ERIC CLAPTON, 02 ARENA DE PRAGA (5/6/22)

El concierto de Eric Clapton se debió celebrar el 20 de mayo del 2020, pero por culpa de la pandemia se ha ido posponiendo hasta esta fecha, por lo que muchísimos asistentes teníamos las entradas compradas desde el 2019 y algunos, sinceramente, teníamos nuestras dudas de si al final iba a celebrarse, pero por fin el esperado día llegó y lo que iba a ser una semana de estancia en Praga en 2020 al final ha sido una escapada fugaz, de solo tres días, para verlo en 2022.

La noche prometía, puesto que el O2 estaba lleno, había un ambientazo muy bueno, muy tranquilo también, puesto que salvo nuestra hija, que vino con nosotros con 8 años, y un par de niñ@s más, la mayoría era gente de 50 para arriba.

Había gente de diferentes partes de Europa y fueron unos cuantos l@s españoles que vimos en el concierto. El personal tenía muchas ganas de ver a la que es, prácticamente, la última leyenda viva del Blues

La noche arrancaba con los alemanes The Bluesanovas, un quinteto de jovencísima edad, ganadores de varios premios y que se movían entre el Rock and Roll clásico, el Boogie y el Blues, con muchísima soltura y solvencia. El enorme (en estatura) cantante, Melvin Schulz, es todo un espectáculo en el escenario, moviéndose sin parar e intentando animar al personal todo el rato y con un impresionante chorro de voz, pero no estaba solo, ya que el tremendo guitarrista, Filipe De la Torre nos deleitó con una forma de tocar excepcional durante todo el show, con mucho feeling y unos solos y rítmicas de alto nivel. El teclista Nico Dreier, otro auténtico espectáculo, teniendo momentos solistas buenísimos, y la base rítmica de Tim Kirschke al contrabajo y bajo y Philipp Dreier a la batería, excepcional también.

En definitiva, que nos encantaron y pusieron el único toque de color, movimiento y dinamismo de la noche.

Con mucha puntualidad saltaba al escenario Eric Clapton, rodeado de algunos de sus músicos habituales desde hace muchos años, como son Paul Carrack y Chris Stainton a los teclados, Doyl Bramhall II a la guitarra, Nathan East al bajo, Sonny Emory a la batería y las coristas Sharon White y Katie Kissoon. Ni que decir tiene que todos son músicos de una calidad excepcional y que rindieron toda la noche a un gran nivel.

Lo primero que nos llamó la atención fue el escenario, completamente penumbra durante todo el concierto, tan solo adornado con unas luces apuntando hacia el techo todo el rato y que lo único que hacían es cambiar de color en cada canción, ni si quiera se movían durante el show, haciendo imposible verle la cara a Eric Clapton en ningún momento, ni la de algunos de sus músicos. Tan solo pudimos verle a través de las imágenes de las pantallas a ambos lados y sobre el escenario, en blanco y negro, dónde se podía intuir que era el quien estaba en el escenario, algo insólito que nunca he visto en ningún concierto y más siendo de un artista solista y encima una leyenda.

No sé si la gente de las primeras filas  fueron capaces de verle con claridad, pero el resto del O2 arena no vimos nada de lo que ocurría en el escenario durante toda la actuación.

Para que entendáis el nivel de penumbra que había en el escenario os diré que yo me llevé prismáticos para poder verle de cerca, aun estando en grada, y no fui capaz de verlo en ningún momento, solo oscuridad, por otro lado a los Bluesanovas los vi perfectamente, por lo que esa penumbra supongo que fue intencionada y a petición del propio Eric.

Por si esto fuera poco, Clapton no se dirigió al público en ningún momento, no saludo al salir al escenario, ni al retirarse, ni al volverse a subir para el bis, ni al terminar el concierto después del bis y no dijo ni una palabra durante todo el concierto, haciendo el concierto aún más frío si es que se podía.

De lo que fue el concierto, decir que tocó 13 versiones y tan solo tres temas suyos, cosa habitual en sus setlist desde hace mucho tiempo.

Hubo momentos muy buenos , sobre todo en algunos solos, tanto de Clapton como de Bramhall II, así como en el set acústico en mitad del concierto cuando interpretaron, de forma magistral, “Tears in heaven”, con todo el público aplaudiendo al compás y haciendo de ese un momento muy especial. También sonó Layla, muy celebrada por el público, pero que a mí me gusta infinitamente más en formato eléctrico.

El setlist fue un grandes éxitos sin riesgos conteniendo temas como ‘Hoochie Coochie Man’, ‘I shot the Sheriff’, que les quedó genial, ‘White room’, ‘Badge’, ‘Wonderful Tonight’, entre otros  y ‘Cocaine’, para terminar el concierto, saliendo del escenario antes de salir para el bis.

Ocurrió una cosa que nunca antes la había visto en un concierto y es que cuando hicieron este parón, hubo muchísima gente que no se esperó ni al bis y empezaron a salir del O2 arena, pero no unas cuantas personas, si no a cientos, similar a cuando en un estadio de fútbol se ve salir a la gente antes de que acabe el partido cuando el equipo local está jugando muy mal, lo que demuestra, a mi modo de ver, el descontento de gran parte de la audiencia.

Tras este breve parón, volvieron a salir al escenario como si nada, sin ni siquiera mirar al público y tocaron ‘High time we went’ y para sorpresa del público, no la cantó Eric Clapton, si no Paul Carrack, lo que nos dejó perplejos tras comprobar que fue el último tema del concierto. 

Tras este tema volvieron a irse del escenario sin tan siquiera una mirada al público ni un adiós con la mano ni nada de nada. Se encendieron las luces y punto final.

Como resumen se puede decir que fue un concierto musicalmente impecable, con un sonido cristalino, dónde se escuchaba a la perfección todo lo que sucedía en el escenario, buenos músicos, buenos solos de cada uno de los miembros de la banda. Eric Clapton tocó muy bien, igual que el resto de la banda y cantó regular, aunque estuvo muy arropado vocalmente por los demás músicos, pero también fue un concierto frío, sin un ápice de dinamismo, con un Clapton completamente apático y distante, incluso se podría decir que tremendamente irrespetuoso con un O2 lleno hasta la bandera. Lo mínimo hubiera sido saludar y agradecer a tu público la paciencia mostrada en estos años y la asistencia a la que, seguramente, será la última actuación suya en Praga de su carrera.

Para mí ha sido uno de los conciertos más decepcionantes de los que he asistido en mi vida. Lo mejor fue poder escuchar a esta leyenda en vivo junto a mi mujer, mi hija y unos grandes amigos y pasar tres días en una ciudad como Praga llena de magia, comida y sobre todo Cerveza.

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