Voy a hablaros de la experiencia de ir a un gran festival como el Rock Fest 2018 con una niña de 4 años y además, hacer una pequeña reseña de cada concierto que pude disfrutar.
Día 1.
Lo primero que hay que saber es que ir a un festival de este calibre con niños pequeños no tiene nada que ver a ir solo adultos o con chavales más grandes y no te das cuenta hasta que lo haces, te pierdes muchas cosas, pero ganas otras muchas, digamos que se disfruta “de otra manera”.
Al ir con mi hija me fijé más en la cantidad de gente que va con niños pequeños e incluso con bebés en sus carritos y la verdad es que había bastantes más de los que yo me esperaba, lo cual está muy bien, que los padres no tengamos por qué dejar de hacer lo que nos gusta solo por el hecho de serlo.
Mientras entrábamos y hacíamos las gestiones iniciales (pulserita de la niña, comprar unos cascos para sus oídos, fotitos, etc.) estaba tocando Eclipse, una de mis bandas favoritas del Hard Rock melódico actual. Más que verlos, los escuché, pero por lo que pude apreciar y lo que contaron otros asistentes, estuvieron muy bien y tuvieron un buen sonido. Erik Matterson y sus chicos son una apuesta segura, en directo nunca defraudan y desgranan su Hard Rock con temas como Bleed and Scream, I don’t wanna say i’m sorry o su balada Hurt, por citar solo tres grandes canciones de los suecos. Gran concierto aunque muy corto, dejando a todo el mundo con ganas de más. A nivel personal me alegré mucho de que tocaran, por fin, en uno de los escenarios grandes, no en la carpa como las dos veces anteriores.
A los pequeños hay que entretenerlos de un montón de maneras, son muchas horas y aunque les guste la música, se cansan, se aburren a ratos y quieren otras cosas. En mi caso, los ventiladores con agua pulverizada jugaron un papel importante, y acudimos a ellos en muchas ocasiones para el disfrute de la pequeñaja. Y aquí el primer punto flaco del festival, NO hay ninguna zona de recreo para nuestros hijos, ni guardería, ni nada parecido. Tan solo hay un parque del municipio, fuera del recinto del festival, pero acudir allí conlleva el no poder disfrutar de los conciertos ni de lejos, como me ocurrió con Dee Snider o Phil Campbell entre otros cuantos. Este es un punto muy desfavorable, en ese sentido, que se puede mejorar mucho en futuras ediciones.
Una simple guardería (a un precio razonable) con alguien al cargo, un pequeño parque, un hinchable, algún taller y un pinta caras, sería suficiente y hubiera dado muchísimo juego y más actuando un grupo como KISS. Hubiera sido un puntazo ver a todos los pequeños con las caras pintadas de los miembros de KISS.
URIAH HEEP fue el primer grupo del que disfruté más cerca del escenario y verlo en condiciones y la verdad es que hicieron un “señor” concierto, con mucha clase y con temazos de rock clásico que todos conocemos. Mick Boss excelente, como siempre, a las guitarras y tirando del carro y Bernie Shaw a las voces excelente también y con mucha actitud, nunca los había visto antes y me sorprendieron gratamente.
ACCEPT, los vi desde la parte trasera mientras jugaba un poco con la niña, pero lo disfruté y tuve las mismas sensaciones que en enero en La Riviera. Hicieron uno de los mejores conciertos del primer día, buen setlist, buen sonido y mucha actitud, Wolf Hoffmann volvió a dejar claro quién es el alma de Accept, es un guitarrista excelente, de los que no dejan indiferente a nadie, tanto por su forma de tocar y sus excelentes solos, como por su presencia sobre el escenario y su gran simpatía con el público, es un líder nato y estuvo genial. Respecto a Mark Tornillo, aunque soy mucho más seguidor de la época clásica de la banda, me gustó mucho en este concierto y me parece un buen sucesor del gran UDO, personalmente me recuerda mucho su actitud a la de Brian Johnson, quedándose muchas veces en segundo plano y dejando el protagonismo a Wolf y el resto de músicos. Me encantó su concierto plagado de himnos y eso de gritar el estribillo de “Metal Heart” puño en alto y tararear el “Für Elise” a grito pelado con mi hija a hombros volviéndose “loca” no está pagado.
