FESTIVAL PAELLA ROCK Puertollano, 6/5/2022 (I)

Tras 2 años de parón obligado por la pandemia volvía a Puertollano uno de los festivales con más solera de la provincia, el queridísimo Paella Rock; ya en su XI edición (ahí es nada) y con uno de los mejores carteles de su ya dilatada historia.

Lo primero de todo me gustaría poner en valor la labor y el esfuerzo organizativo de los artífices del festival, los padres de la criatura: la Asociación Cohete Sport, que consiguen que el evento vaya a más año tras año a base de coraje, sudor y lágrimas; y sobre todo haciéndolo con mimo y mucho cariño.

Había ganas de Paella Rock. En los días previos se intuía, ese 6 de mayo se confirmó: más de mil personas se dieron cita en el Coso Polivalente de Puertollano para disfrutar de grupazos como Miss Octubre, Leize  y Saratoga, acompañados por las bandas locales The Buyakers y Boomker. Y por supuesto, pudieron disfrutar de la riquísima paella gratuita para todos los asistentes, plato típico que da nombre al festival y que a los chicos de Cohete Sport les sale de lujo. La foto de la hilera de paelleras gigantes hirviendo a la vez era realmente imponente y sorprendía a los asistentes para los que este año constituía su primer contacto con el festival. Y sin olvidarnos del carácter benéfico sin ánimo de lucro del festival. ¿Qué más se puede pedir por 5€ que costaba la entrada?

El festival en sí comenzó a las siete de la tarde con la actuación de The Buyakers; para un servidor comenzó a las diez y media de la mañana, ya que mi grupo (Boomker) tenía la prueba de sonido a las once. La crónica que sigue a continuación no es una crónica al uso; es el relato de la intrahistoria del festival contada desde las entrañas del mismo. Comenzamos…

Aún no eran las once de la mañana cuando descargábamos  amplificadores e instrumentos y el Coso Polivalente nos engullía (y no nos soltaría en muchas horas) por su puerta 4 que da directamente acceso al ruedo donde se levantaba un amplio escenario sobre el que Alex Ferrón y sus chicos de 6k3 ya llevaban un buen rato afanados montando estructuras de iluminación y equipos de sonido.

Boomker éramos los primeros en probar sonido, finalmente sobre las doce de la mañana, con un sol de justicia que caía de lleno sobre nuestras cabezas. Esta primera toma de contacto con el sonido del festival ya nos hizo intuir cómo iban a sonar todos los grupos en los conciertos de la tarde-noche: Alucinante!; y es que siempre es un placer trabajar con gente tan profesional, que saben perfectamente lo que se traen entre manos, como 6k3.

Tras este conato de insolación se me antojó primordial hacer una primera visita a las neveras de los camerinos. The Buyakers y Boomker compartiríamos a lo largo de la jornada el número 4, sala amplia y sobriamente decorada donde no faltaba ni un detalle: viandas de todo tipo, bebida de sobra… hasta había bandejas de fruta; y es que Cohete Sport saben cómo hacerte sentir como en casa, tratándonos como si fuéramos  el grupo más importante de la historia del rock en vez de una panda de amigos que están en la música por hobby y diversión. Además sé que todas las bandas se mostraron muy satisfechas por el trato recibido, por cómo se les agasajó en todo momento. Son detalles que hacen grande al Paella Rock. Chapeau por Cohete Sport; eso sí, contando con la inestimable ayuda (tanto económica como de cesión de infraestructuras) del Ayuntamiento de Puertollano; y apoyados, aconsejados y casi guiados por ese personaje tan querido como es José Carlos Gil (Gitano) al que se le vio todo el día sin parar de aquí para allá, implicado al 100% y gestionando las mil vicisitudes que iban surgiendo en un evento de esta magnitud.

