EXPERIENCIAS LEGENDARIAS 2023 (2)

Escenario Mark Reale y la inestimable clase media

La confección de los horarios y la adjudicación de los escenarios del festival deben de ser un quebradero de cabeza para la organización, que tendrá que cuadrar las agendas de todos los grupos además de distribuir las bandas por estilos y jerarquía o demanda. Aun así, muchas veces son difíciles de entender los solapamientos de grupos de estilos parecidos y la elección de escenario.
Cuando hablo de “clase media” no es en absoluto infravalorando la calidad de los grupos, sino en referencia al horario y el escenario en que les suelen ubicar. El escenario Mark Reale o, como lo solemos llamar, el “escenario pequeño”, es, para mí, el emplazamiento en el que he presenciado los mayores despropósitos sonoros de Leyendas del Rock, pero también el de los descubrimientos más sorprendentes, la reivindicación de (no tan) viejas glorias y el de los momentos más festivos. Considero “clase media” pues, a las bandas que tocan en este escenario o en los escenarios principales, pero a horas poco “saludables”, tanto para los músicos como para el público. Todavía recuerdo los lamentos del cantante de Myrath en la edición de 2022, a las 4 de la tarde, quejándose del excesivo calor. Y eso que son tunecinos, si llegan a a ser finlandeses…
Por todo esto, desde esta tribuna alzo mi voz en reconocimiento de la clase media, pilar fundamental de cualquier festival que se precie. Ea.

Grand Slam

Grand Slam

Afortunado retorno del que fuera el último grupo de Phil Lynott. Con Phil nunca llegaron a sacar un disco de estudio oficial, pero su álbum en directo de 1984 es muy recomendable. Grand Slam destilan un gusto más auténtico que muchas versiones más o menos “autorizadas” de Thin Lizzy, conservando intacto el legado de Phil Lynott. Subidón tremendo escuchar algunos clásicos que acabaron en discos de Lizzy o Gary Moore o versionados por bandas más jóvenes: echadle un vistazo en Youtube al cover de “Nineteen” de los chavales de Bad 4 Good y me contáis.


Vicious Rumors era otro de los grupos que tenía marcado en mi agenda legendaria. Esta joven banda americana, fundada en 1979, posee una discografía que abarca casi 40 años, pero basaron el setlist -para mi disfrute- en su primer álbum “Soldiers of the Night”, en el que contaban con un jovencísimo Vinnie Moore y en el segundo, que muchos consideran su mejor disco, “Digital Dictator”. Mis expectativas eran elevadas, pero no tanto como el volumen al que tocaron. Al final, con las expectativas cumplidas, salí de allí sordo, pero feliz.

Narnia

En los tiempos en que Stratovarius, Sonata Arctica o Angra pegaron el pelotazo, descubrí una semidesconocida banda sueca que, aunque no llegara al nivel de notoriedad de las anteriores, no les iba a la zaga en calidad. Y lleno de ilusión afrontaba el concierto de Narnia en el escenario Mark Reale. Y, lamento mucho decirlo, la ilusión tornó en decepción. En términos generales, el concierto fue muy flojo, con una banda muy poco conjuntada, dando la impresión de no haber preparado demasiado los temas. Pero, además, se dio una situación inédita para mí: el cantante se ayudaba de una tablet sujeta al pie de micro para leer las letras (las partituras tienen la mala costumbre de salir volando). Pese a todo, hay que reconocerle el encomiable esfuerzo que hizo por conectar con el público, animando a corear los estribillos junto a él (sin mirar la tablet) y fue todo un detalle que se enfundara la camiseta de la selección española de fútbol, más teniendo en cuenta que pocos días después nuestras chicas de la selección apearían a la suyas del Mundial en semifinales; pero él qué iba a saber ¡Ánimo chaval, que una mala racha la tiene cualquiera!