JUDAS PRIEST, debo reconocer que lo de Rob Halford es impresionante, ya lo vi en el 2012 y me pareció que estaba genial de la voz, pero en este Rock Fest me ha dado la impresión de que estaba aún mejor, es increíble como canta este hombre para tener sesenta y seis años. Es cierto que se le ve sufrir bastante en los temas más exigentes como Painkiller, por ejemplo, pero ha sabido adaptar su voz al paso del tiempo y en los últimos años lo veo en un estado vocal excelente, además de que es un tío súper educado con el público, comunicativo y agradecido, me gustó mucho. Respecto a los dos guitarristas, decir que a Ritchie Faulkner lo vi espectacular, tocando los clásicos excelentemente bien y adoptando las poses y maneras de un auténtico “Judas”, Andy Sneap cumplió, aunque más estático que Ritchie, pero en favor de los dos guitarristas diré que, sinceramente, en los temas clásicos no se notaba la falta de Tipton y KK, a nivel musical, porque tocan los temas clavados a ellos. Otra cosa es a nivel sentimental.
El detallazo y la sorpresa del concierto para muchos, aunque ya lo han hecho en varios conciertos, fue cuando Glen Tipton salió a tocar con ellos los bises, provocando la locura de los que allí estábamos. Me encantaron.
Al no haber ningún sitio de recreo para los niños no queda otra que irte turnando, así que si alguno de los dos quería ver algún concierto de cerca, el otro se tenía que quedar con la niña detrás o fuera, o al revés, de tal forma que nos fue casi imposible ver algún concierto juntos relativamente cerca del escenario (tan solo Stryper y algún grupo más), así que hicimos uno de esos cambios de turno para poder ver bien a Ozzy.
OZZY OSBOURNE, lo de Ozzy dio para muchas y muy variopintas opiniones a lo largo de todo el festival, desde los que nunca lo habíamos visto y nos esperábamos mucho menos y nos gustó, hasta los que decían que fue penoso y el peor concierto de todos. Lo cierto es que lleva una súper banda, suena atronadora y tiene en su discografía una gran cantidad de temazos.
Es cierto que Ozzy vocalmente no está muy allá, que su entonación en algunos temas fue muy mala, pero a mí me dio mucha mejor impresión de lo que me esperaba.
Del increíble Zakk Wilde, personalmente no me terminó de gustar el sonido tan “sucio” que tuvo y el solo de más de 15 minutos bajándose al foso y tocando por detrás de la cabeza, me resultó monótono y para mi gusto sobró completamente y más para un concierto de un festival. Entiendo que los solos sirvieron para que Ozzy descansara, pero entre el solo de Zakk y el del batería, podrían haber tocado perfectamente tres o cuatro temas más.
Salvo por esto último, me pareció un concierto divertido y me gustó bastante. El momento de la noche para mí, la balada Mama i’m coming home (vello de punta todo el rato).
Me quedé sin ver a HEAT, tenía mucha curiosidad por verlos con Dalone en solitario a la guitarra y los tributos de Motörhead, que el año pasado me encantaron. Sobre HEAT, parece ser que Dalone no terminó de convencer del todo al personal en comparación a como lo hacía Eric River desde que se quedó solo. Será cuestión de verlos en concierto propio para opinar.
Día 2.
El segundo día me pasé por el puesto de merchandising oficial de las bandas y comprobé que el precio de los artículos me resultó excesivamente caro, no sé si sería cosa de los propios grupos o de la organización, pero pagar 35€ de media por una camiseta de Kiss, Ozzy, Judas o Scorpions me parece exageradísimo, el resto de camisetas de los demás grupos rondaban los 25€, que tampoco son baratas precisamente.
AXEL RUDI PELL, se marcaron un gran concierto, pese a tocar solamente una hora y con ese calor, tenía muchas ganas de ver a uno de los mejores cantantes y frontman de la actualidad como es Johnny Gioeli y me pareció impresionante su chorro de voz y su energía inagotable, corriendo constantemente de un lado al otro del escenario y con continuos gestos hacia el público. Me dejó con muchísimas más ganas de volver a verle pronto, ya sea con el propio Axel, con su grupo Hardline, con su proyecto con Deen Castronovo o con quien sea.
