Download 2018: Avenged Sevenfold

 

Después de Marilyn Manson, la paliza del viaje, el curro y la sed que tenía, así como departir un rato con buenos amigos, tuve que obviar muy a mi pesar las bandas posteriores al Reverendo para concentrar mis últimas energías en un grupo que ansiaba ver. De ese modo nos colocamos en las primeras filas del escenario a la derecha del mismo hasta que comenzó a sonar el Back in Black de AC/DC, que anunciaba la entrada de Avenged Sevenfold.

Estos californianos son hoy por hoy una enormísima banda que a base de curro y avatares, se están codeando de tú a tú con las vacas sagradas del Rock duro. El espectáculo que iban a ofrecer en Madrid esa noche iba a ser de auténtico lujo.

The Stage, abría las hostilidades sonoras. Extenso tema de su último álbum y que demostraba por qué se han convertido en un grupo de culto. Daba igual el signo musical que predominase entre tus gustos, la calidad que atesoran, la actitud, así como el buen sonido que les acompañó durante todo el show, hacen e hicieron que el gran público se rindiera a sus pies desde el primer acorde. Afterlife, de su álbum del 2007 no hizo otra cosa más que embrutecer los ánimos de la gente. Las caras de los asistentes eran de entusiasmo y hasta cierto punto de infinita alegría. No se paraba de corear todo, voces, solos de guitarra, interludios… El propio Mr. Shadows parecía no creerse lo que estaba viendo y comentó que éramos el mejor público de la gira (como suelen decir todos), aunque dado lo que se estaba produciendo allí, la simbiosis era perfecta, lo que generaba en cierto modo que se apreciase el disfrute por parte de todos los componentes de la banda americana. En estas que aparece un rey esquelético coronado hinchable a lo Iron Maiden y suenan los acordes de Hail to the King, perfecta para corear a pleno pulmón su característico “Hail, Hail”. Las llamaradas y el sistema de pirotecnia, pero sobre todo las primeras, ya eran parte del espectáculo, y no hay nada más enardecedor que el fuego para calentar aún más a una audiencia entregadísima. 

Welcome to the Family daba la bienvenida a aquellos, como era mi caso, veían por primera vez al grupo en directo. God damn, de su nuevo material, emergía con fiereza y era alabada por todos los asistentes. Indescriptible las caras, los pogos que se formaban y la potencia que imprimían en esos momentos y en todos los posteriores por parte de los A7X. 

Buried alive, So far away (tributándolo al malogrado batería The Rev, fallecido en 2009) y Nightmare, hacían un repaso del álbum homónimo de esta última canción del 2010. La lluvia aparecía y daba un aspecto aún más épico al espectáculo, a la vez que más íntimo añorando la figura del batería así como la de la reciente pérdida del gran Vinnie Paul, amigo de la banda.

Eternal rest de su álbum Waking the fallen, dio un empaque mega heavy, con diversos cambios de ritmo y lucimientos de los dos hachas, Synyster Gates y del zurdo Zacky Vengeance. Cada uno se desenvolvió con elegancia, enormes tablas y sonaron nítidos. La siguiente en aparecer fue M.I.A. (Missing in Action), de corte antibelicista, poco habitual dentro de sus set list, pero muy efectiva para los que comenzamos a triturar la discografía de A7X casi desde el principio, hace ya 13 años. 

Destacadísima la base rítmica, infalible y contundente del bajista Johnny Christ y del batería Brooks Wackerman, incesantes, inapelables y consistentes, un cemento perfecto para que Mr. Shadows se desenvolviera a las mil maravillas. Hoy por hoy, la maquinaria Avenged Sevenfold está engrasada a la perfección, mostrando una profesionalidad indudable y una entrega demoledora. 

Bat country no hacía otra cosa que confirmar estas afirmaciones, y que mientras transcurría el show se me iban viniendo las mismas a la mente. Pogo tras pogo, improvisados y ciertamente divertidos, demostraban que el público afín, tenía ganas de disfrutar de los últimos retales de un concierto que estaba llegando a su final, no sin antes escupir Sheperd of fire, dura y lacerante, melódica y pegadiza, y una de las joyas de A7X, la sorpresa de la noche. Cuando Mr. Shadows la anunció, no nos lo creíamos. Se trataba ni más ni menos que A little piece of heaven. Este tema de por sí es complicado explicar, difícil de comentar, arduo de entender si no se escucha con nitidez, multiinstrumental, sublime, irreverente, melódica, toda una maravilla que hizo emocionante la experiencia de vivirla, creando una especie de comunión entre el grupo y todo el recinto. Pero fue la acelerada Unholy confessions la que cerró de manera espectacular el que fue, según testigos de otros grupos de la jornada, el mejor concierto del día. 

Los que estaban a mi alrededor y yo mismo, reflejábamos una enorme cara de éxtasis y satisfacción ante lo que nos acababa de acontecer, un espectáculo de esos que se quedan para siempre, de esas actuaciones que se vuelven a comentar cuando coincides con gente que vivió esa noche calurosa, pasada ligeramente por agua a veces, ardiente por los fogonazos de los lanzallamas y sobre todo emocional por el repertorio tan bien escogido por parte de Avenged Sevenfold. La puesta en escena, sencillamente genial, la actitud de todos los actores, incluido el propio público, inapelablemente inmejorable. 

¿Habrá que repetir?, ¡¡¡por supuesto!!! 

¡¡¡¡Hail to the Kings!!!!

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