Es de agradecer que de la fusión de Katharsis y View, allá por el 2008 se formase Kathew, no ya porque dichas almas inquietas comenzasen el equivalente a una formación compacta y que llegase hasta el día de hoy a su máxima cúspide (que creo sinceramente que no han llegado ni deben conformarse), sino porque el espectáculo que llevan en vivo, su cercanía, su exuberante calidad y su aguerrida e intimidante presencia sobre el escenario, como ya escribí hace unos meses en el Demolition Metal Party de la Sala Hollander, les hace diferentes, completamente inusuales.
Si a eso le añades un sonido nítido y perfecto, labor increíble del técnico de la Sala X, combinación exquisita para una noche aderezada de mucho Metal con los portugueses Toxikull, Groove y Thrash – Heavy Metal de la vieja escuela combinándose a la perfección.
En principio, el evento se iba a celebrar en la Sala La2, justo al lado, pero la cancelación de otro concierto hizo que la Sala X se quedara libre y por magnitud del escenario, la decisión fue la más correcta. Todos los indicativos auguraban una noche espectacular, sin embargo otro elemento significativamente importante, el público no acudió a primera hora, por lo que los gaditanos estaban a punto de empezar un tanto desazonados por este hecho. En cualquier caso, se envalentonaron y sin mayor dilación se prepararon y se subieron al escenario ante más o menos 20 personas, muy exiguo número, muy decepcionante en realidad.
Kathew
Siguiente imagen, escena sombría, cinco musicazos sobre el tablao, de fondo la Intro de la peli 300, y “Predador” de su segundo álbum El árbol del ahorcado abriendo el concierto. En ese punto, yo ya estaba feliz, disfrutando, cervecita en mano, piernas abiertas y cabeceo al son de la brutal tonada que estaban escupiendo desde el escenario. Apoteósico y profundo cambio con “Mil caras” del nuevo álbum AJNA, el cual es una alusión al tercer ojo, rollo tántrico, tercer disco de la banda. El sonido que ya mencioné era extraordinario y ayudaba bastante a dibujar sonrisas y una feliz comunión entre la banda y los que estábamos en la platea, que por cierto, casi sin darme cuenta ya mostraba un aspecto mejorado… ayyy, esos rezagadinesssss. Pero para mí, aunque era la segunda vez que la escuchaba, la interpretación de “Misantropía” fue lo mejor de la noche, también del nuevo disco, y que seguro será conocida mediante un esmerado y futuro videoclip que apoyará dicho tema para mayor difusión y goce (esto me lo dijo un zombie gaditano). Esta canción, esta soberbia composición con tintes Groove, acelerones de doble pedal y con un aroma a One de Metallica, fue una de las razones por la que se es capaz de hacer la tira de kilómetros y el esfuerzo para unos pocos minutos de música evocadora en vivo. Quizás ese mismo feeling lo percibió la banda porque acrecentó más aún si cabe su entrega.
Un hiperactivo Chesky al bajo apoyaba con gruesos guturales la voz de por sí cavernosa y adecuadamente impostada de Javi Fajardo, metido en su hechizado papel. Y como dos colosos, aguantando el dintel del templo Kathew, Rafa y Deivid rasgaban sin compasión en los extremos del escenario sus guitarras, nítidas y furibundas a ambos lados del escenario, muy compenetrados y percibiendo con disfrute como cada vez la Sala X se iba poblando de más adeptos.
El siguiente tema, “Ión” única referencia al primer álbum Generación XXI, siguió sin dar la mínima tregua, en ello se afanaba con robustez y con calibrada pegada David Arias tras el kit de batería, otro elemento fundamental en el bestial sonido de la banda. En realidad, era todo un placer degustar y devolver la energía en forma de desaforados movimientos, (acordes con la edad que uno ya maneja) pero volviendo a analizar todos los esfuerzos que se hace en el día a día para llegar hasta donde estos muchachos se encuentran en una noche como la de un 3 de mayo de 2024…, todo ello para que la escucha de “Miasma” nos generase un tremendo subidón de adrenalina, y que con “Déjanos en paz” se convirtiera en pura y llana explosión de energía.