Respecto a Axel, me gustó también. Lo que más me gusta de este guitarrista es que se muestra más como un compositor y creador de melodías que como el guitar hero que es. Aunque el grupo lleva su propio nombre no es el típico guitarrista solista en el que recaen absolutamente todas las miradas, porque tiene una actitud más de “banda”, dejando la mayor parte del protagonismo a Gioeli y no tiene la necesidad de estar demostrando todo el rato lo rápido que es y cuantas cosas sabe hacer. Muy buenos y dejándonos a todos con ganas de verles en un concierto más largo.
Hay un punto que me gustó del festival el año pasado y es el tema de los aseos, hay muchísimos y apenas tienes que esperar para entrar, pero este año me he dado cuenta de que no hay servicios destinados a los más pequeños. Una mejora para futuras ediciones podría ser poner servicios adaptados a su tamaño, donde no entraran los adultos y donde ellos pudieran hacer sus cosas mejor. Creo que no sería una inversión muy grande y ayudaría mucho a facilitar las cosas a padres e hij@s.
VIXEN, He de reconocer que tenía unas ganas enormes de verlas porque eran de mis grupos favoritos de juventud, pero al final, por mis obligaciones, solo pude disfrutar desde delante dos o tres temas, el resto lo vi desde atrás aunque prestándoles la máxima atención posible. Bajo mi punto de vista están muy en forma, se conservan en un estado físico estupendo, Janet Gardner muy bien tanto vocalmente como de actitud, una buena frontwoman con mucha presencia y muy elegante, la nueva guitarrista Britt Lightning (que entró tras el fallecimiento de Jan, fundadora del grupo y la marcha de Gina Stile) se mostró muy activa y simpática y tocando realmente bien y Share Pedersen y Roxy Petrucci al bajo y batería en muy buen estado también. En más de un momento se me puso la piel de gallina al escuchar aquellos temas como Love is a killer, Cryin’ o Edge of a broken heart. Me dejaron con muchas ganas de que vengan en solitario y poderlas ver en una sala en un concierto propio.
Mägo de Oz, con el concierto de Mago me dieron el “relevo” y me pude acercar a verlos bien. Aunque no entraban en mi lista de los conciertos que quería ver “sí o sí» me ofrecieron ir a verlo de cerca y la verdad es que me gustaron. Pese al “rechazo” que generan en gran parte del sector rockero de este país, a mí me parecen casi todos unos músicos de gran nivel, y con mucha actitud, destacando en este aspecto a Patricia Tapia, se ve que lo vive y transmite mucha energía tanto cantando, como cuando solo hace coros o bailando en la parte de atrás y Carlitos que con el paso de los años se ha convertido en un guitarrista de bastante nivel, con muy buena técnica y componiendo buenos solos. Con Z es la primera vez que los veo y aunque le pone actitud y vocalmente lo hace muy bien, tiene una gran “losa” encima, porque sustituye a un cantante de los que tienen “magia” y llenan los escenarios ellos solos con su presencia y su voz como es José Andrea. En definitiva me resultó un concierto muy entretenido y me lo pasé bien viéndolos, además, están celebrando sus 30 años en la carretera.
Un punto a favor, aunque ahora yendo con la niña se me ocurre algo para mejorarlo, fueron los puestos de comida, para los adultos está genial, ya que la variedad gastronómica es enorme y la mayoría de buena calidad y a precios más o menos correctos, en ese aspecto el Rock Fest me encanta, chapó para ellos, pero hay un punto que se puede mejorar un poco y es que casi toda la comida es muy “contundente” para los niños, aunque esto tampoco es un mal mayor y quizá es una opinión más personal, pero creo que se podría mejorar un poco en futuras ediciones pensando un poco más en los más pequeños..
