Y&T, Sala But, Madrid 28-9-2019

Noche de derbi futbolero en la capital. Por experiencia, he comprobado que ni una final de Champions es capaz de disuadir a los fans de un grupo de acudir a un concierto. De hecho, pocas veces he visto una sala tan a rebosar como este sábado. Y siguiendo con el fútbol, hace años, un jugador de uno de los equipos implicados en este partido declaró que la característica que más definía la grandeza de su equipo era que “siempre te devolvían lo que costaba la entrada”. Figuradamente, entiendo. Si bien esta afirmación es falsa para el fútbol en general y para este equipo en particular en un muy alto porcentaje de las ocasiones, no lo es en absoluto si se aplica a Y&T. Ellos siempre devuelven el precio de la entrada.

A pesar de las terribles pérdidas que ha sufrido Y&T en los últimos años, Dave Meniketti ha conseguido reunir a unos músicos que cumplen a la perfección su cometido de mantener muy alto el nombre del grupo, como su trayectoria merece. Bien acompañado a la guitarra rítmica por John Nymann, Aaron Leigh al bajo y Mike Vanderhule a la batería, Meniketti, a sus 65 años, ha retornado a los escenarios en un gran estado de forma tras la lesión de espalda que le impidió terminar la gira del año pasado. Si eso es tener 65 años, yo lo firmo ahora mismo.

45 años cumple la banda, y su líder nos anuncia que en esta gira van a tocar al menos un tema de cada uno de sus discos, lo que da lugar a la inclusión en el setlist de temas menos habituales como “Hang ‘Em High”, “21st Century” o “I Want Your Money”. Y del resto, lo que se podía esperar. Meniketti espectacular a la voz y magistral a la guitarra; Vanderhule contundente a la batería, y unos excepcionales coros a cargo de Leigh y Nymann, ahogados en ocasiones por el público, que se conoce los temas deprincipio a fin y no para de cantar, saltar y dar palmas. Una sucesión de canciones míticas que empieza con “Hurricane”, “Lonely Side Of Town” y “Don’t Stop Runnin’” hasta llegar a la potente “Black Tiger”. Después, un poco de melancolía con “Come In From The Rain” y nuevo subidón con “Mean Streak” y “Midnight in Tokyo”. Así hasta llegar a uno de los momentos calientes: “I Believe In You”. 10 minutos de creciente intensidad que culminan con un Meniketti desatado a la guitarra y los corazones a mil por hora ¿alguien dijo balada?

Mediado el concierto, ocasión para escuchar algunos de los temas menos frecuentes de la banda y acto seguido, retomar otro puñado de clásicos: “Contagious”, la muy festiva “Summertime Girls”, “Rescue Me” y, para cerrar, el más reciente “I’m Coming Home”, perteneciente a su último disco de estudio hasta la fecha, Facemelter.

Pero todo el mundo sabe que aquí no acaba la diversión y que todavía queda la bomba final en los bises, que se reducen a dos canciones por falta de tiempo (nos quedamos sin la prevista “Lipstick and Leather”). Para bajar un poco las pulsaciones, un poco de relajación con “Sail On By” (ahora sí se permite decir balada) y para terminar, como no podía ser de otra manera, “Forever”. Un final tremendo, en el que a Meniketti apenas se le escucha, no por cuestiones técnicas, ni mucho menos por problemas con la voz, impecable durante todo el concierto, sino por el estruendo del público cantando a pleno pulmón uno de los más grandes himnos del hard rock. Y ante la apabullante ovación de los asistentes, la despedida, con lágrimas en los ojos, de uno de los mejores cantantes y guitarristas que nos ha dado el rock y las sonrisas de felicidad del resto de la banda. Después de dos horas de concierto a todo tren y viendo a Dave Meniketti imponente a la voz y a la guitarra, surgen dos preguntas: ¿Habrá nuevo disco de Y&T en un futuro cercano? Esperemos que sí; ¿es cierto o no que Y&T siempre devuelven lo que cuesta la entrada? Sin lugar a dudas, barato nos ha salido.

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