¿Qué decir del público?, que ya estaba metido en el universo Kathew en el ecuador de su show,mucho más con la aparición de “Lux” del nuevo álbum, muy coreada. Enormemente más con la versión corta de The Prodigy, “Smack my bitch up”, toda una sorpresa para el personal. Sin embargo, el telón estaba a punto de caer para Kathew, los cuales se habían metido en el bolsillo al público por su cercanía y envolvente energía, más si cabe interpretando “Herederos” y “Amstetten” intercalando entre medias “Retazos”, otro temón del nuevo álbum. Y en un suspiro todo tocó a su fin, con un broche fotográfico como colofón.
Curiosa la imagen protagonizada por los dos infantes que se presentaron esa noche, como curiosa la reacción de la madre de Javi, uno de ellos que le dijo algo así como “Esto es Heavy metal, preferible al Reggaetón, verdad?”… (quizás me lo haya inventado pero fue algo similar). Dos cachorretes del Metal que tanto una como otro quedaron prendados con lo que habían presenciado, ¿verdad Javi?.
Esto es Heavy, esto es Rock duro, esto es esencia misma de la creatividad de unos tipos que decidieron unir sus fuerzas y su creatividad allá por el 2008. Estos son Kathew, por el amor de DIO, que no desfallezcan y sigan dando las notas adecuadas, porque las que nos propusieron esa noche, para nosotros se queden y los que tuvieron pereza o motivos para perdérselos, pues eso, se las perdieron.
Toxikull
Tenía ganas de ver a estos portugueses en acción y cumplieron con creces, de nuevo ayudados por un excelentísimo y nítido sonido. Venían a realizar la presentación de su último álbum Under the Southern Light y desde el inicio, rápido y sin apenas pausas o discursos, fueron destripando un set list relativamente corto. Michael Blade, guitarra y voz era y es un frontman muy convincente, un tanto arquetípico pero al fin y al cabo tanto él como el resto de la banda llevan ese look ochentero. En cualquier caso, las composiciones aun dando la sensación de haber oído y visto eso antes en multitud de ocasiones, en vivo ganan muchos enteros, consiguiendo quedar hipnotizados por su dinamismo, energía y sobre todo por sus impolutas interpretaciones, cada uno en su labor y todos a una. Apoyado por las voces de sus compañeros, Lex Thunder en la otra guitarra y Antim The Viking al bajo, al bueno de Blade cada vez se le notaba más a gusto en integrado, es más, no se le percibía ni un atisbo de fatiga después de poner esa noche el broche brillante a una minigira por el territorio español y sus largas travesías en carretera.
“The Nightraiser” del EP del mismo nombre, fue la elegida para iniciar el concierto, dándole más carácter y fiereza con “Cursed and Punished” donde rasga la voz diabólicamente Blade. Hiperacelerada composición que dió paso “Speed Blood Metal”, vaciándose por completo en la misma a Tommy 666 en la batería. Un espectáculo de sonido, luz y dinámica por parte de Toxikull que estaba dejando atónito a más de uno, incluido a mí.
La triada siguiente, del nuevo álbum, “Around the world”, “Battle dogs” y “Under the SouthernLight”, ofrecieron un cierto descanso, ya que eran más melódicos y heavy ochentero, con bajos muy dominantes, pero allí estábamos, deleitándonos con los espectaculares solos de Lex Thunder. “I will rock again”, de su EP Warrios Collection nos trasladó al final de los ochenta, glam rock casi a punto de desaparecer, pero “Night Shadows” se encargó de acelerar nuestro ritmo a velocidad de crucero en la Sala X, sobre todo a los fanáticos que estaban en primera fila. Sin embargo, la sorpresiva versión de “Iron Fist” de Motorhead dejó a más de uno extasiado, genial interpretación haciéndola muy personal. Por último, “Metal Defender”, y ese rollo Warriors of the World dio fin una actuación muy profesional y como dije anteriormente, muy convincente.
Satisfecho quedé después de ver a una banda que había actuado en varios festivales por España y Portugal, y que en ninguna ocasión pude verles hasta esa noche. En estos casos, en la segunda vez que los disfrute, seré más fan de ellos seguro.
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