Bryan Adams – Illescas (22/7/22)

Este era un concierto que me hacía especial ilusión porque Bryan Adams ha sido uno de los artistas de mi juventud y nunca lo había visto en directo.

Tras un cambio de última hora, el concierto, que se iba a celebrar en el coso polivalente, se trasladó al campo de futbol de Illescas, por petición del propio Bryan.
La verdad es que estuvo todo muy bien organizado y fue un detallazo que el personal de la organización nos dejara bajar a pista cuando queríamos, a los que estábamos en grada, ya que no se había llenado todo el aforo de pista.
Hablando del concierto en sí, me sorprendió el setlist, bastante más Rockero de lo que esperaba.

El concierto comenzó viéndose por la pantalla gigante a Bryan con el coche de la portada y escuchando la voz en off con la que empieza su último disco ‘So happy it hurts’ y arrancando muy enérgicamente con un trio de ases, comenzando con ‘Kick Ass’, seguido de uno de mis temas favoritos, ‘Can´t stop this This thing we started’ y ‘Somebody’, un arranque de 10.

Bryan estuvo muy simpático, chapurreando muchas cosillas en español como: “Hola, mi nombre es Bryan, y voy a ser tu cantante esta noche”, haciéndonos esbozar una sonrisa que no se nos quitaría en todo el concierto.

Aunque fue un concierto bastante movido, también hubo tiempo para las baladas y la primera fue ‘Heaven’, que nos puso la piel de gallina al escuchar a todo el público cantar la primera estrofa entera al unísono. 
En este tema pudimos empezar a ver lo importante que es, en sus conciertos, el señor Keith Scott, guitarrista solista y mano derecha de Bryan desde el tercer álbum, haciendo un solo buenísimo.

Sigue el concierto con temazos como ‘It’s only love’, la canción que cantó junto a Tina Turner en 1985 o varios “rockanroles” encadenados.

En ‘You Belong to me’, Bryan nos dice que van a enfocar al público para salir en la pantalla central, provocando mucho alboroto entre el personal cada vez que se veían en las pantallas. En este tema Keith Scott nos deleitó con unos bailecitos muy divertidos.

Lo de Scott es impresionante, tiene 68 años y una vitalidad de un chaval de 25, además de mucha simpatía y un alto nivel tocando la guitarra. Es conocido como “El trovador”, como el propio Bryan nos comentó.

En la segunda balada de la noche, que fue ‘Have you ever really loved a woman’, de la película Don Juan Tenorio, Bryan sustituyó la letra original por “Spanish Woman”, al final de la canción, provocando una gran ovación.

El concierto continúa con tres temas en acústico (Here i am, Let’s Make a night to remember y When You’re Gone) interpretados de forma magistral.

Bryan sigue interactuando un montón con el público y hablando en español, algo que es muy de agradecer y que dice mucho sobre el interés de un artista para con su público.

Uno de los momentos álgidos de la noche fue cuando tocaron ‘(Everything i do) I do it for you’, de la mítica película de Kevin Costner, Robin Hood. Otra vez la carne de gallina y ya van varias veces.

El concierto sigue con auténticos pelotazos como ‘Back to you’, ’18 Till I die’, ‘Summer of 69’ (locura total del personal), ‘Cuts like a Knife’, dónde presenta a la banda, o la sorpresa de la noche para mí, como fue el tema ‘Kids wanna Rock’, otro de mis favoritos y que no lo había tocado hasta ese momento en toda la gira.

Nos da las gracias y se despiden para salir poco después para hacer nada menos que cuatro bises.
Tras la ovación del público y los “Oes Oes” de rigor, regresan con «so happy it hurts», seguida de una versión súper fiestera del tema de Frankie Vallie que popularizó Gloria Gaynor ‘Can’t take my eyes off you’, con todo el campo de fútbol bailándolo y ‘Run to you’, otro de sus clásicos.

Para terminar el concierto tocaron ‘All for one’, de la película Los tres Mosqueteros, la cual cantó con un feeling increíble y gran solo del Trovador.

La verdad es que fue un conciertazo en toda regla, muy rockero y donde Bryan Adams nos demostró porqué es un grande de la música y que a sus 62 aun tiene muchísima energía y ganas de divertirse sobre los escenarios.

El descubrimiento de la noche para mí, como guitarrista, fue el señor Keith Scott, demostrándonos que a sus casi 70 años se lo puede pasar uno como un niño sobre un escenario, tocando magistralmente, divirtiéndose y divirtiendo al público, transmitiendo y haciéndonos pasar un rato memorable en muchos momentos.

Lo único que pensé nada más acabar el concierto fue cómo narices, con lo que siempre me ha gustado, no lo había visto antes en directo, un tremendo error por mi parte.

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