HELLOWEEN, para mi han sido los grandes triunfadores del festival, el grupo que ha dejado con la boca abierta a la mayor parte del público durante su actuación. Los que ya los vimos en el palacio de los deportes en esta gira de reunión con Michael Kiske y Kai Hansen ya sabíamos cómo se las gastaban los alemanes, pero la mayoría de la gente no se esperaba que dieran un concierto de tan altísimo nivel. En lo que al montaje se refiere, la pantalla de alta definición en la parte trasera se lleva la palma, mostrando animaciones muy divertidas de las portadas de sus discos y de las calabazas, además, el setlist escogido para la ocasión fue muy bueno, dando cabida a temas de todas sus épocas, incluido el medley de cuatro canciones del Walls of Jericho cantado estupendamente por Kai Hansen o el emotivo solo de batería tocado a dúo por Dani Löble y el fallecido Ingo Schwichtenberg , mostrándose imágenes suyas en la pantalla mientras tocaba ese solo. La banda estuvo genial, todos brillaron muchísimo, pero si nos centramos en los dos cantantes principales, parece que llevan juntos toda la vida, lejos de haber piques, la sensación que dan es de una compenetración brutal y una gran amistad, Kiske estuvo mejor que en Madrid el año pasado, se ve que se ha recuperado ya del todo de la gripe que arrastró en todo el tramo inicial de gira y su voz suena pletórica dejando a todo el mundo con una sonrisa en la cara cada vez que cantaba, estuvo bastante simpático (a su estilo) y gustó muchísimo al personal, pero lo de Deris no tiene nombre, se ha convertido en el director total de la orquesta “Helloween”, controlando, dejando el protagonismo a quien lo merece en cada momento, guiando, animando, con constantes gestos de cariño hacia los demás miembros, es un showman y frontman perfecto, hablando en español constantemente y con una simpatía con el público que pocos tienen, además su estado vocal es pletórico, está cantando muchísimo mejor y es sorprendente verle hasta haciéndole coros “en agudos” al mismísimo Kiske, estuvo, simplemente magnífico.
El único punto “desfavorable” de su concierto, fue que la persona que se encargaba de seleccionar las imágenes de ellos en las pantallas se hizo un completo lío, al haber tres cantantes y tres guitarristas alternándose constantemente el protagonismo, no atinaba en multitud de ocasiones a seleccionar la cámara que enfocaba en ese momento a quien estaba cantando o haciendo el solo correspondiente, no es que sea una cosa grave pero si algo molesta para la gente un poco más alejada del escenario y que seguía el concierto por las pantallas.
Yendo con hijos se echa en falta otra cosa que se podría mejorar en futuras ocasiones y que beneficiaría además de a los niños, cansados de tantas horas, a mucha gente que no puede estar mucho rato de pie o sentada en el suelo y es el montaje de más gradas, porque hay poquísimas y sería una alivio muy grande para toda esa gente, para que puedan ver los conciertos más cómodamente.
Por otro lado, la zona para gente con discapacidad si estaba bien situada y permitía que vieran los conciertos con bastante detalle.
Día 3.
THE DEAD DAISIES, el último día comenzamos con ellos, era uno de los grupos para ver, así que me puse bien cerquita del escenario para no perderme nada.
El elenco de músicos que forman este grupo es brutal, Deen Castronovo a la batería y voces, el genial Dough Aldrich a las guitarras, Marco Mendoza al bajo y coros, el fundador del grupo David Lowy como guitarra rítmica y John Corabi a la voz principal. Aunque su concierto duró menos, debido a que la actuación anterior se extendió unos 15 minutos más de lo programado y que tuvieron algunos problemas técnicos al comenzar, nos ofrecieron en 50 minutos un concierto buenísimo, muy intenso y con mucho público pese a ser a las 15:00 de la tarde y hacer muchísimo calor.
Este grupo tiene una muy buena cantidad de temazos y si ya en disco gustan, en directo lo hacen aún mucho más y temas como México, Midnight Moses, Long way to go o We’re an american band, entre otros, hicieron volverse loco al personal. Hicieron un conciertazo, Dough Aldrich se lució como el Guitar hero que es, Castronovo a las baterías y voces, espectacular como siempre, Mendoza, súper activo y haciendo unos coros de lujo y Corabi, cantando realmente bien y mostrándose como un gran frontman.
En definitiva, nos lo pasamos de escándalo y nos dejaron con ganas de muchísimo más, No seré yo quien se los pierda la próxima vez que vengan a España en un concierto propio.
Tras estos, me ofrecieron ver a Insomnium y por aquello de la curiosidad de ver a un grupo de un estilo que no suelo escuchar, como es el Death Metal, me fui a verlos a la carpa. El sonido no me resulto muy bueno y muchos solos y arreglos quedaron tapados por la “bola” que se escuchaba desde donde yo estaba. El metal extremo no es uno de mis estilos favoritos, aun así, hicieron un buen concierto y con un muy buena afluencia de público que salieron muy satisfechos de su actuación.
Un nuevo paso por el parque, fuera del recinto, hizo que me perdiera la actuación de Phil Campbell and the bastard sons y medio concierto de Söber. Son los “daños colaterales” de ir con niños a un festival, pero también se pasan muy buenos ratos charlando con la gente, jugando con ellos y descansando en esos intervalos de tiempo.
