Tras el paso de Guns N´Roses y su desigual actuación, en torno a dos divisiones de metaleros, cruzaban la zona del escenario 2. Parkway Drive acababa de iniciar su concierto en dicho escenario, pero para entonces ya lo hacían de una manera brutal, descomunal, salvaje y cruda, sin demasiados artificios, con un juego de luces imponente, en concordancia con la música que estaban interpretando. Wishing well y Prey, las que abren su último y reciente álbum, Reverence, el sexto de su relativa corta vida musical, sonaron perfectas e hicicieron que mucha gente taciturna por lo que habían presenciado escasos minutos antes, se quedara hipnotizada por la energía que estaban desplegando estos australianos. Y como los temas que esa noche mostraron fueron de facturas cortas, resultó de lo más entretenido… bastante más que eso. Balsámico incluso.
Daba igual que conocieras más o menos las canciones, porque este grupo consigue en directo una conexión con el público bestial, ya sea por las melodías pegadizas, los coros multitudinarios, la potentísima base rítmica y riffs que acuchillan, hacen e hicieron que el público no dejara de saltar y hacer headbanging, vamos, el pisa cucarachas, como digo yo al baile Metalcore.
En Carrion, se notó la impronta que en su día dejó Adam Dutkiewicz guitarrista de los animalacos Killswitch Engage. Pero era el preludio lo que iban a demostrar, y era que esta gente ha cogido conseguido su propio sonido, su propia personalidad. Vice grip y Dedicated, fueron dos mazazos que enardecieron a la masa que en ese momento nos congregábamos, obedeciendo fielmente las indicaciones y locuciones de un Winston McCall que flipaba por la cantidad de peña que tenía delante. Cada vez que nos arengaba antes, durante o después de cualquier tema, se quedaba completamente complacido, a la vez que alucinaba. Y es que muchísima people, nos habíamos quedado ligeramente mosqueados por la actuación de los Guns, (no sé si lo he dicho antes)… Por lo que teníamos energías acumuladas que estallaron insólitamente con estos cinco titanes.
La mezcla de heavies con, como también suelo decir, cachorros del Metal, fue lo más hilarante y sorprendentemente que había presenciado hasta la fecha. ¡Todos estábamos hechizados por los Parkway Dirve!. Por lo tanto, Idols and Anchors, The void o Karma, nutrieron nuestra recuperada dosis de éxtasis repentino. Para ello, el guitarra principal, Jeff Ling se afanó por ser esa parte fundamental en esta maquinaria perfecta. Luke Kilpatrick le secundaba colosalmente, formando un combo que redondeaban Ben Gordon y Jia O´connor, bajo y batería respectivamente. Recreando Absolute power y sobre todo Wild Eyes, con ese inicio y final tan multitudinario, nos atizaron y fustigaron con renovados circle pits y death pits, bastante acordes a la variopinta audiencia, y que rodaron muchas zonas del público. Y es que seguíamos embriagados por estos australianos. Crushed con esos aires orientales, y por encima de todas, Bottom feeder, cerraron el concierto e hizo que paráramos de saltar y vitorear a estos australianos aventajados.
Habían estado soberbios, les había acompañado el sonido, la conglomeración de la gente después de otro mega concierto, la pasión con la que los presentes lo vivimos, todos esos factores, más alguno más, hicieron que muchísima gente opinara igual que yo. Que esa noche, en el Download Festival 2018 de Madrid, los Parkway Drive se merendaron a los mismísimos Guns N´Roses. Así lo opino, así lo digo.
Lo que Dio quita, Dio da!!!!!
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