Mysterika es ya el grupo que más veces he visto después de las cinco que he contabilizado de Stratovarius. Por antonomasia, son mi debilidad, soy devoto acérrimo, y con esta crónica de lo más subjetiva, lo confieso, quiero rendirles homenaje porque se lo merecen, siempre bajo mi punto de vista, sin que nadie se ofenda, ojo.
Allá tú, lector, si prefieres cliquear en otro lado o si la curiosidad de una breve lectura de unos pocos minutos te puede embaucar como mi deseo sería.
La distancia de una hora, no era impedimento para asistir a la Rolling Rock de Alcázar, lugar por cierto muy chulo y recomendable, acogedor y con unos detalles rockeriles muy currados. La compañía, siete locuelos en una Ford Galaxy, ya auguraba unos momentazos increíbles, de esas experiencias que salen casi espontáneas, casi de última hora, de las de “a que no hay huevos”… Y tratándose de un viernes, lo que nos sobraba, aparte de kilos y frentes muy anchas algunos, eran ganas de pasarlo bien y disfrutar de un concierto de tres bandas que lo dieron todo.
Tenía claro que mi máxima prioridad y atención eran Mysterika, pero aún así, disfruté con Grapeshot y Cursed Angel, por lo que mi agradecimiento hacia la profesionalidad de ambas bandas es plausible en estas breves líneas.
Bueno, llegado el momento del cambio de instrumentos, se sitúan Víctor & Cía, en el escenario ante un público no demasiado numeroso. En este punto, me suelo quejar o me fastidia cuando “nuestra” sala Nana se queda escueta de público vaya el grupo que vaya, en este caso, ocurría lo mismo, salvo que en esta ocasión los que asistíamos interpretamos aquello como, “pero si somos unos privilegiados, esto parece un concierto familiar, vamos a disfrutarlo”. Aún así, un tirón de orejas al público rockero de la zona por no abarrotar el lugar como bien se merecía… ¡¡¡¡que la entrada era gratuita, Hostias!!!!
Sin dilación, irrumpió una Intro intrumental que dejaba claro los derroteros victoriosos por los que se moverían Mysterika a lo largo del show, un rock melódico progresivo, una amalgama de deliciosos sonidos que se mueven por muchísimas vertientes del rock, fruto del trabajo arduo, constante y ultraprofesional de estos cuatro musicazos. A la cabeza de los cuales se encuentra Víctor López, un currela auténtico de esto, modesto, groupie de la buena música en general y de trato increíble. Frontman carismático y de técnica exquisita tanto en la composición como en la ejecución, que se atreve con todo, siendo capaz de tocar tante ante un gentío rockero enfervorecido como en un auditorio repleto interpretando junto a una orquesta, música clásica o bandas sonoras. Un auténtico 4 X 4. ¡Y que es de aquí, señores, de aquí al lado!
En fin, por donde iba, ah, La Salida, primer temazo de su primer álbum, (Carpe Diem, 2011), irrumpe en la sala con energía, sutileza y encanto a partes iguales, dejando claro de qué iba la película. Era gracioso ver la cara de los incautos que nunca habían visto a estos pilluelos desenvolviéndose con tanta maestría por los márgenes progresivos de los que este tema concretamente discurre. Cambios de ritmo, rock pesado, duelos guitarra – teclado, melodías sincopadas y una voz peculiarmente familiar y embaucadora. Este es el universo Mysterika, un auténtico agujero negro del que cuando entras, ya no sales. !!!!!Malditossss, estoy atrapado desde el 2011!!!!!
Y llega Trozos de Papel, la más “poperilla” de su segundo y último larga duración hasta la fecha. Muy animada, muy bregada por parte de los secuaces de Víctor y que daría paso a la primera versión de la noche, retuneada por ellos a modo de homenaje de un grande de la música. Black or White de Michael Jackson… Quizás para mí, la más floja del set list que suelen presentar, es el único lunar de Mysterika, cuando hace un tiempo Smooth Criminal, que también la versionaban, era rotundamente mejor, muy del rollo de la versión de los californianos Alien Ant Farm. Aún así, muy lograda, sorprendiendo de nuevo a aquellos que no habían escuchado una versión tan rockera.
La última carta, de su primer álbum fue un tema coreado, cuando se trata de una canción progresiva, fantástica, con multitud de cambios de ritmo. Más de siete minutazos intensos, elaborados, con una base muy marcada por parte de José Desdentado (Batería) y Jesús León (Bajo), ambos perfectos en ejecución durante todo el show. ¡Qué buenos son, leches!.
¡¡¡¡¡Y por Zeus!!!!!… llega Ojos, Mirad, con esa entrada a guitarrazo limpio, cambios y aceleración, guiño a Dream Theater y el estribillo, emocionantísimo, enorme, acojonante, el vello de punta y vuelta a la estructura de la canción, con un Julio López (Teclado) desatado, ya que este tema era de su época inicial, la vuelta de un hijo pródigo. Este tema, si no es mi preferido, es porque los dos álbumes de Mysterika contienen composiciones alucinantes y nada desdeñables, ninguno sobra.
Pero, ¿qué hace esta gente en sus conciertos?, pues te meten una segunda versión, en este caso, de los anteriormente nombrados Dream Theater, de los cuales no se entendería una pequeña parte de la grandeza de Mysterika. Han mamado y bien de la sabiduría y calidad de los neoyorquinos, así como homenaje hacen Solitary Shell. Toma ya, casi nada. Si no habéis escuchado nunca el tema, animaros porque es infinito el buen rollazo que da, pegadiza, animosa, una joya en definitiva.
En el siguiente y penúltimo capítulo de la velada, llegaría Alzar el vuelo, oda frente a esa lacra del maltrato de género. De nuevo sublimes, un medio tiempo precioso, puro con una voz casi susurrada de Víctor de inicio, agresiva y rabiosa posteriormente, con momentazos hipnóticos progresivos, tappings, más cambios de ritmo… Un coctel embriagador, un tema Mysterika 100%. (Para mayor referencias, visualizar en Youtube grabado en la Sala Nana de Ciudad Real).
Y por último, Loco, medio cuerdo, (que es como salimos varios a tomar el aire después del concierto), de su primer álbum, sellando una actuación absolutamente perfecta, aclamados por los que pudimos disfrutarlos en vivo y que no será la única vez que los veamos, ni mucho menos.
Este combo se merece los más altos honores, ya que lo que hacen es de altísima calidad, tomándose su tiempo para crear joyas en forma de álbumes y que allá donde vayan, si te gusta el rock, deberías verlos. Son absolutamente magistrales, sólo chequea la opinión de aquellos que los han visto alguna vez.
Por mi parte, podría seguir elogiándolos, pero me esperaré a su siguiente bolo, y por último, he de recordar de paso que otros tres ex miembros de Mysterika, se merecen mis respetos por haber formado, de una medida u otra, en éste proyecto tan acojonantemente sublime. David López al bajo, Carlos Rodriguez al teclado y mi “hermano”, el absolutísimo Dios de la Batería, el Gran Patri Ruiz Compistegui, felizmente casado en otro proyecto musical. (Casi lloré en tu “hasta pronto”).
Eternas gracias por ser así y transportarnos entre todos hasta donde soléis hacerlo.
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