SÖBER. Los he visto varias veces y pese a practicar un estilo que no me termina de gustar, hay que reconocer que hicieron un conciertazo, tuvieron un sonido buenísimo, Carlos Escobedo estuvo muy, muy bien y se lo curraron mucho porque fueron acompañados de una orquesta sinfónica completa sobre el escenario, lo que le dio al concierto un toque especial que los diferenció del resto de grupos y la parte final de su concierto, que ya la vimos posicionados para Stryper, fue sublime, me gustaron bastante. La próxima vez que los vea lo haré “con otros ojos” después de este concierto.
STRYPER, eran otros de los que queríamos ver “obligatoriamente» y aquí el gran dilema, ¿Quién los ve de cerca y quien desde más lejos con la niña? Siendo uno de los grupos favoritos de los dos, al final optamos por verlos juntos un poco más retirados (no demasiado) y con la niña, aunque yo hice una escapada hacia adelante en la parte final del concierto.
Stryper se marcaron uno de los mejores conciertos del festival y no lo digo porque sea muy fan de ellos desde el 86, sino porque tuvieron muy buen sonido, la banda está en un estado de forma fantástico, Michael Sweet sigue teniendo una voz muy poderosa, aunque se ahorra algunos agudos míticos y es que tiene que ser muy complicado cantar aquellas canciones de tal nivel vocal pasados los cincuenta, estuvo muy activo todo el concierto, muy animado y a la guitarra está también en plena forma.
Su hermano Robert Sweet a la batería, sigue siendo muy espectacular tocando y verlo en directo con los aspavientos que hace gusta mucho. Oz Fox estuvo menos activo y más serio, pero haciendo unos solos de escándalo y sonando realmente bien y el nuevo bajista Perry Richardson, me gusta mucho más en actitud que Tim Gaines, es un tío muy simpático y mucho más activo en directo y cumple con creces en su labor al bajo.
En la firma de discos pudimos comprobar que los Stryper, además, son bastante simpáticos con los fans, aunque Oz estuvo mucho más serio tanto en la firma como en el concierto.
Algo muy positivo fue el mercadillo a la entrada del festival, donde había muchas cosas difíciles de encontrar habitualmente, desde vinilos, camisetas de grupos que no son los habituales, gorros, parches, accesorios, etc., a buenos precios y con el aliciente de que se le dio cabida a artesanos para vender las cosas que hacían como mochilas, pañuelos, bolsos, vestidos, etc. Sería algo buenísimo potenciar la inclusión de más puestos de material “artesano” en futuras ediciones, personalmente, tanto el año pasado como este año el mercadillo me gustó mucho, aunque el ir con la niña nos dificultó un poco el poder pararnos como nos hubiera gustado en los puestos.
SCORPIONS, en directo no suelen fallar pero este es el concierto que menos me ha gustado de las veces que los he visto, a Klaus Meine se le va viendo cada vez un poco más “flojo”, cosa normal por su edad, la anterior vez que los vi, con Medina Azahara y Sabatón en Córdoba me gustaron mucho más. Klaus, poco a poco se fue entonando pero sin llegar a estar del todo bien. Del resto de la banda, más o menos lo de siempre, Rudolph sin parar de hacer sus típicos movimientos y con una sonrisa en la cara todo el rato, Mikkey Dee es uno de los mejores baterías que he visto en directo, con una potencia y un estilo único, su solo, para mí, sobra en un concierto de festival, aunque mola ver la batería elevarse y esas cosas. Pawel Maciwoda al bajo bien como siempre, pasando más desapercibido y el mejor, Matthias Jabs, un súper guitarrista, con un estilo y una técnica exquisitos, unos de mis favoritos, que toca siempre a un nivel muy alto en cada concierto.
Uno de los momentos más álgidos del concierto fue cuando invitaron a Phil Campbell de Motörhead a tocar el Overkill, mientras por las pantallas salían imágenes de Lemmy todo el rato, así que tuvimos a dos terceras partes de los Motör sobre el escenario. Al estar mucho más alejado de lo que suelo estar normalmente, me fijé más en las pantallas y me parecieron horribles los efectos que les dieron a las imágenes de ellos durante todo el concierto, a veces hasta molestaba mirarlas con esos colores tan “psicodélicos”, pero bueno, esto es un detalle que no me gustó a nivel personal.
