Galia Metal Fest 2019: Viernes 12 de abril

 

Pozal de Gallinas nos recibió con un agradable sol sin atisbo alguno de lluvia. Además el pequeño pueblo está situado a pocos minutos de poblaciones emblemáticas cargadas de historia y monumentos como Medina del Campo, Tordesillas, Olmedo o Arévalo, lo que convierte a este festival en la excusa perfecta para hacer una escapada al mismo tiempo turística y llena de buena música. Una inmensa explanada lindante con el Polideportivo Municipal donde se celebraban los conciertos resolvía cualquier problema de aparcamiento a pesar de que en esta edición hubo bastante más público que en la del año pasado y así, en todos los aspectos (incluyendo organización, oferta gastronómica y sonido) se puede decir que el Galia Metal Fest de este año ha sido un completo éxito y los organizadores ya han dejado caer que habrá una tercera edición del festival.

Musicalmente el día comenzó para nosotros con DAERIA, perdiéndonos lamentablemente las actuaciones de los madrileños Survael y los italianos Temperance.

Tras la salida del combo catalán de Martí Doria, los actuales Daeria andan buscándose un hueco dentro del panorama nacional hardrockero, y están en la senda correcta tras la edición de su magnífico “Fénix” del que tocaron (en el mismo orden que en el disco) a modo de inicio del bolo la propia “Fénix”, “Cosmos”, “Laberinto” y “Luz de luna” ante las aproximadamente 100 personas que ya deambulaban por el Pabellón.

Gozaron de un sonido aceptable (quizá algo apagado y opaco) que nos permitió disfrutar de temas como “Lestat” y el final con su hit del 2011 (cuando aún eran Döria) “Caperucita feroz”.

Ante la insistencia del todavía escaso público que la pedía expresamente, dieron por finiquitado su show con “Reina de corazones”, carta de presentación del grupo cuando fue fundado y videoclip de adelanto de su “Fenix”, que dejó un grato sabor de boca.

Tras ellos era el turno de los manchegos EVIL IMPULSE que desplegaron su groove thrash metal con una actitud y calidad que dejó a más de uno (que descubría en ese momento a la banda) descolocado y con la boca abierta.

Salieron a saco desde el minuto uno enlazando “Ancient Paradox” con “Judge & Hangman”, disfrutando de mejor sonido y más público que la banda anterior. Tras un momento más southern cargado de groove con “Inside the hole” volvieron a reventarnos los tímpanos con dos temazos de su último disco (el excelente “The Unbroken Ritual”) como son “Valley of silence” y “The great dunghill” intercalando entre ellos la canción que daba título a su primer larga duración, la gran “Who´s gonna kill who?”. A estas alturas del concierto ya se habían metido en el bolsillo a todos y cada uno de los asistentes al Galia que se miraban atónitos ante lo que se les estaba viniendo encima.

Para acabar de sentar cátedra “Lobotomizer” y “When the killers” completaron un corto pero intenso show, todo adrenalina y brutalidad. Tras el show mucha gente comentaba lo gratamente que les habían sorprendido Evil Impulse que a día de hoy son una apisonadora sónica que roza la perfección en directo. Grandes!!!

Tras un pequeño receso y cumpliéndose los horarios a rajatabla (algo que sufrirían en sus carnes al día siguiente los germanos S.D.I. , a los que les recortaron el show) era momento para el metal sinfónico en este Galia Metal Fest a cargo de los austriacos SERENITY. Un precioso telón de fondo que simulaba la nave central de una catedral y que recordaba a la portada de su “Fallen Sanctuary del 2008 engalanaba más que tapaba la parte posterior del escenario.

Los tiroleses son toda una institución de dicho metal sinfónico centroeuropeo desde su formación en 2004 y venían presentando su sexto álbum de estudio (“Lionheart”, 2017) y, tras la intro que da inicio a dicho disco (“Deus Lo Vult”) se lanzaron con una acelerada “United” en la que comprobamos que el sonido les iba a gastar alguna mala pasada; y es que el micro de Fabio D´Amore (bajista y coros) era como si estuviera de adorno. Teniendo en cuenta que no les acompañaba su habitual segunda voz (Natascha Koch) y era Fabio el que tenía que secundar a Georg Neuhauser (cantante), el problema no era cosa nimia. A pesar de ello, los austriacos no se amilanaron y dieron un señor concierto que gustó mucho al ya numeroso público (unas 250 personas).