Llegando el mediodía, la organización del festival nos iba a sorprender muy gratamente con un magnífico cocido (que les salió buenísimo) para músicos, montadores y varios invitados (algunos de ellos de auténtico lujo, como Paco Ventura, guitarrista de Medina Azahara, que disfrutó junto a su mujer del festival hasta altas horas de la noche). Y siguiendo con las sorpresas, la espera mientras se cocinaba ese “cocidaco bueno” se nos hizo cortísima ya que iba a ser amenizada por la cantautora Graci Rodríguez, que resultó ser todo un descubrimiento y que nos dejó a todos boquiabiertos  con su voz, su arte y su simpatía. Con su esencia flamenca, de raíces puetollanarras, Graci  se marcó un alucinante set acústico a voz y guitarra en el que se intercalaban sus composiciones propias (con preciosas y curradas letras) con versiones rockeras convenientemente pasadas por el tamiz flamenco y llevadas a otra dimensión gracias a su privilegiada voz. Temas como “El Lago” (Triana), “La luna me sabe a poco” (Marea) o “Flojos de pantalón” (Rosendo) nos dejaron a todos con una sonrisa en la cara y la sensación de haber presenciado algo especial.

Los actos emotivos se sucedían y llegaba el momento elegido por la directiva de la Asociación Cohete Sport para hacer entrega a todos los grupos de unas placas conmemorativas de su paso por el festival, siendo un servidor el encargado de hacer las pertinentes presentaciones; menos, como es obvio, de Boomker donde hizo de maestro de ceremonias un emocionado Ramón de la Rubia perfectamente secundado por Gabi y Urbano (ellos 3 conforman el power trío que es el motor y cabezas pensantes  de Cohete Sport). Y no me canso de reiterarlo: con qué cariño y sentimiento hacen todo esta gente. Que grandes.

Discurre la tarde en el Coso Polivalente que se convierte de nuevo en un hervidero de actividad: se ultiman los detalles en taquilla (encomiable la labor de Jaime Camacho Pastilla), se terminan de engalanar los stands de varias asociaciones sin ánimo de lucro muy arraigadas en Puertollano como son “Arañazos” y “Ni un niño sin lápiz”; y mientras, Miss Octubre sufre el sol manchego en su prueba de sonido; y es que sobre las cinco de la tarde el escenario era lo más parecido a un horno (menos mal que esta gente son chicarrones del Norte (Alfredo Piedrafita de Navarra, el resto del grupo de Barcelona) y aguantaron estoicamente los 30 grados que en ese momento caían a plomo sobre la ciudad minera).

Las seis de la tarde. Se abre al público la taquilla. Colas de gente para acceder al recinto. Los nervios van en aumento…llega la hora de las actuaciones.

A las siete de la tarde, con puntualidad británica, saltaban a las tablas The Buyakers, pistoletazo de salida de esta XI edición del Paella Rock. Son un grupo muy querido en Puertollano, jugaban en casa y así, a pesar de la temprana hora de su actuación, ya había una muy buena entrada de público que disfrutó de su rock festivo a lo largo de los 45 minutos que duró su show, en el que nos deleitaron con temas tan emblemáticos como “Empieza la función” que daba título a su primer disco del 2015; o esos momentos para el recuerdo que fueron “En dirección contraria” con la colaboración de José Carlos Gil (“Gitano”) que sombrero y pajarita roja en ristre se le vio disfrutar de lo lindo (como Buyakero de pro que es) o ese final de fiesta que fue “Cuatro Vientos” con la presencia encima del escenario de Alberto, hermano de Sergio “Suko”. Buen rollo, actitud festiva al 100% y sonando de maravilla; disfrutando y haciendo disfrutar. Queda prohibido el aburrimiento. Enhorabuena tíos por esos 3 Paella Rock que lleváis  a las espaldas, como atestigua la  bonita placa que se les entregó al final de su actuación… y seguro que vendrán muchos más!!

Por supuesto, de Boomker no voy hacer crónica ni valoración musical alguna (no se puede ser juez y parte), pero sí que quiero resaltar un momentazo que quedará en nuestro recuerdo para siempre: es un lujo interpretar el “Blanco y negro” de Barricada con uno de los pilares de la banda pamplonica a tu lado en el escenario. Esa instantánea de dicho escenario con Alfredo Piedrafita, Fredi y Sergio “Suko” llenándolo de calidad, camaradería y rock sincero hecho desde lo más hondo del corazón me la guardo en mi carpeta mental “Vivencias que merecen la pena”.

(Fin 1ª parte 😁)


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