KISS, de las cinco canciones que disfrutamos desde la parte de atrás del todo con la niña a hombros, me quedo con la cara de mi hija mirándolos flipada completamente, preguntado todo el rato que cuando se iba a tirar Paul por la tirolina. Respecto al estado de forma del grupo, en lo poco que vi y escuché pude comprobar que el estado vocal de Paul fue pésimo, al pobre le salían “gallos” hasta hablando y le costaba horrores cantar los temas. En el falsete de I was made for lovin’ you apenas se le escuchaba un hilito de voz. Gene, sin embargo, está mucho mejor, cantando bastante bien y con su actitud habitual, Tommy Thayer muy bien y Eric Singer a la batería y aportando muchísimo a las voces, como siempre.
El montaje que llevan y la parafernalia habitual, (bombas, fuegos, plataformas elevadas, etc.) fue espectacular, como siempre y en general dejaron muy buen sabor de boca.
La anécdota del concierto para mí, fue ver como mi hija pasó de un estado de alucine y atención total al concierto de KISS a decirnos, “estoy cansada, me quiero ir” y automáticamente desplomarse en mis brazos y quedarse frita al instante. Aunque después en el camino de vuelta se despertó y fue todo el rato cantando el “Hey, hey, hey, hey, Yeah” del “I love it loud” hasta que llegamos al hotel.
En resumen, puedo decir que la organización de este festival es buenísima aunque hay cosas que se pueden mejorar y seguramente lo harán en siguientes ediciones, el sonido fue bastante bueno o aceptable con la mayor parte de los grupos aunque hubo algunos problemas en conciertos clave. El ambiente fue muy bueno en general y lo mejor de todo, la compañía de nuestros amigos de Zaragoza, Juanma, Toño, Piluca, Alba y Nachete y de Manresa, Sandra, Javi y sus hijos, Ana y Ángeles.
Mi momentazo del festival fue el ver como Helloween, un grupo que no es de los habituales que encabezan festivales tan grandes, son cabezas de cartel y se marcan el mejor concierto de todos, con diferencia, al menos para mí.
Lo que menos me gusta del festival es lo poco arriesgado de su propuesta, traen a grupos que los hemos visto muchas veces, repiten grupos que ya han tocado en ediciones anteriores y apuestan muy poco por nuevas bandas emergentes, salvo algún que otro caso en cada Rock Fest. Yo traería cada día a un cabeza de cartel importante, sin repetir y el resto grupos que vengan poco por España y grupos más actuales también. De lo que se debería tratar es de descubrir grupos y de dar cabida a los que deberían de estar tomando el relevo de los de toda la vida en vez de seguir “eclipsados” por los mismos de siempre.
Respecto a la experiencia de ir con la niña al festival, nos resultó positiva en general porque nos permitió disfrutar con nuestra hija y a ella con nosotros de lo que nos gusta y compartir muy buenos momentos en ese ambiente rockero, escuchando y viviendo la música en directo. Pensamos que por el hecho de ser padres no hay que renunciar a nuestras aficiones y que es perfectamente compatible tener hijos con seguir disfrutando de lo que te hace feliz, ya sea la música en vivo, el deporte, la fotografía o lo que sea.
Pero también está la cara “B”, son muchas horas durante tres días seguidos y aunque se lo pasan pipa, hay que tener en cuenta que son pequeños, se cansan, tienen rabietas, demandan mucha atención y juegos y hay que estar permanentemente pendiente de ell@s.
A los que estamos acostumbrados a estar en las primeras filas de los conciertos a nos resulta un poco frustrante tener que ver muchos de ellos desde la parte de atrás, no poder verlos con tu pareja muchas veces o perderte algunos por estar con la pequeña.
También se producen algunas situaciones algo incómodas como que algunas personas en vez de disfrutar del espectáculo, te miren todo el rato durante una parte de algún concierto porque la niña está llorando, como si le estuviéramos haciendo algo malo, sin saber que los niños lloran por cosas como que quieren un helado, les molesta una etiqueta de la ropa o que quieren irse al parque justo en ese momento.
Os animamos a que probéis la experiencia, aunque cada caso, cada padre o madre y cada hij@ son un mundo y lo que para unos puede ser maravilloso para otros puede ser una pesadilla.
Luiscar.
Fotos: Luiscar y Juanma
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