Aunque basado en sus dos últimos discos (el mencionado “Lionheart” y “Codex Atlanticus”), hacia el final del show le dieron cancha al magnífico “Fallen Sanctuary” con el tema “Velatum” y finalizaron con una de sus canciones insignia, “Legacy of Tudors” (“War of Ages”, 2013) completando un show muy homogéneo (que no aburrido ni monótono).

Una gozada disfrutar de la elegante voz de Georg Neuhauser, aunque también hay que señalar el gran trabajo a la guitarra de Chris Hemsdörfer. Una vez solucionados los problemas de sonido, Serenity se mostró como una banda potente y compacta donde sobresalía la contundente base rítmica formada por Fabio (bajo, y además, gran cantante) y, el fundador del grupo, Andreas Schipflinger, tras la batería.

Y de una institución del metal sinfónico centroeuropeo a una institución del metal sinfónico español: DARK MOOR.

Atrás quedó su época eminentemente powermetalera (de hecho no tocaron nada anterior a su “Tarot” del 2007) siendo hoy día el combo madrileño un claro exponente de metal melódico que ha imprimido en su último disco “Origins” un marcado componente folk; y en este último álbum basaron su concierto, lo que dio al show un carácter festivo que incitaba al baile al ya numeroso público; y es que poco a poco, el Polideportivo de Pozal de Gallinas se iba llenando y ofreciendo muy buen aspecto.

Arrancaron con el single presentación de su “Origins”, la pegadiza y coreable “Birth of the sun” que enlazaron con el tema insignia de su “Tarot” del 2007, la magnífica “The Chariot” para posteriormente seguir dándole cancha a su reciente obra con la festiva “Spectres Dance” y las más relajadas “Crossing through your heart” y “And For Ever” (casi una balada de precioso y conseguido estribillo).

Se ve que están orgullosos de su “Origins” y, la verdad, lo defienden perfectamente en directo; y aún cayó otro tema de dicho álbum, la más folk del mismo, la divertida “Raggle Taggle Gypsy” que puso a bailar a todo el personal. Además el sonido acompañaba y a la banda se le veía a gusto sobre el escenario. Le dejaron en el set list un lugar de privilegio a su álbum “Ars Música” (2013), descargando hacia el final del show de forma consecutiva “The first lance of Spain” y la bonita “The road again”, con Alfred Romero cantando de lujo guitarra acústica en mano, y con el fundador de la banda Enrik García comandando la nave tras su guitarra.

Como colofón su versión de “La canción del pirata” incluida en su “Ancestral Romance” (2010) dejó al público con ganas de más. Así pues nada anterior a 2007 y nada de su “Project X” del 2015 (un álbum bastante anodino): para mí, todo un acierto en la elaboración del set list por parte de Dark Moor que dieron un muy buen concierto en este Galia Mteal Fest.

Llegaba la hora del cabeza de cartel de esta primera jornada de festival. 

AVALANCH:

Eran las 21.45h cuando la banda de origen asturiano saltaba al escenario del Galia que lucía imponente con un gran telón y paneles laterales que nos traían a la cabeza la portada de su nuevo y flamante disco “El Secreto”.

Gozaron de un muy buen sonido y la mayor afluencia de público de todo el festival. Tiraron de calidad y veteranía y ejercieron de muy digno cabeza de cartel, y es que Avalanch a día de hoy aglutina en sus filas virtuosismo musical a raudales: Mike Terrana tras el kit de batería, un animal con su instrumento y auténtica bestia parda que dejo algún que otro momentazo en este Galia en forma de colosal solo de batería; dos de los mejores guitarristas de este país como son Jorge Salán (que estuvo magistral pero algo serio) y Alberto Rionda (que estuvo muy simpático); ese excelso teclista que es Manuel Ramil, el gran Dirk Schlachter (Gamma Ray) al bajo y un a menudo discutido e infravalorado Isra Ramos que, sin tener la portentosa voz y carisma de Víctor García ni la presencia escénica “heavy” de Ramón Lage, defendió a la perfección los temas antiguos de ambos ex vocalistas de Avalanch. Sí que es verdad que Isra tiene una voz demasiado limpia para el heavy y adolece de “cañera” actitud en el escenario, pero, la verdad, cantó a gran nivel.

El concierto de Avalanch fue el más largo de la jornada (que no del festival, honor que correspondería al día siguiente a Su Ta Gar) lo que les permitió configurar un set list muy completo, dando cancha a todos sus Lps editados excepto a su primero y ya muy lejano en el tiempo “La llama eterna”(1997); incluyendo además canciones no muy habituales como “Baal” de su “Malefic Time” del 2011 o “Mil motivos” (“El ladrón de sueños”, 2010). También es cierto que solo tocaron 2 temas de su obra maestra “El ángel caído” (“Xana” y “Delirios de grandeza”) pero hay que tener en cuenta que ya giraron hace poco interpretándolo íntegro.

