Y no ceso de acudir allá donde pueda para disfrutar de un buen concierto de Metal, de la vertiente que se trate, en este caso, vuelta de nuevo a Sevilla después de aquel bestial Demolition Party para principalmente acudir al retorno a los escenarios con nuevo disco de los sevillanos Marabunta, y de paso conocer a los malagueños Verdugo y los leridanos Memento Mori.
Memento Mori
El poderoso trío de hardcore tenía la siempre complicada tarea de abrir el concierto relativamente pronto para un exiguo número de asistentes. En cualquier caso, eso no les amilanó demasiado y se lanzaron a escupirnos unas sonatas enrabietadas, potentes y muy pegadizas. Quizás el 98% de los que nos íbamos agolpando poco a poco en la platea no entendíamos ni una sola palabra de las letras en catalán del set list, pero eso no nos importó mucho, se trataba de disfrutar, de ver a la propia banda muy risueña, muy concentrada, cada uno en su cometido, derrochando energía y puro deleite sobre el escenario. Esa conexión entre público y grupo se fraguó rápidamente y allá donde mirase no había ni una sola postura ni cara impertérrita, unos cabeceando ligeramente, otros moviéndose de lado a lado o los dos megafans que parecían que tenían dos muelles y que no dejaban de patear, bracear, hacer headbangings o pegar unos brincos estilo ranas hardcoretas justo al lado del escenario.
Miki Serramona era el encargado de conducir al grupo, derrochando una inusitada fortaleza vocal, una sonrisa contagiosa y una ejecución del bajo espléndida. Por supuesto, els seus amics Oriol Tarro a la batería y Coli Stigma a las seis cuerdas conformaban un mini combo efectivo, bien compenetrado y donde ambos también apoyaban la voz de Miki … y más allá. Los apuntes o notas que iba tomando al respecto estaban simplificados en meros “caña, harcore clásico, destroza cuellos, rapidísima…” y demás recordatorios en un set list compuesto por temas de su primer disco Terra Ferma 2012, Mastegot 2019 (Tortazo, bofetón u hostiazo, entiendo), así como temas de su nuevo disco, aún no publicado.
“Ball de bastons”, “Trenca”, “Sota les estrelles”, “Parlem els carrers”, “Messies” o la hiperacelerada “Lleida Hardcore” nos aturdieron de sobremanera, en una inicio de noche que estos catalanes se encargaron de enardecer. No faltaron los agradecimientos, las bromas, el contacto estrecho con el público y un devenir corto pero intenso en una actuación nítida, efectista y muy profesional. Dada la procedencia de estos “jovenzuelos” curtidos ya en unas cuantas batallas, se hace complicado imaginar si los podremos ver de nuevo, quizás en mi caso, pero si os los encontráis por ahí, si tenéis la oportunidad de verles en directo, no faltéis a su convocatoria porque no os dejaran indiferentes, siendo unos instantes vitales honestos, sin artificios y cargaditos de mala baba y hardcore de la denominada old school. Ineludibles.
Verdugo
Apenas unos ligeros cambios en el escenario, ajustes totales y demás procesos, dieron la bienvenida a los “boquerones” Verdugo, auténticos animales del escenario. En este caso, sus cinco componentes abarcaban todo el perímetro de dicha escena, y se iniciaba una soberbia polifonía de Groove, Hardcore con ramalazos Death metaleros.
Para entonces, la sala estaba ya prácticamente en su plenitud, latiendo cual animal sudoroso y expectante por el puñado de historias que los malagueños nos iban a relatar a su modo, siendo continuistas a la energía derrochada por Memento Mori.
Sería con “Como quieres empezar”, tras una breve intro cinematográfica, cuando Verdugo dejaría caer su demoledora hacha sónica sobre nosotros, por lo tanto, el público y las primeras filas ya hervían y los pogos y los circles pits emergían de manera espontánea y natural por todos lados. Se divertían Fran y Paco a las guitarras, lo hacía Cuervo al bajo y David aporreando el kit de batería mientras que la voz, el absoluto animal, el torrente cavernoso y agudo a la vez de Taruga, era una abrumadora fuente de energía y simpatía.
El vínculo se había establecido entre público y banda, y pese a la exigua iluminación y la sobria puesta en escena, “Atrapado en mí”, de su segundo álbum, La cara oculta, sonó potentísima y cadenciosa con ese estribillo tan siniestro …mis manos llenas de sangre…. A continuación, la rabiosa “Narco” y lareivindicativa “Por toda la vida” no decaerían el ritmo ni la agresividad del show desplegado. Los Verdugo iban a lo suyo, ya se habían acomodado y todo fluía como debiera, de ahí que “Desgraciado” con ese impresionante curro deDavid a las baquetas y la devastadora “En un lugar” cerrarían definitivamente un híper ameno concierto con el colofón final de “Opresión”, convirtiendo la sala en una auténtica olla a presión.
Primera vez, y no será la última, en la que tuve la oportunidad de ver a estos mozalbetes que tan bien lo hicieron, que tan profusamente se entregaron y que hicieron que unos 40 escuetos minutos se convirtieran en unos momentos muy vívidos y especiales. Brutos a más no poder.
