En la historia de la música hay genios que brillan muy fuerte durante un corto tiempo, pero pasan a la historia como referentes dentro de su estilo, Hendrix, Bolin, etc. Otros se van quemando lentamente hasta abandonarnos físicamente y pasar al olimpo de los grandes. Pero hay un tercer grupo de ellos que siguen adelante, aunque su tiempo haya pasado ya.
Este es el caso del concierto que presenciamos el pasado 22 de septiembre en la sala But. Allí presenciamos un espectáculo bastante deprimente y hasta patético. Si bien Yngwie se encuentra en mejor forma física de lo que me esperaba, su desempeño fue realmente decepcionante.
Los primeros minutos fueron de una auténtica emoción al ver un Yngwie muy enérgico, lanzando la guitarra por los aires, derrochando un estado físico que hacía tiempo parecía haber perdido, así como hacer las delicias con sus características pirotecnias guitarrísticas a lo largo del escenario que, dicho sea de paso, ocupa en dos terceras partes, relegando al resto de la banda a solo una esquina de este para evitar cualquier protagonismo al resto de los músicos, músicos excelentes a los que ni siquiera tuvo la decencia de presentar.
A partir de la quinta canción (Like an Angel) fue cuando empecé a notar un cierto patrón que no me abandonó en toda la noche: ninguna canción fue tocada al completo. Y no me refiero a la estructura de la canción, ya que seguían las (excesivas) pistas pregrabadas y cargadas en el PC del teclista, si no a las partes de guitarra. Yngwie y la banda comenzaban la canción y al llegar al primer estribillo comenzaba a divagar y a hacer sus características carreras en el diapasón del instrumento hasta salirse por completo de las partes de guitarra que aparecen en los discos y perderse en partes que nada aportaban a la canción. Y así toda la noche. Varios momentos de autocomplacencia sin sentido, repitiendo una y otra vez las mismas líneas y arpegios se repitieron a lo largo de la noche, hasta los casi patéticos y divagantes intentos de tocar Badinerie de Johann Sebastian Bach o el Adagio de Niccolò Paganini, pasando por la Smoke On The Water tocada a media máquina y con un desgano que raya en lo patético, así como la terrible muestra que dió en guitarra acústica. Ni siquiera la increíble y ya clásica Far Beyond The Sun se salvó. A esta altura del espectáculo estaba cansado de su voz sobre afectada con autotune, y de la falta de sentido en las líneas de guitarra, así como el exceso de delays en el sonido de la guitarra misma.
En fin, que me alegro de que el señor Malmsteen esté en buena forma física, pero el espectáculo en general me pareció bastante pobre y poco musical. A nivel personal, debería darse cuenta ya que esa imagen de tío duro y mal educado a lo Richie Blackmore ya no está guay (me apena el técnico que lleva, al que trata como si fuera su esclavo).
La mejor forma de describir lo vivido sería la siguiente: Si alguien me hubiera pasado la grabación del concierto lo primero que pensaría es que se trata de una banda de covers con músicos muy buenos, pero que el guitarrista, a pesar de dominar el estilo de Malmsteen, no se sabía las canciones y vocalmente abusaba de Autotune y reverb. Yngwie debería replantearse la forma de presentar su espectáculo y sus canciones (que al fin y al cabo es él quien las escribe) para dar un show más consolidado y fiel a las composiciones y dejar las improvisaciones solo a ciertas partes además de llevar una banda de verdad y con menos pistas pregrabadas, que en sus comienzos no necesitaba.
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