Así pues, nada que objetar a un set list que, si bien se basó en su nueva obra, contentó a los fans de todas sus épocas con temas míticos como “Otra vida”, “Alas de cristal” o ese increíble final con “Lucero” (“Los poetas han muerto”, 2003) y “Torquemada” (“Llanto de un héroe”, 1999) entre los que intercalaron un guiño a Queen en forma de “Another one bites the dust”.

Gran concierto, gran sonido e inmejorable respuesta por parte del (ahora sí) numerosísimo público.

Y tras Avalanch llegaba otro de los platos fuertes nacionales del día: los riojanos Zenobia.

ZENOBIA:

A pesar de ser un grupo que me gusta y les he visto muchas veces en directo, esta vez no me convencieron. Puede ser que fuera porque no gozaron del buen sonido que sí tuvo Avalanch o quizá porque se dejaron en el limbo temas infaltables como “La tempestad” o “La legión infernal”; puede ser por lo justo de voz que iba Jorge Berceo… no sé, pero me faltó algo.

Los de La Rioja saltaron a escena con “Armageddon” que puso a botar y cantar al respetable, con Jorge alentando y arengando a los presentes (nada que objetarle en simpatía y actitud) y enlazándola con dos temas de su último disco (“Alma de fuego II”, 2016) “Corazón de hielo” y “El pacto” donde ya pudimos comprobar los problemas de voz de Berceo. A pesar de ello se pudo comprobar cómo entre el numeroso público (prácticamente nadie se marchó tras Avalanch) había muchos fans de Zenobia que disfrutaron del bolo de lo lindo; y más cuando llegaban momentos álgidos del mismo como “Alma de fuego” o “El sueño de un loco”. 

Quiero hacer mención así mismo al gran trabajo que realiza Víctor De Andrés, echándose a sus espaldas todo el peso guitarrístico de la banda, soleando con gusto, todo simpatía y con una espectacular presencia escénica.

El show nos deparaba hacia su parte final una agradable sorpresa al subirse al escenario Isra Ramos de Avalanch y Toño de Evil Impulse para  el tema “Malefic Circus”, uno de los temas más cañeros de Zenobia y que les quedó fenomenal. Fin de fiesta con “Una de piratas” y “Lo llevo en la sangre” con todo el Pabellón cantando eso de “sabes que soy un huracán, sabes que siempre estaré hasta el final…”

Aunque les he visto en días mejores, tampoco se puede decir que tuvieran un día horroroso y yo, por mi parte les daré otra oportunidad más pronto que tarde. Claro que sí.

Con las fuerzas ya algo justas nos disponíamos a disfrutar del tramo más extremo y contundente de la jornada (junto a Evil Impulse) con los alemanes Debauchery y los finlandeses Re Armed.

DEBAUCHERY se presentó en el Galia con un impactante atrezzo escénico y un imponente telón de fondo que te ponía en situación respecto a lo que se nos venía encima: caña burra en forma de death pesado y contundente con poso death & roll.

Más cercanos a la cadencia Venom que a la rapidez virtuosista de Death o Morbid Angel procedieron a arrasar con todo y pasarnos por encima. El trío germano comandado por el guitarra y voz Thomas Gurrath basó su concierto en temas de su última época que sonaron de lujo gracias al sonido cañero pero nítido del que disfrutaron. Así avalanchas sónicas como “Heavy Metal Monsternaut” (“Thunderbeast”, 2016), “Ironclad” (“Fuck Humanity”, 2015) o la final “Slaughter the devil” de su reciente “In der hölle spricht man deutch” fueron como un mazazo para nuestros cansados cuerpos.

Tampoco se dejaron en el tintero alguna que otra joya death metal de sus inicios como “Blood for BloodGod”, tema insignia de su “Rage for the bloodbeast” del 2004 y que terminó de resquebrajar los cimientos del Polideportivo de Pozal de Gallinas. Visualmente (y musicalmente) de lo mejor del día.

Mientras los fineses Re Armed destripaban su técnico death metal melódico que recordaba a  grandes grupos nórdicos como At the Gates o In Flames procedimos a retirarnos, exhaustos pero satisfechos mientras de fondo sonaba el “Built to last” de estos musicazos de Kerava, en la gélida Uusimaa finlandesa.

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