Fue acabar el concierto de Lacuna Coil en el escenario Juan De la Rosa donde la afluencia de público no era excesivamente grande, y empezar a entrar un continuo chorreo de gente al recinto, muchos de los cuales iban disfrazados, para agolparse masivamente frente al escenario Azucena y ver a los cachondos escoceses «Alestorm».
Con un patito de goma gigante presidiendo lo alto del escenario junto a la bateria de Peter Alcorn y vestidos como si de andar por casa estuvieran, en pantalones cortos y camiseta, salvo su carismático cantante y teclista Christopher Bowes que llevaba su típica falda escocesa, se presentaban una vez más en el Leyendas del Rock para ofrecernos su gran humor y hacernos pasar un buen rato con su folk metal gamberro y vacilón de temática pirata, y hacernos olvidar por un momento los muchos problemas y contratiempos que rodean nuestras vidas día a día.
Con la rápida «Keelhauled» comenzaba el motín y el desmadre, que seguida de la festiva y folk «Alestorm» con el típico sonido de acordeón imitado por el omnipresente teclado de Christopher Bowes, y la también veloz «The Sunk’n Norwegian», se desataba la locura de los presentes que empezaban a hacer continuos Circle y Mosh Pit, habiendo numerosos metaleros que se aventuraban con el Crowdsurfing llegando en volandas desde la parte de atrás del público hasta la valla de protección del escenario, donde tenían que ser rescatados y cogidos al vuelo por los guardas de seguridad para que no cayeran al suelo, motivo por el cuál se aconsejó a los fotógrafos que estaban en el foso de separación, que salieran lo antes posible de ahí ya que su integridad física estaba en peligro y tenían el riesgo de poder sufrir algún percance.
Con la potente «The Quest» seguían dando caña y con «Nancy The Tavern Wench» hacían sentarse a gran parte del público para que todos juntos remaran al unísono. Seguían con el corto vendaval de «Rumpelkombo» y con la versión que hacen del «Hangover» de Taio Cruz, con la cuál nos incitaban continuamente a beber cerveza sin parar dando paso a la poderosa «Black sails at midnight». La fiesta y el desmadre continuaba con la cachonda «México» y seguían con «Captain Morgan’s Revenge», donde Christopher Bowes se dirigía a la multitud para que desde el principio del escenario hasta el final del público dejaran un amplio pasillo y un espacio vacío con dos bandos enfrentados mirándose cara a cara y a su orden se abalanzasen unos sobre otros como si de un mismísimo abordaje entre dos barcos piratas se tratara. A estas alturas el desparrame y la diversión era total y difícil de superar donde la gente seguía bailando sin parar con el folk de «Shipwrecked», que junto con «Drink», nos seguían incitando a no parar de beber, acabando ésta monumental juerga con la final gamberra y vacilona «Fucked With An Anchor».
Excelente y descomunal fiesta la que nos dieron los escoceses «Alestorm», con un concierto inolvidable lleno de pura juerga y diversión, que no dejó a nadie indiferente y dejó a todo el mundo pleno de satisfacción con una gran sonrisa reflejada en sus caras.
Thin Lizzy se formaron en Dublín, Irlanda en 1969. Aunque siempre han sido considerados uno de los grupos pioneros del rock duro británico y mundial, y se les ha englobado dentro de la escena Hard Rock y Heavy Metal, sus influencias beben del blues, el soul, la psicodelia y la música tradicional irlandesa. Por él han desfilado grandes guitarristas, como Eric Bell, Gary Moore, Brian Robertson, Snowy White, John Sykes y Scott Gorham, grabando grandes discos para la historia y canciones imperecederas en el tiempo como «Whiskey In The Jar» o «The Boys Are Back In Town» entre otras. Desde que su miembro fundador y alma máter Phil Lynott (Voz y Bajo) falleciera en 1986 cuando fue hospitalizado aquejado de una fuerte neumonía y problemas cardíacos derivados de su gran adicción a las drogas, la banda ha tenido una serie de encarnaciones a lo largo de los años, siendo la primera vez en 1996 cuando John Sykes convenció a Scott Gorham para formar un grupo tributo y homenajear a Phil Lynott, girando y grabando el fenomenal directo «One Night Only» un tiempo mas tarde. Posteriormente con el paso de los años la banda sufre una serie de idas y venidas y cambios en su formación con continuos contratiempos y el abandono de alguno de sus miembros principales, por lo que Scott Gorham decide aparcar el proyecto y retomar uno nuevo en el año 2012 con una alineación estelar bajo el nombre de Black Star Riders con la que empezaría a grabar nuevos discos. En el año 2016 se anuncia una nueva reunión de Thin Lizzy en el que las giras serían cosas del pasado y solo darían conciertos puntualmente en grandes eventos. En este año 2019 que nos ocupa era el 50 aniversario de la creación de la banda, por lo que era la ocasión perfecta para traerlos a tocar a éste gran festival Leyendas Del Rock.
