Carrasco

Comenzaron con “DSM-5” y “Blood” de su anterior disco, Animal Queendom, donde sin más preámbulos y de una forma salvaje, Zark se mostraba semiposeida, contoneándose y lanzando unos terribles guturales para luego suavizarlos con una voz bien modulada y un vibrato aún más contenido y nítido. Acaparaba toda la atención y a la vez intimidaba, del mismo modo uno no podía dejar de quedarse embelesado ante tantas contradicciones sonoras y puesta en escena.
“The Wigstar rats” sería el inicio del repaso al nuevo disco, y así una tras otra fueron invadiendo los muros interiores de la Guarida del Ángel. La sample de “Undone” era lanzada y aclamada por el respetable porque conocían este tema, al igual que con El Santo, una nueva conexión ya se había afianzado. Parecía que con “Violent delights” se nos iba a conceder un ligero descanso por ese medio tiempo de inicio, pero era una ilusión, más aún cuando sorpresivamente y sin recuperar el aliento llegaba uno de mis temas favoritos, y  parece ser que el de mucha gente porque en ese momento, con los primeros acordes de “November”, la sala vibró de una manera especialmente unísona y clamorosa, la propia Zark no paraba de cabecear dándose cuenta del efecto generado, haciendo a su vez que sus compañeros también estuvieran entregadísimos.

Tras esos extasiantes instantes vividos, tocaba otros de pura psicodelia, más ritmos asincopados y guturales interpretados en Insomnia, con un trabajo de batería ultracuidado y machacón. La bestial Deadlock que cerraría el concierto junto a Mother Storm”en la cual la nívea cantante se mezclaría con el público dentro de un torbellino humano. Un colofón fascinante englobado en una actuación impecable,con una puesta en escena cuidada y quedando reflejada en la cara de satisfacción de los asistentes, así como en los comentarios postreros justo antes de recibir la última andanada de la noche.

Xkrude

Tras los vientos huracanados sónicos que nos habían extenuado, Xkrude venían frescos con deseos de desvencijarnos del todo a base de otro giro de timón en la “folklórica” Guarida del Ángel. Desde las tierras denominadas Paraiso interiorLitox& Co. nos proponían un buen repertorio de su discografía, un compendio bien surtido para una banda que fluye desde hace un cuarto de siglo y que, pese a los distintos cambios de formación, mantienen una resonancia bestial. De hecho desde la platea se les observaba una profesionalidad y entrega muy llamativa, un grupo distinto de lo habitual, al menos por lo que suelo escuchar ya que esos alaridos y estilo metalero alternativo no es mi debilidad, pero vaya, en directo entraba por todos los sentidos.

Con dos guitarras surcando los laterales del escenario ultra digitalizadas por David y Juan, saciaban las sacudidas semidemoniacas del publico e incitadas a su vez por esa base contundente y cadenciosa a la vez que rápida y asesina de Julio al bajo y Diego a la batería, este conjunto hacía que todo se tornase en una maraña de cuerpos bailoteando y empujándose al son de la voz de un Litox dueño y señor en esos momentos de nuestras vidas. No sé abrió el concierto,  haciéndose desde ese momento una perfecta comunión. No sería la única canción del disco del 2007, Del alimento a las cenizas, ya que “Cíclicempirico o “Jode el puto sistema” serian muy aclamadas. Del mismo modo, trallazo tras trallazo, se desgranaría “Inmolación” (impresionantes esas guitarras a modo de fogonazos), la coreada “Solo uno” “Huella” del EP Solo Filosofía, su más reciente creación. 

Foto cortesía de J.J. Carrasco

Para entonces, yo ya estaba metido en los continuos pogos, disfrutando como el primer día que comencé a asistir a conciertos de Heavy de todas las índoles hace 25 años, siempre indemne, siempre de pie… hasta que llegó Sandra, una chiclanera que como es habitual en estas lides, me propinó un empujón, nada fuera de lo común, sin maldad, solo eso, y mis piernas se trabaron con otras y no pude sino pensar, “arrea que me voy a caer de culo”. Y así fue, algo inusual, una ofensa, un tremendo golpe al orgullo, la caída de un gigante… No, simplemente un hostión y lo más maravilloso de todo, 5 o 7 pares de brazo que me levantaron en un segundo tornaron mi “humillación” en un triunfal gozo por saber que quien cae en un concierto de rock, siempre será levantado por todos, nadie es menos que nadie y que pese a lo brutos que podemos ser, damos continuas lecciones de educación. (No os podéis imaginar la gracia que me hizo ver al novio o acompañante de Sandra, mirarme y declamar apresuradamente, ha sido ella, ha sido ella). 

Tras este ligero traspiés, del que no demasiada gente se percató, Xkrude seguían yendo a lo suyo, y he de confesar que desde ese momento ya me limité a disfrutar sin tomar apuntes, ni adquirir más detalles, simplemente me dejé llevar hasta un final apoteósico y monstruosamente convincente. Los jienenses habían salido a por todas y consiguieron cerrar un festival del que todos nos quedamos extasiados, entusiasmados y realmente agotados, de eso se trataba y eso consiguió la organización del mismo.

Sentidísimo agradecimiento a toda esa gente (Edu, Ale, Nacho, Fer…) y por supuesto a J.J.Carrasco por las alucinantes fotos que muy amablemente se dignó a pasarme para ilustrar esta crónica y al cual observé cómo se encaramaba en cualquier lugar o adquiría un escorzo imposible para captar la mejor imagen. Pure Crack para un Festi PureThrash!! (Sí, sonó raro).

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