I METAL HELL: Eveth

Tocaba el momento de Power Metal de la mano de los mallorquines Eveth. Esta banda afincada en las islas más orientales, se acercaban a la Sala Nana como ya hicieron el año pasado acompañando a MRC (Marc Riera Cotaina), el grupo formado por el cantante ibicenco de la banda granadina Azrael. Es tal el buen sabor de boca que dejaron y el que se les quedó, que aceptaron el esfuerzo de cruzar en avión el mediterráneo para tocar en estas tierras yermas pero ricas en entusiasmo metalero con una sala que no estaba llena, pero sí deseosa de vibrar con estos tiacos dispuestos a llenarnos las cabezas de riffs y bases heavies power metaleras contundentes, para presentarnos su recién estrenado tercer álbum de estudio, “Entelequia”. Un disco de variada temática histórica y actual, con una producción muy cuidada, haciendo que la amalgama musical y creativa de Eveth, en este disco sonara en su justa medida y cargada de garra, intensidad y melodía. Tal como reza el título, ellos se estaban impulsando para poder crecer, muy filosóficos, buena combinación. Una inteligente comparación. Se percibía que la manera de crear esta obra, venía desde el entendimiento y la armonía dentro del grupo, y el disfrute posterior con nosotros, el público o pópulus del Rock. Debiéramos llenar las salas siempre, para que este sueño que vivimos en la ciudad con Sala Nana, no se convierta en irrepetible.

Volviendo al grupo, era de admirar que tan sólo hacían el viaje para tocar en Ciudad Real y Ávila, equidistándose una de otra en unas tres horas. Para posteriormente regresar a su Palma de Mallorca natal, donde tienen su base de operaciones, sus trabajos y vidas. Eso les hizo ya ganarse el corazón de los que entendíamos dicho esfuerzo y nos sentíamos orgullosísimos de poder disfrutarlos casi en exclusividad. La cercanía, la humildad y el entusiasmo que demostraron desde el principio fueron inmejorables, parecía que la Sala Nana fuera una habitual en sus giras, llegando a reconocer a muchas de las caras que tuvimos la suerte de poder verlos el año anterior.

Con esas premisas y una puesta en escena sencilla, sin opulencia pero efectiva, arrancaron el concierto como tercera banda invitada del Festival Metal Hell.
La intro de violín tenebroso de Entelequia comenzó y Eveth salió a escena, se ajustaron cada uno en el escenario para arrancar con “Conjura del villano”, un tema de una enorme pegada y marcado tempo Power metalero, consigna y firma del grupo. (De hecho, tienen realizado un videoclip de animación para el mismo muy muy recomendable). Increíble inicio que no dejaría a penas aliento ni pausa al personal asistente. A David Dalmau, le sirvió para calentar a toda leche sus cuerdas vocales, al igual que al resto del grupo. Leo Villar, inconmensurable detrás de la batería, inició “Eclíptica pasión” y animó al personal para no parar de hacer headbanging o aplaudir siguiendo el compás que marcaba de manera sublime y motivada. Mención especial a los solos de guitarra por parte de David Kamstedt y Toni Recio que nos dejaron alucinados, siendo ésta una tónica del show que nos ofrecieron.

Era el turno de “Mi momento existe”, otro trallazo con mensaje de superación personal frente a las inconveniencias y los estereotipos impuestos, pero no rebajaron ni mucho menos el ritmo porque salió a escena “La esfera del miedo”, un temazo muy aguerrido, de los mejores cortes del nuevo disco de presentación. Para entonces, algunos sudábamos la gota gorda y suplíamos con néctar de cebada la pérdida rápida de líquidos, lo que incrementaba el entusiasmo por escuchar y sentir a esta gente. Ese milagro brebaje llamada cerveza. Creo que, sinceramente, ese es el espíritu de un buen concierto, el que alguien intente transmitir su creación melódica y metódica, y que el público les devuelva entusiasmado la energía en todo momento. Probad a hacerles esta pregunta a posteriori cada vez que veáis a los artistas. Se vuelven loquísimos con estas cosas. Dejemos los brazos cruzados e inertes en casa y de un modo u otro, hacedles ver que lleváis un alma mega rockera dentro y que el cuerpo os pide acción y movimiento, ya que esto les motiva de sobremanera.

