Lástima que ya no tengamos la energía de hace unos… 15 años, para aguantar envite tras envite de las últimas bandas del Festival, entre ellas 77´o Carcass, pero nuestra intención era quemar todas las energías en los thrash Angelus Apatrida. Con un recinto que se estaba desmantelando a nivel de público, unos cuantos miles, nos desplazamos al Main Stage para ver la última descarga de los de Albacete. Aún así, no hubo problemas en colarnos en las primeras filas ya que la zona VIP estaba abierta, de hecho, el propio Guille animó al público a rellenar dicha zona para tener más calor y ambiente.
Con puntualidad, comenzaron con el repaso breve de su discografía, sin tocar tema alguno de su último álbum Cabaret de la Guillotine, quizás debido a la baja por convalecencia médica de Víctor Valera en la batería, y que suplió de fábula Sebas Barceló, de los mallorquines Trallery.
Por lo tanto, la suerte estaba echada y se arremangaron para sacar un set list bastante competente, pero corto debido a la rigidez de horarios. Con Inmortal comenzaron a despacharnos, sin rodeos ni delicadezas, con riffs asesinos e indolentes, como si de una locomotora se tratase. Y como se trataba de arrollarnos, Violent dawn siguió con ese cometido, generando Circle pits demenciales, de esos que tienes que echarles un ojillo por si te llevan por delante. Aún así, todo era diversión, calor, mala leche y rabia contenida. El combo perfecto.
Tocaba el turno de Vomitive e In the heart of Nations, de la época más Pantera del grupo, de su segundo álbum Give´Em war, haciendo las delicias de los más nostálgicos. Como lo hicieron con Of Men and Tyrans, del Clockwork y de nuevo con Room 237. Se estaban partiendo la cara siendo casi las 02:00 horas de la mañana, y créanme que después de tres días de paliza rock metalera, arrastrarnos energéticamente como lo estaban haciendo era de admirar. El propio Guille nos dio las gracias por haber elegido verles a ellos cuando en el escenario 3 estaban descargando uno de sus grupos preferidos, Carcass.
Las botellas de agua que nos ofrecían desde el foso, aplacaban nuestra sed, del mismo modo que End Man de su Hidden Evolution del 2015, que sonó lacerante, castigador con nuestros oídos, con David G. Alvarez perfecto, entregado y formando una dupla mortal con cambios de roles entre él y Guille. Al tándem se unió magistralmente y un tanto discreto, José J. Izquierdo al bajo, pero infalible en su puesto de combate.
Pero el éxtasis final llegó con Give´Em war y sobre todo con la versión de Pantera Domination, en la que contaron como animadores improvisados a los componentes del grupo catalán Crisix, los cuales habían tocado hacía horas, confesos amigos de los albaceteños. El propio Juli Baz se encargó de la voz en el tema y el resultado final fue más que alucinante, impecable y hasta cierto punto, hilarante, con los miembros de Crisix rondando las posiciones de los músicos, bebiendo cerveza y arengando a las masas.
Una vez presentados todos y se marchan del escenario, anuncian que tan sólo pueden tocar una más. Turno para You are next, poniendo un colofón perfecto, técnico, desgarrador, como un último trueno en la noche mega heavy que nos había acontecido en este sábado 30 de Junio de 2018, últimos retales del Download Festival en Madrid.
Estos Angelus Apatrida nos devolvieron de nuevo la fe que se tiene depositada en ellos, la confianza y el sentirse orgulloso por lo que se hace aquí, porque se puede hacer de manera sublime, ultraprofesional y a la vez entretener, despedazar y retimbrar nuestros pabellones auditivos; son una apuesta segura, allá donde desplieguen su música y estilo, allá donde les dejen espacio y Watios, demolerán el lugar. They give us War!!!!Down
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