La historia del Release the Kraken Metal Fest es la historia de Bruno. Es la historia de encabezonarse en sacar adelante un bar de temática metalera en Córdoba, el cada vez más famoso Kraken. Es la historia de saber que no te vas a hacer rico pero por tus santos cojones la ciudad no se queda sin una guarida donde refugiarnos los que amamos el metal. Es la historia de programar un festival a las 19:30 un domingo en una ciudad donde en Julio hace más calor que en la comunión de Eto’o, coincidiendo con todo un Download en Madrid, y conseguir que se acerque un número más que aceptable de metaleros a la sala. Es la historia de que dos bandas como Bloodhunter y River Crow acudan a tu llamada.
La gala empezó con el propio Bruno agradeciendo al personal y a los grupos el esfuerzo junto a Rafa Basa, conductor de honor del evento. Hubo complicidad y risas, de eso se trataba.
Empezamos con la música, empezamos con Groove Metal, empezamos con River Crow. Mira que venía avisado pero vaya bolazo que se cascaron los manchegos (ojito con la escena ciudarealeña). Un sonido espectacular y una actitud y entrega encima de las tablas que no dejó a nadie indiferente.
Es abrumador lo que esta peña consiguió tan solo con tres instrumentos; si no contamos con la voz de David como instrumento, claro. Un frontman con todas las de la ley, con un control del gutural acojonante con dejes melódicos y un dominio de la situación asombrosa, allí se hizo en todo momento lo que él quiso, animando a poner en práctica pogos, wall of death y demás disciplinas de concierto metalero que gustosamente ponen en riesgo la integridad física de los asistententes.
En la sección rítmica tenemos a Sergio a la batería y Dani al bajo haciendo un trabajo atronador. A la guitarra tenemos a Chema derrochando feeling, técnica y descaro (incluyendo caída y visita urgente al baño sin dejar de tocar).
Siempre he dicho que prácticamente el éxito de una actuación se basa en la actitud del grupo encima del escenario, si el espectador ve y siente que el grupo se lo está pasando pipa, él se lo pasará pipa: River Crow de sobresaliente.
Una locura de actuación, poderosa, con mucha complicidad con el público donde incluso David participó en pogos. Muy dinámicos, muy divertidos, muy comunicativos con el público, muy agresivos y nunca dejaron de sonar como una máquina perfectamente engrasada. Dejaron al respetable totalmente exhausto. Yo era la primera vez que les veía y tengo claro que repetiré seguro.
Tras una larguísima espera aparecen en el escenario Bloodhunter.
El público (sobre todo el joven) cada vez se está abriendo más a sonidos extremos y no dejo de pensar qué sería de este grupo, con esa propuesta visual y sonora, si en vez de gallegos o madrileños llegan haber sido de Alemania, Suecia o Noruega.
Músicos con una técnica envidiable y con ese reclamo en que se ha convertido ese deslumbrante animal de escenario llamado Diva Satánica. Que sí, que el metalero de libro presume de ser muy true y le puede echar en cara lo de los concursos, lo de la pose, etc… pero es que esta mujer se maneja muy bien en ese terreno, se le ve a gusto, interactúa con el público que la busca para sacarle fotos, siempre desafiante y con sus posturas, es cierto, pero repito: es su rollo, lo domina, está cómoda y no chirría, porque para jugar con eso y no caer en el ridículo hay que tener los ovarios tan gordos como los tiene ella y creedme, cuando abre la boca se desatan mil tormentas y te deja sencillamente acojonado.
Con un rapidísimo y agresivo Death melódico que coqueteaba con el black, pusieron al público otra vez a darse caña; incluso Marcelo se cargó la caja de su batería creo que a la segunda canción, menos mal que estaban los chicos de River Crow para echar una mano. A las guitarras G.Starless y Fenris (único miembro fundador) con seguridad y maestría, la experiencia es un grado y se nota, nivel altísimo. Por problemas profesionales su bajista no pudo acudir a la cita cordobesa y fue sustituído con muchísima solvencia por Raúl Plaza, de la formación manchega Against Myself.
Sonaron demoledores, con un equilibrio brutal entre la técnica de sus músicos y la rabia de su cantante. Entre introducciones con fragmentos de diálogos de películas y roturas de batería antes mencionada el espectáculo tardó en arrancar, pero Diva se empeñó en que nadie se olvidara de su paso por la ciudad, bajando a darlo todo en los pogos y defendiendo el papel de la mujer en este gran invento que es el Metal, con menciones y con actitud.
La sala está situada en una zona medianamente concurrida con un importante hotel al lado y es un famoso lugar de ocio, lo digo porque era curioso la gente que entraba (sobre todo a comprar tabaco) y en la lejanía se quedaban absortos al comprobar que tan poderoso y diabólico vozarrón provenía de semejante mujer, era digno de ver. El público se lo pasó pipa, ellos estuvieron fantásticos y se produjeron pogos importantes.
No sé que le deparará el futuro a este grupazo, pero repito, sería un futuro muy diferente si fueran del norte de Europa. Tengo la esperanza de que con semejante capacidad de crear tralla y de calidad el público empezará a ponerlos en su justo lugar. Bloodhunter han venido a decirnos que aquí también sabemos hacer las cosas, y muy bien por cierto.
El propio Bruno reconoció que no les conocía hasta que Rafa Basa le aconsejó que les echara una oreja y los contratara para su fiesta de aniversario. Y allí estaban, junto a River Crow. Una iniciativa que hay que aplaudir por el metal cordobés, el andaluz y el nacional. Porque todos nos quejamos de la falta de oferta metalera y somos los primeros que tendríamos que generar inercia acudiendo a estos eventos. Porque se lo debemos a esta música, se lo debemos a esos grupos que conocemos y a los que nos quedan por conocer; se lo debemos a esa gente que hipoteca su pasta y su tiempo para organizar estos tinglados y nos lo debemos a nosotros mismos, para poder seguir disfrutando de esta mierda que tanto nos pone.
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