Que sensación más maravillosa. No sé si será por el hecho de ver a un grupo que me fascinaba en la juventud y que pensé que nunca vería en directo, o quizás sea porque el show que dieron superaron con creces mis expectativas (que no eran bajas), o por poder disfrutar de un concierto en una sala (hace ya tiempo que me saturan festivales y pabellones). Posiblemente sea la mezcla de todo.
The Afghan Whigs tiene dos etapas muy bien diferenciadas, con contínuos cambios de miembros y una separación oficial de por medio , porque inequívocamente hablamos de Greg Dulli (cantante, guitarrista y compositor) como el alma del grupo a todas luces. Erróneamente (pienso yo) etiquetados como grunge, los de Cincinatti irrumpieron en la primera mitad de los 90 con una propuesta sencilla pero a la vez muy creativa al añadir grandes pinceladas de Soul a su Rock alternativo, y que sería más evidente en cada disco. Aunque con éxito moderado de ventas y público cautivaron a la crítica sobre todo con su inmenso “Gentlemen”(1993). El grupo se separaría en 2001 , volviendo a reunirse en 2014 con nuevos miembros y un enfoque algo más pop pero con un tono deliciosamente oscuro que volvíó a fascinar a la crítica. Nostalgias aparte ,ambas épocas me parecen impresionantes y tienen la tremenda virtud de no haber editado un mal disco, de hecho personalmente pienso que , en mayor o menor medida todos son realmente buenos.
Pero vayamos al asunto, hablemos del concierto. Teatro Barceló (antigua Pachá), quedaron entradas sin vender pero aseguraría que estaríamos a más del 90% de su capacidad. Buen ambiente, con una media de edad que oscilaba entre 40 y 50 años (madre mía, que viejos nos hacemos). Un pipa del grupo aparece en el escenario y arenga al público, el espectáculo iba a comenzar. Dulli es, lógicamente ,el último en aparecer y comienzan las notas de “Jyja”. Sinceramente, no me termina de encajar como canción para abrir un concierto (una de las pocas pegas que le pongo), la parte final tiene un punto épico y emotivo que hubiera encajado mejor situado a mitad o final de concierto, pero seamos honestos , quien soy yo para ponerle quejas al bueno de Dulli. Sin parar arremetieron con “I´ll make you so good”, tema que abre su brillante último álbum y canción con la que posiblemente la mayoría pensamos que abríría el concierto. Se les ve eléctricos y en buena forma, el público empieza a entrar en calor. Luego continúan con una estupenda “Matamoros” y con una vibrante “Light as a Feather”. Buena y dinámica selección de canciones. Luego llegaría la intensa e hipnótica “Oriole”, de su estupendo álbum “In Spades”, disco al que recurrirían en muchos momentos de la noche, como hicieron con el siguiente tema, “Toy automatic”.
Parón para respirar un poco y para que el propio Greg Dulli nos recuerde su última visita a la capital…hace casi 30 años. Que mejor introducción para viajar al 93 con “Gentlemen”, temazo incontestable que da nombre a su más aclamado disco. Viaje que continuaría con “What jail is like” y acabaría con “Fountain and Fairfax” (con una breve introducción de “Who do you Love?” de Bo Diddley) cerrando así su incursión en dicho álbum. Realmente espectacular , más de uno lo disfrutamos como chavales, entre otras cosas porque no podía dejar de recordarme a mí mismo que hasta hace bastante bien poco estaba absolutamente convencido de que jamás iba a poder escucharlas en directo. Mágico.
El grupo cambia de tercio y nos lleva a parajes desérticos con la tremenda “Angiers”. Volvemos al presente con “Catch a Colt”, uno de mis temas favoritos de su último trabajo que ejecutaron a la perfección.
Y de pronto llega mi momento favorito de la noche, sobre todo por inesperado: se cascan una versión de “Heaven on their minds” , tema que abre el musical “Jesuschrist Superstar” (sí, la primera que canta Judas) para enlazarla con la impresionante “Somethin´hot”, realmente no me esperaba un show tan dinámico, los pelos de punta. Tras la el subidón Dulli baja al piano y suena la hermosísima “Please, baby, please” para continuar con “Demon in profile” sin duda una de las canciones más carismáticas de su carrera, oscura y majestuosa, una pasada.
Recuperamos la luz con “A line of shots” , de su último álbum, brillante, para luego poner la pista patas arriba con la espectacular “John the baptist”, la gente como loca.
Luego llegaría “My enemy”, mi momento favorito de la noche.Sí, ya sé que describí algunos párrafos atrás mi momento favorito de la noche, pero es que éste fue como mínimo igualable. Tema vibrante de mi disco favorito (el tremendísimo Black Love) y que disfruté como un quinceañero.Pufff, que pasada. Luego continuarían con el siguiente y último acercamiento a ese disco con la vitalista “Summer´s Kiss”.
Tenía curiosidad por averiguar con qué canción acabarían el show : “faded”, “in flames”,…realmente The Afghan Whigs suele cerrar sus discos con auténticos temazos y tenía muchos candidatos. La que cayó al final fue “Into the Floor” , tema de cierre de “In Spades” y la verdad es que les quedó impresionante, ayudado también por el hecho de que metieron “There is Light that never goes out” de los Smiths en medio de la canción a modo de mashup.
Acabó el show y salí con una sensación maravillosa de la sala. Escuché a un asistente comentar que el concierto le había parecido “demasiado cañero”. Entiendo lo que dice, The Afghan Whighs tiene medios tiempos tremendos, pero que queréis que os diga , a mí que me quiten lo bailao. El grupo estuvo entregado, cierto que Greg Dulli tiene la voz cascada, pero inesperadamente ese factor no juega en su contra. Estuvo genial , el set-list fue inesperadamente más eléctrico de lo que pensaba (llegan a tocar “Honky´s ladder” y me muero allí mismo)y a mí me lo hizo pasar como hacía tiempo que no me lo pasaba en una sala. Muchas gracias Greg, solo pido que Dios, la naturaleza , Odín o a quien coño reces te siga manteniendo con ese talento para seguir pariendo discos increíbles y esa entrega delante de tu público. Y por favor, esta vez no tardes tanto en volver.
(Fotos de móvil prestadas por Amanda Patterson)
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