Esta nueva formación incluye una alineación de lujo integrada por Ricky Warwick (The Almighty, Black Star Riders) a la voz y guitarra rítmica, Scott Travis (Racer X, Judas Priest) a la batería, Troy Sanders (Mastodon) al bajo, Damon Johnson (ex-Alice Cooper, ex-Black Star Riders) a la guitarra, Darren Wharton (Dare, Thin Lizzy en los discos «Chinatown», «Renegade» «Thunder And Lightning» y «Life») a los teclados y Scott Gorham (Thin Lizzy, Black Star Riders) como único miembro de la formación clásica.
Con una ensordecedora sirena que anunciaba el comienzo del concierto y bajo un enorme y brillante logo luminoso, «Thin Lizzy» hacían su aparición estelar en el escenario principal y arrancaban ésta más que prometedora actuación con la excelente «Jailbreak». Sin mediar descanso apostando alto y fuerte desde el principio continuaban con la cañera «Are You Ready», que nos trasladaba en el tiempo y nos hacía recordar aquel maravilloso directo «Live and Dangerous» que quedó para los anales de la historia. Acto seguido se ponían a golpear unos enormes tambores situados sobre el escenario para iniciar «Do Anything You Want To» que enlazaban con «Toughest Street In Town» ambas del fantástico disco «Black Rose», y del cuál caerían bastantes temas. Con la inesperada y contundente «Coldsweat» de su disco más Heavy ‘Thunder And Lightning» y el último que lanzaron allá por el año 1983, nos hacian botar con cara de admiración, donde un portentoso Scott Travis a las baquetas y un activo Troy Sanders a las cuatro cuerdas que no paraba de moverse, demostraban ser una férrea base rítmica para la formación, aportando un sonido mucho más eléctrico y metálico, y quedando patente durante toda su actuación.
La figura icónica de Phil Lynott con su inconfundible voz siempre será insustituible y quedará para el recuerdo, pero hay que reconocer que Ricky Warwick realiza una gran labor vocal como cantante que se ha ganando a pulso día a día, cosa que demostraba en «Don’t Believe A Word» donde dejaba su guitarra por un instante y se centraba con el micro. Con la pieza maestra de «Waiting For An Alibi» y los coros pegadizos de «Hollywood (Down On Your Luck)» nos continuaban enganchando, donde veiamos a un gran Darren Wharton a las teclas muy sonriente en todo momento y a lo largo del concierto.
El omnipresente y buenísimo Damon Johnson al que se le veia cambiar constantemente sus guitarras Flying V y Gibson Les Paul durante toda su actuación, y el no menos fantástico Scott Gorham que a sus 68 años sigue estando en una envidiable forma, nos seguían deleitando con sus enormes riffs adictivos en canciones como «Get Out Of Here» y «Got To Give It Up», y con sus grandes armonías agresivas y voluptuosos solos de guitarra de «Emerald».
La comercialidad del fantástico cover de «Rosalíe» del clásico de Bob Seger animaba al público a bailar y a tocar las palmas. Con el potente «Killer On The Loose» del disco «Chinatown», nos volvían a sorprender, apreciando nuevamente el buen hacer de todos a los coros, y donde Ricky Warwick aprovechaba para presentar a toda la banda. Después de que ironicamente Warwick presentara a Scott Gorham como el hombre de la mala reputación, continuaban con «Bad Reputatión», donde éste demostraba su habilidad a las seis cuerdas con otro gran solo de guitarra.
Llegaba el momento de homenajear la legendaria grabación del disco «Black Rose: A Rock Legend» que cumplía 40 años, con la canción de su homónimo nombre «Roisin Dubh (Black Rose: A Rock Legend)», y en la que Ricky Warwick aprovechaba para sacar una guitarra acústica con la que tuvo problemas de sonido en el comienzo debido a su acoplamiento, pero que pudo solucionarse rápidamente sobre la marcha. En «Cowboy Song» nos dejaban sin respiración con ese comienzo melancólico y la harmónica de Ricky Warwick, que poco a poco fue in crescendo para convertirse en otro movido tema rockero, donde Damon Johnson y Scott Gorham nos volvían a deleitar con sus enormes duelos de guitarra. Se iba acercando el final del concierto donde Warwick volvía a dejar su guitarra para centrarse de nuevo en la voz y cantar uno de sus grandes himnos por antonomasia, el tremendo «The Boys Are Back In Town», en el que el público no paró de moverse y de cantar esos estribillos pegadizos, momento que aprovechaban al finalizar para despedirse y retirarse del escenario.
Bajo una enorme ovación salían de nuevo al escenario para decirnos adiós definitivamente, a éstas alturas del espectáculo y después de de su gran repertorio pocos temas podían quedar para los bises, siendo el elegido únicamente, como no podía ser de otra forma, la excelente versión que hicieron de la canción tradicional irlandesa y que les dió a conocer, «Whiskey In The Jar», donde la gente terminó por caer rendida ante sus pies, siendo la más agradecida de la noche.
Habrá quiénes los ponga bajo el punto de mira y diga que éstos no son Thin Lizzy y que son un grupo de versiones, pero lo cierto es que deslumbraron y entusiasmaron, demostrando que son una formación muy compacta engrasada a la perfección, dando un grandísimo recital con un sonido perfecto, y aunque fue el día que menos afluencia de público hubo, alrededor de diez mil personas, para los que somos grandes amantes del rock clásico fueron los mejores cabezas de cartel de éste Leyendas Del Rock.
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