Los Zigarros + Gallos: Madrid 11/5/2019

A la hora señalada saltan al escenario Los Gallos, muy buen grupo Madrileño de rock and roll que enseguida nos demuestran que tienen muchas tablas y su cantante, Nacho, es gran frontman, muy simpático y animando mucho al personal, además de ser guitarra rítmica.

Tuvieron un sonido bastante bueno y «caldearon» el ambiente a base de bien mientras terminaba de llenarse la sala. Me gustaron mucho. Como nota también reseñar que la guitarrista solista, Laura, aparte de currarse buenos arreglos de triadas y solos en todos los temas, es también integrante de las “Cherry and the ladies”, la banda que acompaña a Raúl Gómez en el programa de movistar +, Maratón Man.

Con la sala ya a tope y colgando el cartel de Sold Out saltaron al escenario Los Zigarros, arrancando con “Apaga la radio”, tras la introducción «La trampa» que abre también su disco, con el público rendido a sus pies desde el minuto uno, cantando, saltando y bailando sin parar.

El sonido era nítido y dejaba apreciar todos los detalles con gran claridad. Tocaron prácticamente todo su nuevo disco a excepción de un tema, la verdad es que se notaba un poco la bajada de intensidad cuando tocaban los nuevos temas, pero también es normal, por el poco tiempo que lleva en el mercado el último disco, aun así todo el mundo se las sabía y las cantaba, no obstante con canciones como «Mis amigos», el tema más «Zigarrero» del nuevo disco, que es una versión de The Flying Rebollos, la gente enloquecía y bailaban como posesos, sobre todo los integrantes de los Gallos y sus seguidores, que no pararon de hacer pogos durante todo el concierto. 

Hablando de la banda, la veo engrasadísima, en su mejor momento hasta la fecha, los he visto cuatro veces desde sus inicios hasta ahora y este concierto es el que más me han gustado, se notan mucho las tablas, Ovidi, un poco más comunicativo con la gente, dentro de que no es muy dado a hablar con el público, aunque lo suple con actitud y con ese feeling que tiene cantando y tocando, el que sí que es pura actitud a raudales, energía y comunicativo con el público es su hermano Álvaro, que a la guitarra lo vive igual que la primera vez que los vi, y aunque no tenga micro, se tira todo el concierto haciendo gestos hacia el público y las típicas «posturitas» con la guitarra, que le salen de forma totalmente natural porque lo vive muy intensamente, me encantó, y del bajista, Nacho y el batería, Adrián, decir que hacen un grandísimo trabajo, porque aparte de tocar con gran contundencia y estar perfectamente coordinados los dos, aportan en lo que a coros se refiere muchísimo; Nacho canta casi todo el rato junto con Ovidi haciéndole unas segundas voces muy buenas y Adrián se canta también todos los estribillos, un 10 para ellos dos.

Con el tema «A todo que sí», invitaron a unirse a ellos a Nacho, el cantante de los Gallos, momento en el que sus seguidores en la pista la volvieron a liar bien gorda.

Como es habitual, Angel Vera salió al escenario para tocar con su armónica «Cayendo por el agujero» y marcándose un duelo con Álvaro bastante divertido.

Y con ese desenfreno sin tregua fueron cayendo temas de sus tres discos para rematar el concierto de forma apoteósica con “Hablar, hablar, hablar”, “Dispárame” y “Fuera de la ley”, con el público totalmente fuera de control y haciendo de aquello una gran fiesta de Rock and roll.

Los allí presentes pudimos disfrutar de otro grandísimo concierto del que es, posiblemente, el relevo generacional y el grupo español más en forma en lo que Rock se refiere. Este grupo pronto debería de estar tocando en recintos de mayor aforo, ya que llenar la Riviera y dos noches seguidas la sala But no está al alcance de cualquiera, cuando eso pase, los que los hemos disfrutado en conciertos como estos, podremos decir aquello de “yo estuve allí”.

Como anécdota comentar que si Tobias Sammet, de Avantasia, se quejaba de los 10€ que costaba un litro de cerveza en Vistalegre, aquí hubiera alucinado con los 5 eurazos que cuesta un tercio en esta sala, un precio totalmente desproporcionado.

El único punto negativo de la noche, a parte del precio de las bebidas, fue que al terminar el concierto no salieran a firmar o a saludar a sus seguidores como siempre suelen hacer, espero que sea una cosa puntual y no se convierta en norma, ya que las veces anteriores que los he visto se han enrollado muy bien en ese sentido.

 

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