Sorprendentemente lozanos para ser el último día y dispuestos a rematar un Leyendas que se nos está haciendo corto, lo que debe de significar que lo estamos pasando bien. A por ello.
Cemican
Cuando creíamos haber visto todas las fusiones de músicas imaginables (jazz rock, funk rock, flamenco rock, thrash merengue, death fandango, muñeira metal, etc) aparecen estos mejicanos con su combinación de música prehispánica y metal. A tiempo están de ponerle nombre a este nuevo estilo antes de que la prensa musical los encasille a su antojo. En Cemican todo es prehispánico: el nombre, que significa “toda vida, toda la sabiduría” en lengua náhuatl, de los aztecas y que todavía utilizan millones de personas en México; la vestimenta; las pinturas corporales; los demás complementos como coronas, máscaras, etc; el propio náhuatl en el que cantan, que yo pensaba que era rumano mal vocalizado; los instrumentos, salvo las guitarras eléctricas, que parecían más recientes; y, por supuesto, las letras, que hablan de mitos y leyendas de esta cultura. En rigor, hacen folk metal, pero como en su cultura no tenían ni druidas ni gaitas, pues suena diferente y, pese a que cuesta un poco acostumbrarse a su sonido (porque a estas alturas ya nadie se escandaliza de las pintas), es gratificante ver la pasión que derrochan en un estilo musical nada convencional. Y una objeción por mi parte: aunque su nombre se refiere a un sentimiento muy elevado, no puedo evitar que me recuerde al nombre de una feria agrícola. Mis disculpas.
Dark Angel
A principio de los 80 en Estados Unidos surgió una gran cantidad de bandas de thrash. Algunas llegaron muy alto, otras tuvieron su cuota de éxito y otras, con el paso del tiempo, han recibido el reconocimiento que se merecían. Dark Angel podría ser de estas últimas. Y mientras algunos grupos de éxito masivo han ido modificando, o incluso dulcificando su sonido, estos grupos como Dark Angel han mantenido intacta su esencia original, que no es otra que meter el mayor ruido posible. Enmarcados en este festival entre bandas como Battle Beast y Beast In Black, estos californianos debieron de pensar que, para bestias, nosotros, y que se iban a enterar. Y de hecho se enteraron, ellos, los renos de Laponia y los canguros de Australia. Existe un informe emitido por la Estación Polar Antártica que describe “un comportamiento especialmente alterado y agresivo de los pingüinos justo a la hora en la que tocaba Dark Angel en Villena”. Haceos una idea.
Beast in Black
Y vamos con la segunda bestia del festival. Beast In Black podría considerarse una banda spin off de Battle Beast, ya que fue fundada por Anton Kabanen, exguitarrista de los batallitas, y a que trasladó toda su sabiduría y buen hacer a su nuevo proyecto. Con todo el buen hacer que demuestran en escena, Beast In Black dan la impresión de estar un poco a la sombra de Battle Beast. Vienen del mismo país y hacen una música similar pero parece que están un peldaño por debajo y no atraen la misma atención. Pero como las comparaciones son odiosas y aquí no hemos venido a buscarle faltas a nadie, no hay nada mejor que disfrutar de sus guitarras potentes , sus temas adictivos y un frontman espectacular. Hablando de frontman ¿cómo acaba un griego cantando en un grupo finlandés? Y no es un chiste.
Leize
Gran concierto de Leize en el escenario pequeño. Los conciertos aquí, con los habituales problemas acústicos, programáticos y ambientales (imaginaos una lata de sardinas todo el día al sol del Mediterráneo) pueden desarrollarse de varias formas. Hay veces en que se oye tan mal que puede resultar desesperante, pese a los esfuerzos del grupo actuante. Otras, la coincidencia con otra banda del escenario principal resta activos entre el público. Y algunas otras, cuando Ganímedes se alinea con Titán, mágicamente todo funciona.
Leyendas del Rock es un festival que se cimentó en base a la idea de combinar grupos clásicos nacionales y extranjeros. La parte nacional se ha ido perdiendo y no sólo porque haya bajado la cantidad de grupos patrios, sino porque, además, la mayoría de ellos ni siquiera cantan en español. Por eso Leize es rara avis en esta edición: escenario pequeño, buen sonido, mucho público y todo esto cantando en español. Y cerveza para el calor, qué remedio. Además, estas bandas se vienen arriba ante estas circunstancias y se nota una motivación especial, como una reivindicación contra todos los inconvenientes y el resultado es un público entregado coreando todos y cada uno de sus clásicos. Sin duda, de lo mejor de este año.
Y hasta aquí dan los cuerpos. Cuatro días de lo más divertido que se han pasado volando y volvemos a casa pensando ya en el cartel del año que viene, que ha arrancado con una fuerza tremenda: Helloween, In Flames, Godsmack, Dark Tranquility, Savatage… eso y mucho más sólo para empezar. Y allí estaremos para contároslo.
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