¿Y si os comentara que le estoy dando al sueco?, y no porque le esté zumbando a ningún diseñador de IKEA, sino que estoy empezando a chapurrear dicho idioma by youtube ya que Sala Nana acogió en una fresquita noche de finales de Noviembre a su enésimo grupo procedente de dicho país escandinavo. Pero no se trataban de unos desconocidos en absoluto, sino de una de las perlas del hardrock europeo: Coldspell. Fue una pasada ver como nuestro querido Santi Sherpa tarareaba casi todas sus canciones durante el concierto que ofrecieron y del cual la media centena de personas que asistimos nos quedamos hipersatisfechos.
Todo comenzó pasadas las 22:30 horas, con la sala expectante, los cuatro miembros de Coldspell cruzaron por un lateral de la misma para situarse en el escenario e iniciar un breve y respetuoso repaso a su discografía, arrancando con “Legacy”, asombrosamente deliciosa, melódica y con una conjunción instrumental que hizo que en ese momento supiéramos que el show iba a ser de altísima calidad. Sin embargo, como suele ocurrir, a la mayoría de los asistentes les iba costar calentar motores y la recepción inicial fue un tanto tibia. Sin embargo con “Forevermore”, más conocida gracias a su espectacular videoclip, un hormigueo comenzaba a apoderarse del respetable, apoyando el estribillo y cabeceando a ritmo de la impecable apisonadora detrás del kit de batería, un elegante músico en todos los aspectos llamado Perra Johansson.
Michael Larsson, sería el encargado de hacer los honores de iniciar “It hurts”, y es que su ESP Ltd sonó de auténtico lujo, envolviéndonos increíblemente como si se tratara de un dúo de guitarras. El rubio guitarra, alma mater de la banda dio una lección sublime de cómo tocar en directo, utilizando cantidad de efectos y demostrando un dominio y una depuración como pocas veces se ha visto en Nana. Preguntad por ahí, preguntad por ahí 😉
“Angel of the world”, mega hardrockera, continuaba el festival sueco donde Chris Goldsmith y su magnífico bajo Fender Jaguar no cesaba de lanzar notas y formar una base rítmica envolvente y cadenciosa, efectiva y demoledora, como sobrecogedora fue la siguiente dedicatoria que hizo Michael Larsson. Fue tal que hasta se me hizo un nudo en la garganta, “Eye of the Storm” iba dedicada a su hija la cual había fallecido hacía escasas fechas. Dicho en inglés, al no entenderse, fue un speech que muchos de los presentes no captaron por lo que no tuvo el efecto dramático que correspondía. Aún así, el impertérrito cantante Niclas Swedentorp la interpretó con una fuerza inusitada, con mucho feeling, y el solo correspondiente del hacha sueco fue desgarrador, más aún si conocías el motivo de su interpretación.
Pasado el momento crítico y tras algunos fallos técnicos que se resolvieron con rápida solvencia por parte de David, el técnico de sonido y del propio Jose Luis Cañas, “This is me” y “Night falls” reflotaron la parte más rápida, intimista y melódica de la noche, y es que era un vaivén continuo de sonidos potentes, edulcoradas filigranas sónicas y sobre todo de un gusto exquisito, fruto de una profesionalidad envidiable y trabajada, la teoría del aburrimiento por las largas jornadas de frío en esos países bálticos. Menuda cuna es Suecia en este caso.
Qué lástima que hasta estos lares no hubieran trasladado junto a ellos a Matti Eklund, su teclista oficial, lo cual ya habría sido excelso, sobre todo en un tema como “Infinite Stargaze”, el más largo de todo el set list. Aún así “On the run” y una de mis favoritas, “Call of the Wild”, siguieron una estela casi mágica, dejándonos hasta ese momento muy satisfechos de lo que estábamos viviendo, ya no escuchando ni visualizando, sino que en esos instantes formábamos parte de la familia Coldspell, y el grupo así lo percibía porque el público estaba mucho más entregado y animado, entonando esos particulares “oes, oes, oes”.
“Six feet under”, “Time” (auténtico pelotazo en directo) y “Paradise” servían para casi completar un set list muy equilibrado, muy bien seleccionado, sin altibajos significativos y con un ritmo incesante, bastante heavy para tratarse de hardrock clasicote. Y finalmente la cuasi sureña con regusto americano “Straight things out” puso el colofón perfecto a una noche que sin duda será muy recordada. En palabras del gurú musical, Luis Ruiz, “de lo mejorcito que ha pasado por la Nana”. General fue la sensación de que pasará cierto tiempo hasta poder ver tanta calidad reunida, por no hablar del placer que produce reunirse con habituales en este sitio, así como la sorpresa de conocer a otros “valientes” socios de la Sala Urban Rock Concept de Vitoria, Maribel Carmona y Txema González, ejerciendo esa noche de auténticos groupies de la banda ya que en dos jornadas más tocarían en su propia sala.
En definitiva, una noche magnífica, dichosa para los que estuvimos y embriagadoramente eufónica. Ojalá no pase demasiado tiempo para poder ver en directo a estos alucinantes Coldspell, los cuales fuera del escenario son increíblemente educados y cercanos.
Desde aquí por último, especial mención y ánimo a mi hermano Rafa Abad, cronista sibilino acojonante y acertado. Vamos Rafaaaaaaaa!!!!!!!!!!
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