Chez Kane + Bárbara Black: Sala Moby Dick (14/1/23)

Fría noche en la capital y muchas ganas de ver a Chez Kane por primera vez en nuestro país. También mucha expectación entre los asistentes a sabiendas de que el viernes, en Barcelona, hicieron un concierto enorme, que dejó encantado a todo el público asistente.

El concierto se celebró en la Sala Moby Dick, que se quedó muy pequeña para toda la gente que quería ver a Chez Kane. Hubieran podido llenar un recinto el doble de grande sin problemas.

Pudimos ver algunas caras conocidas entre el público como los guitarristas Tony Hernando y Dani Argilés o el periodista musical Rafabasa…

Bárbara Black

A las 20:30 salió al escenario Bárbara Black, con un Heavy Metal muy cañero, sobre todo teniendo en cuenta para quien abrían, lo cierto es que sonaron muy potentes, Bárbara canta genial, es una gran frontwoman y estuvo muy simpática.
Contaron en sus filas para este concierto con Cecilio Sánchez, guitarrista de Ankhara y Bad Saint.
Un arranque muy contundente que calentó los motores para lo que vendría instantes después.

A las 21:30, en punto, tras la intro, con el «Pour some sugar on me», de Def Leppard, cantado a pleno pulmón por todo el público, saltan a escenario Chez y sus chicos, en lo que es su segundo concierto en España y la primera vez que vienen a Madrid en su corta trayectoria en directo como Chez Kane.

Arrancan con un medio tiempo como es «just want you», pero enseguida comienza el espectáculo con uno de sus himnos, «Too late for love», que parece sacada de un disco de Vixen. De aquí en adelante fueron cayendo temazos de sus dos discos, uno tras otro, como «All of it», la enérgica «Midnight Rendezvous» o «Nationwave», creando un ambiente único y teletransportándonos a finales de los 80, en la costa oeste americana y haciéndonos pensar que de haber salido estos discos en aquella época, hoy en día serían clásicos.

Llama la atención lo jóvenes que son todos los músicos que la acompañan, en especial el bajista, Keiran Ready, que como la propia Chez nos dijo, tiene tan solo 17 años.
Los dos guitarristas que lleva, James Ready y Harry Scott Elliot son unos excelentes músicos, muy activos y bailoteando y saltando constantemente, sobre todo James, que es un huracán en el escenario, tocando descalzo con unos calcetines de colorines, con ojos y boca, como nota graciosa, pero además es un gran guitarrista, marcándose unos buenísimos solos en cada tema.
El batería Jay Haines, cumple a la perfección, sin grandes alardes, pero muy solvente y haciendo coros en todos los temas.

De Chez qué decir, una auténtica frontwoman, simpática, bailonga y con una voz espectacular. Va sobradísima, pese a cantar en tonos realmente altos en muchas canciones y se mete al público en el bolsillo en un abrir  y cerrar de ojos.

Continuan con Breakdown, que más que un tema es un duelo de solos entre los dos guitarristas, muy divertido y que sirve para que Chez se cambie de ropa y continúen con uno de los súper singles de su último disco, «The things we do», donde Chez se pone las gafas tipo «ciclista», que utiliza en el videoclip, tan solo le faltan las máquinas recreativas y el descapotable.
Sin tregua siguieron con «Love Gone Wild» donde las partes de Saxofón de Danny Rexon las hizo Harry con la guitarra.

Es muy de agradecer que llevaran estos temas al directo sin pre grabados y rellenando las partes de teclado entre los dos guitarristas (salvo algún arreglo de teclado que si llevaron grabado), ganando los temas en contundencia al cobrar mucha más presencia las guitarras.

También hay que destacar los coros que los chicos le hicieron a Chez durante todo el concierto.

La evocadora balada «Defenders of the heart» nos supo a gloria, así como «Ball n’ Chain» donde recuerdan a Bon Jovi, siendo este tema como una especie de mezcla de «Livin’ on a prayer» y «You give love a bad name».

Lo bueno de ir a un concierto de un grupo que tiene solo dos discos es que sabes que van a tocar casi todas las canciones favoritas del público y eso es lo que pasó, tocaron 8 del primer disco y 6 del segundo, aunque tampoco nos hubiera importado que las hubieran tocado todas.

Para la traca final cantaron la hímnica «Rock you up», la tremenda «Powerzone», donde los dos guitarristas se marcan uno de los mejores solos, alternándose entre ellos, doblando guitarras y haciéndonoslo pasar en grande.

Tras una larga ovación, Chez nos presenta al grupo y nos dice que van a tocar dos canciones más, a modo de bises, estas fueron la sorpresiva versión del tema «Daddy, Brother, lover, little boy», de Mr. Big, donde Keiran y Harry se lucieron en el centro del escenario con el bajo y la guitarra, respectivamente.

Para terminar, el temazo e himno total «Rocket on the radio» con el público haciendo coros a grito pelado, aunque estuvo muy activo y coreando durante todo el concierto.

Tras esto, todo el mundo, grupo y público, con sonrisas de oreja a oreja y felices de haber podido ver a una gran banda que va a dar mucho que hablar en el futuro y con la sensación de haber visto uno de los conciertos que seguramente sea de los mejores a los que vayamos a asistir los que allí estuvimos, durante este año.

Fue todo un detallazo que Chez se tirara cerca de una hora haciéndose fotos con absolutamente tod@s los que se le acercaban después del concierto, con una simpatía desbordante.

Mucho tenemos que agradecer a Danny Rexon (cantante de Crazy Lixx y descubridor de Chez, además de haberle compuesto todas las canciones de los dos discos, ser su productor y tocar varios instrumentos en cada disco) el descubrirnos a esta pedazo de artista y banda que tantos buenos momentos nos está dando y que puede que sean pieza clave en el futuro del Hard Rock, en su vertiente más melódica.

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