Exciter

Su propio nombre lo dice todo: Exciter. Este grupo procedente de Canadá, que sólo lleva en la carretera desde 1978, dio uno de los conciertos más divertidos del festival. Muy gratificante comprobar cómo se fue sumando gente, atraída por el estruendo que son capaces de generar estos tres músicos, muy superior al de otros grupos con más efectivos sobre el escenario. Lo puedes llamar como quieras, heavy, thrash, speed o los tres, pero lo que está claro es que aquí no hay trampa ni cartón. Lo más parecido a Motorhead que te puedas encontrar, en versión canadiense y cantando el batería, con temazos a toda velocidad que provocaron varios pogos, que no han abundado demasiado en este Leyendas, debido quizá al calor. Pogos a los que yo no me acerco, en función de la teoría de Punch Moshpit, ganador de un premio Ig Nobel, que postula que “el área de un pogo nunca se extiende más allá del espacio que ocupan sus participantes”. En román paladino: si no te arrimas, no te hostian.

Virgin Steele

Virgin Steele

Sensación agridulce la que me dejó Virgin Steele. Su innegable calidad no se merece tal confluencia de inconvenientes. Para determinados grupos, el escenario Mark Reale es ideal porque, aunque el sonido no sea siempre óptimo y el aforo sea mucho menor, el público está más cerca y mucho más apretado. Pero éstas no creo que sean las mejores condiciones para una banda como Virgin Steele. Este escenario se les queda muy pequeño para su sonido, y si a eso le añadimos los míseros 50 minutos de actuación y la coincidencia parcial con Hammerfall en el escenario principal, la (casi) ruina estaba garantizada. No es de justicia que, habiendo muchos fans comunes de Virgin Steele y Hammerfall, les pongan en el dilema de elegir entre uno y otro. En conclusión: mucho público, mediado el concierto, se fue a ver a Hammerfall.
Oportunidad perdida de ver en condiciones a un grupo que se prodiga poco por estas tierras, pero que puedo tachar (superficialmente) de mi lista de pendientes.

En un festival como Leyendas del Rock, de cuatro días de duración y con tal cantidad de bandas, se antoja indispensable una buena selección de los grupos a los que asistir. Arriesgarse por alguna elección de primera hora de la tarde puede suponer el sacrificio de una siesta que podrías echar de menos conforme avanzan las horas. En el caso de Dynazty y Angus McSix, el sacrificio mereció la pena.

Dynazty

¡Que vienen los suecos! que diría Alfredo Landa.  O los noruegos, o los finlandeses, tanto da. Todos los años podemos disfrutar de una buena ración de grupos escandinavos, que son garantía de calidad, además de una exhibición de intrepidez descomunal. Estos nórdicos superhumanos exponen sus níveas epidermis a radiaciones que desafían los factores más altos de protección solar con la fortuna de que, en el Leyendas, los escenarios están orientados con el sol de espaldas, lo que evita que estos conciertos se transformen en espectáculos pirotécnicos de combustiones espontáneas.

Dynazty

Así, a las 4:30, saltaron al escenario Dynazty, y está claro que estos grupos no eligen nuestros festivales sólo por el sol y la paella (aunque en el Resurrection sería por el pulpo y el orvallo): A su enorme calidad se unió una magnífica respuesta del público -pese a las horas y las temperaturas- que le dio un plus de motivación a la banda, en perfecta conexión con la audiencia, con temazos pegadizos que oscilan entre el hard rock, el heavy melódico y el power metal. En estos casos siempre me queda la duda de saber cómo hubiera respondido la gente de haber tenido un horario más benévolo.

No es MacGyver, no es el guitarrista de AC/DC, no es una raza de ternera, es… ¡Angus McSix! Que no es otro que Thomas Winkler, ex vocalista de Gloryhammer que, armado con su espada Sixcalibur mata goblins de siete en siete y ha reclutado una banda de músicos, perdón, un ejército de guerreros, para liberar el Reino de Fife. Pues eso.
Y a los que crean que este grupo es una patochada yo les pregunto ¿acaso Blind Guardian no hablaban de “El Señor de los Anillos” en sus letras? Claro que Blind Guardian nunca subieron un T-Rex al escenario, ni descabezaron un goblin en directo, ni lanzaron un unicornio gigante al público para encargar un mini de cerveza… en fin, minucias.

Porque sí, Angus McSix es una patochada; pero bendita patochada. Tras toda esta estrambótica puesta en escena se esconden unos guerreros, perdón, músicos, procedentes de los mejores grupos de la escena power-metal actual y un frontman que, además de ser un excelente cantante, es un magnífico agitador de masas ¿quién en su sano juicio rechazaría un paseíto en unicornio?




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