FM, Sala La riviera, Madrid 11/10/2018

 

Cierto es que Raven ya había tocado cuando entré en la sala. Retraso debido a la necesidad de descanso, a la distancia y al horario tan tempranero para acabar pronto con la descarga de los grupos británicos. Los Raven, por lo consultado, breves pero intensos, muy desmerecedores por la poca afluencia de público que tuvo y a su escasa media hora de actuación. De nuevo los horarios.

FM

El caso es que siendo las 20:00 horas, el escenario se abrió de nuevo para recibir a los míticos FM. Practicantes de un hard rock melódico muy sanote, con melodías y estribillos muy pegadizas. Abrieron con “Black Magic”, un moderno y cañero tema a corear por todos, para continuar con “I belong to the night”, vamos, como si mezclaras a Bon Jovi y Foreigner. Un pasote en realidad, y en directo molaban un montón. Sonaban muy compactos aunque la guitarra de Jim Kirkpatrick en ocasiones no era demasiado apreciable, sobre todo durante los solos que protagonizó. A mitad del concierto sí que se le pudo escuchar en condiciones. 

“Bad luck” destilaba New Jersey por todos lados y tras un breve speech de un simpático Steve Overland, el cual alternó su actuación cogiendo en determinadas ocasiones la guitarra, presentó “That girl” con el característico ochentero teclado de Didge Digital, muy enfundado en su papel de malote encuerado y algo hierático. Aun así, la actuación de todo ellos fue de enmarcar, tanto la del batería Pete Jupp encuadrado en un lateral del escenario como la del activo Merv Goldsworthy, que personalmente me recordaba a Terry Jones, de los Monty Python. 

“Life is a Highway” fue una de las más coreada esa noche. Sonaba a Van Halen total y los asistentes no parábamos de contornearnos, sorprendidos por el buen rollo que podían generar estos viejos rockeros. La siguiente escogida, “Crosstown train”  prolongó la buena onda generada. Rockera e incisiva. Pero con “Wildside” dieron más cera con ese bajo machacón de Merv, sorprendente era el estado de voz de Steve, el cual calzaba 58 tacos. Místico el solazo que se marcó Jim Kirkpatrick, de los que te abruman cuando te arrean en la cara directamente y en vivo.

“Tough it out” nos devolvió de nuevo al sonido de finales de los ochenta, saludable siempre al 100 %. Sin embargo, y como cierre del show, eligieron “Killed by love” para cantarla con el respetable y terminar casi como si tratase de un enorme abrazo sanote entre todos. El bueno de Steve anunció antes del final que el año que viene volverían por España  de nuevo a tocar, lo cual fue acogido calurosamente por el público. 

Soberbio y corto concierto el que se marcaron los FM, lección de veteranía y ganas.

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