Marabunta
El motivo principal de la noche, la llamada a filas del Metal en Sevilla y alrededores estaba a punto de emerger al escenario circundado de rejillas metálicas Tramex. Marabunta presentaba de manera íntegra su ultimo discazo, El dedo en la Llaga, un compendio de 8 temas duros, políticamente incorrectos, irónicos y en los que fácilmente uno se puede identificar con temas actuales e injusticias (y remedios) puestos a disposición del que quiera nutrirse auditivamente. Si a todo ello le acompañas una base potente de heavy metal, Groove, hardcore y dos voces contrapuestas, la de Manuel Ruiz y Alberto Olea, el resultado es altamente efectista.
Se me venía a la cabeza el título de la peli de 1954 protagonizada por el contradictorio y desaparecido Charlton Heston, The Naked Jungle, traducida en España como Cuando Ruge la Marabunta, y justo esa misma noche otra marabunta no solo iba a rugir y devorarnos, nos iba a hacer creer, al menos en mi caso, que el Metal en este país continua muy vivo, solo había que echar un vistazo al magnífico aspecto interior y en ocasiones exterior que presentaba la sala La2, flanqueada por otras dos salas ya míticas de Sevilla, la sala X y la Even, algo que por otro lado desconocía hasta esa misma noche.
Siguiendo más o menos el horario, el escenario se copó discretamente por los miembros de Marabunta y comenzó a sonar la severa Intro del segundo disco, A.C.A.B., ese alegato y denuncia frente a la violencia policial, que daría paso a “Cobarde”… Simplemente abrumador, emocionante, bestial y con una reacción del público impresionante. Todo se había desbocado y el personal se movía a merced de este y los dos siguientes temas, también del disco Siempre Presente, “Gusanos” y “Rutina”. Sencillamente brutal el comienzo de los hispalenses.
El siguiente bloque tras un breve speech de agradecimiento por parte de Alberto, sería el momento idóneo para presentar el nuevo álbum, El Dedo en la Llaga y su canción homónima que abría el disco, era el instante preciso para demostrar qué se había fraguado en Sanlúcar la Mayor y Albaida del Aljarafe. “Falta de Fé”, “Bribón” y “Aporta o aparta” para la cual, del mismo modo que en el disco, Miki Serramona de Memento Mori acompañaría a Alberto y Manuel. El público no decaía y seguiríamos hiperenergizados, haciendo todo tipo de movimientos salvajes pero controlados, walls of death, circle pits, …
De manera poderosa, llamaban la atención José Miranda a la guitarra, Mariano Piedra a la batería y Johnny Waudby al bajo en su primer concierto oficial con la banda, todos ellos auténticas fieras en sus cometidos, piezas vitales en todo el engranaje marabuntiano. Esa noche se nos estaba pasando voladísima, habiendo un buen rollo en general por todos lados, un sentimiento de fraternidad que se alcanza no demasiadas veces y que cuando se palpa es un verdadero triunfo de una o varias bandas que consiguen que un grupo humano se convierta en un verdadero clan, en este caso no cavernario y sí metalero.
Tras el paso del bueno de Miki por el escenario, Alberto recordaría la importancia del disco anterior y el golpe que con él dieron en la escena en este país y comenzaría “Marabunta”, “Mis héroes”, “Mercenarios de almas”, la intro “Mariano Vs Manolo” y “Odio”, una de mis favoritas de ese álbum junto a Hecatombe y Cobarde. De nuevo, qué gozada, qué deleite y disfrute por presenciar aquello y cuanto valía la pena haber recorrido un par de centenares de kilómetros para acompañar a esta gente como parte del público en su nueva andadura, de igual forma que observar y escanciar otra colaboración como en el disco, en este caso aprovechando la presencia del cantante de Verdugo. Aquello era ya épico, y un tanto cómico, ya que aunque no se amilanó, la presencia de Taruga y Alberto, dos colosos, dejaban pequeño a Manuel, el cual, ya descamisado se erguía cual auténtico gallo de pelea tatuado, todo para interpretar “Mr. Winstrol”. Sencillamente apoteósica la escena y bravísima la actuación de toda la banda. Tras ella, la ácida “Medios”, y “Ni olvido ni Perdón”, verdadero memorándum hacia las injusticias y los desastres de la dictadura franquista… Cierre perfecto en la presentación del álbum. “Hecatombe” sería el colofón final, el último trueno, el cañonazo de cierre a una actuación cuasi perfecta con un público entregado de principio a fin, acólitos y no, que pudimos embriagarnos con estas creaciones musicales generadas por parte de gente talentosa pero sencilla, con gustos variopintos que iban desde el hardcore, pasando por el death metal, el heavy metal, el thrash, el Groove o el rap metal.
La verdad es que no he podido estar más de acuerdo en cuanto al contenido mordaz, directo y actual de las letras de El Dedo en la Llaga, y si de algo he de recordar este concierto es precisamente porque sin haberlas estudiado con excesiva profundidad, con casi medio siglo que tengo, me he identificado muchísimo. Por supuesto, Verdugo y Memento Mori no fueron meros sparrings, fueron invitados de honor y artífices de crear la atmósfera que Marabunta necesitó para terminar de maravillar y enriquecer a dos centenares de personas ese sábado 27 de enero en Sevilla, en el cual pude reencontrarme con amigos de otras bandas afines y sus respectivas acompañantes.
Ese sábado Marabunta también rugió 70 años después!!!!
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