Savatage: The Wake of Magellan (1997)

No parece que fue ayer, porque evidentemente fue hace casi 23 años de ello, pero sí que haciendo una buena memoria, este disco me traslada a mi loca época universitaria, donde comprar un nuevo CD en la Tipo era casi una consigna semanal, trillarlo en el reproductor y seguir haciendo mi biblioteca metalera. Este disco de Savatage iba a ser el primero de los varios que adquirí, y sinceramente, le tengo en altísima estima, de ahí el haberlo elegido en primer lugar.

Llamado álbum conceptual, denostado por parte de la crítica después del anterior y magnífico Dead Winter Dead (1995), es un compendio a mi parecer del sonido Savatage, pero más sinfónico, más caótico, con unos arreglos increíbles y una abundancia sobrenatural de voces, riffs y melodías que solo podían salir de la mente atormentada de su alter ego, Jon Oliva. Por cierto, hoy en día luce un aspecto muy desmejorado para los casi 60 años que tiene, en fin, los avatares de la vida y las tendencias corporales.

Regresando al álbum, sólo la portada ya llama la atención con un barco o galeón español en medio de una tormenta a punto de zozobrar con las velas destrozadas sobre un fondo en llamas, pero la temática no es sólo referida a conquistadores y naufragios, sino que también cuenta historias entrelazadas como son el incidente del Maersk Dubai (Another Way) en 1996 donde los tripulantes del carguero de contenedores taiwanés lanzaron por la borda a tres polizones rumanos sobreviviendo un cuarto, o el asesinato de la periodista irlandesa Verónica Guerin (Complaint to the System) a manos de unos sicarios de los cárteles de la droga también en 1996. Evidentemente, cuando adquirí este CD, había que leer el extensísimo booklet para enterarte de todo esto, ya que internet no era lo que es ahora. Qué recuerdos, cuando te conocías hasta el ingeniero de sonido o el productor de cada álbum que pillabas. Por cierto, el productor de este álbum, Paul O´Neill, fue una eminencia en el mundo del rock.

El caso es que el compendio de las canciones, acertadas o no, según el estilo que te guste, merecen muchísimo la pena darles una escucha, donde destacanTurns to Me”, “Blackjack Guillotine”, “Another Way”  oParagons of Innocence”, estas dos últimas cantadas por el propio Jon Oliva pero, sinceramente, laCara B de este The Wake of Magellan es espectacular, iniciándose con la instrumental Underture, una brutalidad con imágenes sonoras muy evocadoras y tormentosas. Sin embargo, si hay una que sobresale es The Wake of Magellan, una auténtica joya musical, más de seis minutos comprimidos de calidad, epicismo y amalgama de instrumentos bien ejecutados, por no hablar del singular final de dos minutos de voces contrapuestas, una experiencia SUBLIME. Por supuesto, la balada Anymore, que recuerda mucho a Alone You Breathe del magnífico Handfull of Rain (1994) de los propios Savatage, es indispensable en cualquier álbum del grupo. El culmen y cierre se da con “The Storm”, la otra delicada y magnífica instrumental, y “The Hourglass (Reloj de arena, yo no tenía idea que significaba eso hasta ahora), un medio tiempo acojonante y que deja un sabor de boca increíble, un final agradable y ciertamente satisfactorio. El plantel de entonces, con Jon Oliva al teclado y en un segundo plano a nivel vocal, lo completaban un correctísimo Zak Stevens en esa faceta, Jeff Platea a la batería, muy ochentera, Johnny Lee Middlenton al bajo, inamovible desde que se incorporó en el 86 al grupo y los hachas Al Pitrelli (Megadeth, Alice Cooper…) y Chris Caffery, ambos realmente majestuosos y técnicos. Seis monstruos que confitaron esta sublime obra musical.

En definitiva, un álbum que creo pasó desapercibido y que merece un reconocimiento al igual que la propia banda, la cual dejó de tocar allá por el 2002 y que en el 2015 regresaron. Su último álbum Poets and Madmen (2001) fue otro disco, bajo mi modesta opinión, increíble, pero esa, es otra historia.

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