Volviendo al concierto, y tras esta breve reflexión a modo de consejillo de sabiondo petardil, no bajaron el ritmo y nos fustigaron con “Mar blanco”, otro balazo afilado power de temática mitológica griega. Para entonces, el Sr. Dalmau, volvería su voz a relucir de nuevo con su estupendo vibrato tan característico, y a un Biel Recio al bajo marcando una base potente y rabiosa. Esta fue otra tónica dominante, y eso que resultó que al gran bajista le faltaba de nacimiento, (descubierto hacía poco), un riñón, sin embargo iba doblado en echarle huevos, porque pese a dar un concierto muy dolorido, lo dio todo, con la cara constreñida pero sin bajar ni un ápice la intensidad. Dolor convertido en rabia y entrega. Digno de admirar. Espíritu de superación.

Se hizo un parón, apareció como protagonista el sexto Eveth, pieza clave, exótica, honesta, discreta, la figura rubia a cargo del violín, Dito Villar, hasta entonces realizando pequeños escarceos en algunos temas. Se marcó un oscurísimo sólo de violín que sirvió para hacer la intro del primer tema del segundo disco de la banda, El Legado de los sueños, y el tema “Insomnio” que daría paso a “Sacrificio”, un tema alucinantemente efectivo y del que hicieron un videoclip ex profeso muy currado. Clavan el tema en directo y le tocó el turno a “Espada de Papel”, sinceramente, para mí el mejor de toda su discografía. Lo tiene todo, rapidez, contundencia, técnicamente perfecta, corte para el inicio de unos solos increíbles, lacerantes y unos coros y estribillos asequibles y absolutamente hipnóticos. Resultó más si cabe mejor en directo, terminando por combustionar a los congregados. De esos temas que marcan la diferencia entre un grupo y un mega grupo. Lo segundo es lo que demuestran. Señores Promotores, no obviéis a Eveth, porque son una apuesta segura y efectiva en cualquier evento o festival.
Con “Torre de Babel”, continuaron presentando el nuevo disco, otro tema efectivo para lucimiento de David Dalmau y de sus acólitos (pese a no escuchar del todo bien la voz principal), ya tan sudorosos como cierto número del personal asistente. Tocaba el turno de revisar un par de temas del primer disco, La Condena del tiempo, concretamente “Último Adiós” y “La ley del silencio”, ambas muy actualizadas, más contundentes en directo y muy en línea con el Power metal que realizaban en la actualidad. Entre medias de ambos, presentación de “Lilith”, doble bombo con un Leo Villar desatado y que nos regaló un solo antológico con la ayuda de Biel Recio, y “Dios de Kemet”, con la participación inestimable e imprescindible de Dito al violín para hacer la atmósfera egipcia y oriental que precisaba dicho tema.

El concierto llegaba a su fin, y se dejaron su último cañonazo para “Intocables”, de su segundo disco. Una alegoría a los desastres ecológicos que se producen en el Mediterráneo con la extracción de petróleo. Reaccionamos con caras de satisfacción, coros, puños en alto, cuernecejos y aplausos para despedir a una pedazo de banda que se habían dejado la piel sobre el escenario, y que agradecieron honestamente y de manera entusiasta al público que pudimos saborear cada nota del show que dieron. Una vez más, estuvieron espectaculares, con un comportamiento ejemplar con el público, haciendo horas extras cuando otros salen zumbando sin apenas hacerse una foto con el personal que les mantiene en la brecha. Eso es esencial. El respeto por el que te respeta y te admira.

En definitiva y como conclusión, Eveth es un grupo que crecerá sí o sí, sin remedio, porque tablas, desparpajo, talento, modestia y sobre todo honradez y calidad les sobra. Ojalá y el deseo de muchos se cumpla y podamos verlos por estos lares o por otros. Estar orgullosos de decir que vimos a unos tipos de Mallorca cojonudísimos y que tocaron en nuestra propia ciudad casi de manera exclusiva, entre otras cosas gracias a la Sala Nana, su máximo exponente, promotor, soñador y mecenas, José Luis Cañas y a Carlos Flores que los acogió en su propia casa. Por no olvidar de José Pozas y sus ermitaños viajes, auténtico nómada del Metal.
Amics gràcies un milió!!!!

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