Viernes 14 de abril. Tras hacer escala en Chillón, localidad muy ligada al maestro Jero Ramiro, mi amigo Checa y yo nos dirigíamos rumbo a la sala M100 de Córdoba. Como viene siendo habitual y a pesar del GPS, dimos algunas vueltas extra hasta conseguir aparcar sanos y salvos… como presagio de las vueltas que posteriormente darían nuestras cabezas durante el concierto.
Antes de comenzar compartimos un agradable rato con la banda y escuchamos en primicia los temas del pase VIP: «Morir en el bien» y «Rojo fuego». Fuego, que virtualmente luego haría «arder» la sala, y es que esto es Córdoba, señores… ¡¡qué calor!! En este rato, la banda se prestó a responder las preguntas del respetable, que timidamente, apenas preguntó por un nuevo trabajo y poco más… me dieron ganas de bromear con alguna «Jaimitada» pero alguien de forma discreta y con la experiencia que dan los años, de forma tranquila y sosegada sugirió algo así como: «nosotros calladitos que estamos más guapos…» no iba a ser yo quien contraviniera la que, a todas luces podría haber sido, la voz de mi conciencia…
Y así, casi sin darnos cuenta, en pocos minutos comenzó la prueba de sonido de «Endernity». A los mandos, Dani Sabugal, técnico de Saratoga durante muchos años y también comandante de New Life Studios y bajista de Arwen. Todo un seguro de vida capaz de resolver las situaciones más complicadas del directo.
Formación sencilla: batería, bajista, vocalista/guitarra rítmica y guitarra solista. Suenan los primeros acordes y nos sorprende ver una telecaster en un grupo de metal, que aunque no es la primera vez tampoco es lo habitual.
Siguieron los temas alternando entre Telecaster y Stratocaster. Nos encontramos ante un gran guitarrista con muy buen gusto y en general, toda la banda con un sonido compacto y directo, no conocíamos los temas cantados en inglés, lo que supuso un pequeño «hándicap» para dos mancheguitos castellano-parlantes monolingües, que no se enteraron ni del «NO/DO» pero que permanecerán atentos al devenir de esta prometedora banda, en el futuro.
Tras los reajustes del backline para la entrada de Saratoga se proyecta un emotivo vídeo con motivo de la gira XXX en el que aparecen muchos de los excomponentes de la banda como Fortu, Leo Jiménez, Dani Pérez, etc… poco después aparece en escena Arnau Martín, el flamante nuevo batería de la banda, comenzando la proyección de cuenta atrás para salir «tras las rejas», «a morir» con trallazos como «no sufriré jamás por ti» y «maldito corazón» para seguir con «a sangre y fuego», «el vuelo del halcón» y «lejos de tí» tema en el que personalmente siempre se le ponen los pelos de punta (de manera figurada) a un servidor. Con esto, pusieron el broche al primer tercio del concierto y ya con un público totalmente entregado, arranca el segundo tercio con el esperado solo de batería de Arnau. Toda una «bestia parda» que en dos días, literalmente, se ha puesto las pilas y defiende ya con una solvencia absoluta, el extenso repertorio de la banda. Terminó siendo muy coreado por la sala.
Se abren «las puertas del cielo» con dedicatoria especial a Checa Mora, uno de los mayores y más queridos fans de la banda para continuar con «mi Ciudad» y su ciudad esa noche era Córdoba, quedando totalmente claro por la exquisita comunión entre público y artistas, no era una noche más… especialmente para Jero que estrenó una preciosa Stratocaster color «Sunburst» intercalada con su clásica «blanco y marfil» con un público que le regaló una calurosa ovación como regalo del 30 cumpleaños en la carretera de Jero y Niko, los padres de la criatura.
Después de esto vino el habitual solo de bajo de Niko, también muy jaleado. Comenzó a hacer de las suyas animando al respetable a corear los riffs de sus poderosos graves, reivindicando así la presencia de un instrumento, por veces poco valorado pero totalmente imprescindible para cualquier banda. Como final del solo empezó a sonar la caracterísca intro de bajo de «si tú no estás» todo un alegato a la música y quizá, especialmente, a la música en directo para que, a continuación, comenzaran a soplar fuertes «vientos de guerra» que pronto serían apaciguados por los acordes al piano de la remozada versión de «si amaneciera» con un escenario iluminado por los flashes de los móviles del respetable haciendo las veces de los «mecheros» que solíamos prender en los conciertos de antaño. Momento nostálgico no sólo por el mensaje de la gran balada de Jero, (muy coreado por el público) si no porque con la perspectiva que dan los años, hemos sufrido tantos cambios que da un poco de vértigo asomarse al «horizonte» musical venidero…
La banda se despide con uno de sus hits más recientes: «como el viento» y tras la consabida petición del público reaparecen para calmar las ansias de bises con «perro traidor» y «resurrección» con un Tete entregado a la causa que se bajó al «ruedo» a repartir abrazos y buen rollo entre el público, para terminar despidiéndose, ahora sí, con los acordes del típico «Fear of the dark» de Iron Maiden, en el que algunos de los incondicionales siempre terminamos coreando «Ciudad Real» en el estribillo… (la cabra tira «pa’l» monte).
Muy buen sabor de boca, la banda en un tremendo estado de forma, con muchas horas de vuelo, nuevo componente, nuevo equipo e instrumentos pero un sonido auténtico, visiblemente contentos, con la satisfacción del trabajo bien hecho y sabiéndose ganadores de los corazones de los presentes.
¡Larga vida a SARATOGA!
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