Tony MacAlpine: Sala Nazca 28/09/2018

La diferencia entre ambos conciertos fue abismal. Para comenzar, decir que al iniciar Tony la intro del concierto, se presentaron varios problemas técnicos que dejaron sin energía los amplificadores del guitarrista. Y Tony, sin dejar que esto lo avasallara, se lo tomó con buen humor e incluso estuvo bromeando con el público y el bajista (nada más y nada menos que el grandísimo Stu Hamm) durante los 15 mins que duró el impasse, después de este tiempo, Stu salió del escenario para repetir todo el proceso de hacer una entrada sorpresa durante la intro de teclados tocada por Tony.

Desde el primer segundo se notó el buen rollo y camaradería musical que existe entre Tony, Stu y el batería Gergo Borlai. Si bien llevaban algunas pistas de teclados pre-grabadas y claqueta, la sensación general era de relax y charla musical distendida. Incluso Gergo apagó la claqueta y pistas de fondo un par de veces para hacer un jam durante un par de canciones. Tanto fue el buen rollo que, durante un intermezzo, bromeé con Tony gritándole que si necesitaba un teclista, entre el público estaba mi Amigo Carlos (gran teclista) y me respondió: ¿Para qué si en el escenario hay ya dos teclistas? Rió y continuó con su set.

No hace falta decir que la ejecución de los tres músicos va un paso más allá del simple virtuosismo repetitivo y tanto Tony como Stu son conocidos por sus viajes por variados estilos musicales, lo que los pone en una situación privilegiada para tocar un muy particular estilo de Fusión/Rock instrumental sin quedarse encasillados (en el caso de Tony) en el Neoclásico de los años 80.

Todo el concierto fue una delicia musical con un sonido bastante decente, pero por poner una pega diría que, si bien el batería es una máquina con una técnica super depurada, eché en falta más dinámica en su forma de tocar. Tocó al 100% en todo momento, incluso en partes en las que Stu y Tony bajaban la intensidad de su ejecución por que la parte así lo requería, Gergo golpeaba la batería como si no hubiera un mañana, pero esto se puede considerar un mal menor dado la calidad del resto del concierto.

Otra cosa que me llamó la atención fue que la pantalla de LEDs del escenario presentaba una imagen de la gira del disco anterior de Tony, el Concrete Gardens del 2015 en lugar de promocionar el disco más nuevo Death Of Roses del año pasado. Luego del concierto tanto Tony como Stu se mezclaron con el público para tomarse fotos y firmar discos y tickets.

En general el concierto se hizo corto para los 200 o así asistentes que allí estuvimos. Es una pena que no hubiera más afluencia de público, pero aún así hubo mas asistencia de la que me esperaba. Si la mitad de la gente que asistió al concierto del Sueco Y se hubiera pasado por la Sala Nazca Live, hubiera podido disfrutar de un verdadero espectáculo de virtuosismo y camaradería musical, que fue precisamente lo que faltó en el concierto de Malmsteen.

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