Demian Band: Nana 13/10/21

Cómo dejar pasar de largo un concierto de un tipo y su banda, del cual hacía dos años y casi dos meses que también dejó huella en este mismo santuario y en la que por entonces por motivos laborales no pude asistir. Cómo desdeñar de la resaca musical postrera, los comentarios ultrapositivos de aquel show y por supuesto la enormísima crónica que mi compañero Rafa Abad plasmó tan eficaz, nutrida y sutilmente de esa noche de mayo del 2019, también en esta web.

No albergo ninguna duda que tan elegante relato de entonces es inigualable dado el propio amor que siente por el estilo, por ese género que un servidor por otro lado desconoce casi en su totalidad. Sin embargo, y pese al temor de la opinión de los más puretas del género del Blues Rock, me animé (un pelín autoforzado) a realizar este alegato a la música o crónica o efímero texto o lo que se le quiera llamar, a uno de los conciertos más elegantes que haya presenciado en mucho tiempo. Cierto es que había muchas ganas de nuevo, como ocurrió el pasado 7 de octubre con Marco Mendoza, por reparar el daño que ha generado la pandemia y sus consecuencias, y como resultado, una sala con un aspecto magnífico y curiosamente con casi otro público renovado, lo que revela que siga habiendo esperanza en referencia a la escena musical en esta ciudad.

En esta ocasión, el guitarrista argentino Demian Domínguez venía acompañado por Daniel Bianchi a la batería y Alfonso Soto al bajo, y para ser honestos, no eran ni mucho menos músicos de apoyo, eran auténticos musicazos que secundaban de forma soberbia a la figura menuda pero enormemente talentosa de Demian. De hecho ambos tuvieron un protagonismo cuanto menos notorio con diversos pasajes en los que el guitarrista les dejó campar en solos alucinantes y mayúsculos, lo que demostraba sin lugar a dudas la honestidad y el respeto que Demian a tenor de lo que se observa y casi se palpa en directo hacia su lujoso séquito.

El repertorio de 12 canciones se nos hizo corto sin lugar a dudas, más aún por la avidez de todos los presentes por escuchar a una banda de este género, de nuevo por normalizar con espectáculos de estas características en un tiempo tan aciago, especialmente para el sector cultural. Y es que de nuevo había ganas y muchas, y digo de nuevo porque pese a refrescar prácticamente la sala como comenté con un público renovado con respecto al anterior concierto en el mismo lugar, muchos melómanos, músicos de la zona y apasionados del blues rock se quedaron embelesados con el set list tan acertado del argentino Demian, afincado en Barcelona desde hace varios lustros. 

El grueso de las “escogidas” se basó en el álbum del 2017, Come to get in, donde rularon por la sala canciones como “Sometimes”,” Mad Horses”, “Bad boys”,” Where did you sleep tonight”, “Demain Shuffle” o la versión de John Lennon “Imagine”, donde el público para entonces ya estaba metido en el bolsillo de la banda. Ese rollo sureño, fresco pero a su vez añejo era demasiado embaucador como para que no surcara en las caras de todos nosotros una sonrisa bobalicona, de esas que hacen que te ensimismes en lo que experimentas auditiva y visualmente para evadirte un rato de la cotidianeidad. Ese es el objetivo real cuando asistes a un espectáculo de estas dimensiones, y es que con el inicio frenético del concierto con “Mess Around”  ya podías imaginarte (o no) lo tremendamente necesario que es escuchar música en vivo o de esta particularidad. Por ejemplo, “You don´t love me”, cadente y pesada era una incitación al cabeceo acompañando la base rítmica de la batería de Daniel Bianchi y del estratosférico bajista Alfonso Soto. 

“Mistery Train” del disco Devil by my side del 2008 y popularizada por el gran Elvis Presley o “Rolling and tumbling» de otro enorme, Jeff Beck, o “Baby, please don´t go”, sempiterna versión desde 1935, (ahí es nada), hicieron del show una verdadera amalgama de sensaciones y remembranzas al añejo sonido sureño estadounidense. Y como no podía faltar una de las mejores canciones del blues de un gigante como Muddy Waters, del cual han bebido tantos y tantos bluseros, “Got my Mojo Workin´” la cual cerraría una velada espectacular, bella y distinta, finalizando de forma puntual un día coronado por una noche especial, gracias a unos músicos ultra profesionales, activos, entregados y técnicos a más no poder. El amor por lo que hacen se hizo notar, y la entrega del público que asistió fue innegable, conscientes de nuevo que cada evento, cada concierto que se disfruta, si cabe, ahora se disfruta mucho más, y si es acompañado por una buena cerveza y cantidad de amigos a tu alrededor, NOCHE PERFECTA

Una vez más, mil gracias al artífice de todo esto, José Luis Cañas Nieto, gerente de la Sala Nana. No sé qué hicimos sin ti todo este tiempo…

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